El bochorno valenciano
Raimon sigue siendo incomodo para esta derecha analfabeta como lo fue para aquella izquierda pusil¨¢nime de Joan Lerma
Como las rosquilletas. Como las medidas pectorales de Rosita Amores. Como el piment¨® en salmorra. Como el brazo incorrupto de San Vicente M¨¢rtir. Como las figuras de Lladr¨®. Como el pasodoble Pepita Greus. Tambi¨¦n los valencianos contamos con un fen¨®meno t¨ªpico en materia de meteorolog¨ªa pol¨ªtica: El bochorno valenciano. Entre sus componentes m¨¢s caracter¨ªsticos, un fuerte y arraigado populismo, una nada disimulada xenofobia y antirracionalismo por los cuatro puntos cardinales. Ag¨ªtese, s¨ªrvase y tendr¨¢ como agente provocador una clase pol¨ªtica, mediocre, zafia y subalterna. La derecha conservadora y regionalista. Y su mejor herencia: El bochorno valenciano.
Claro que tambi¨¦n este Bochorno valenciano podr¨ªa haber sido el titulo de una obra de Tennessee Williams trasladada del sur faulkneriano a El Palmar o Port SaPlaya. Aqu¨ª se podr¨ªa rebautizar como ? X¨¨, quina basca! Los int¨¦rpretes los dejo a su libre elecci¨®n. Desde que nos quedamos hu¨¦rfanos de Amparito Rivelles y Jos¨¦ Sancho que nuestro star system ya no es que lo que era a falta de nuestro Lawrence Olivier aut¨®ctono.
Sigo con el bochorno valenciano mientras busco un paypay para remediar algo este sofoco de nunca acabar. Leo en una entrevista que nuestro presidente mejor afeitado de nuestra reciente historia auton¨®mica, Alberto Fabra, afirma que la Comunidad Valenciana es algo as¨ª como el dique de contenci¨®n del p¨¦rfido nacionalismo-separatista catal¨¢n tan revuelto de un tiempo a esta parte. Solo le ha faltado a?adir el anuncio de la colocaci¨®n de un juego de concertinas a la altura del r¨ªo S¨¨nia como medida disuasoria contra la barretina imperialista. O ya puestos unas estilizadas alambradas Mauthausen Style Vintage. Resulta ir¨®nico, por no decir esquizofr¨¦nico, que mientras nuestra clase empresarial clama por mejorar las infraestructuras y relaciones a este lado del Mediterr¨¢neo entre regiones vecinas y c¨®mplices en tantas cosas, el discurso del se?or Fabra se nos presente en forma de hoja de parra anticatalanista para tapar las verg¨¹enzas y corruptelas que le asoman a su partido por los cuatro costados.
No s¨¦ si quien le estar¨¢ dictando su hoja de ruta rumbo a las pr¨®ximas elecciones europeas, pero por el estilo se dir¨ªa que en el Palau de la Generalitat han contratado al vidente Sandro Rey como asesor pol¨ªtico. Pasado el rid¨ªculo del diccionario de la Acad¨¨mia Valenciana de la Llengua hay que seguir marcando paquete medi¨¢tico y nosotros aguantando este bochorno valenciano como si se trataran de los calores de la menopausia. Supongo que un d¨ªa de estos sus spin doctors le organizaron un acto de adhesi¨®n y fervor popular porque al paso que va, solo le queda el aplauso de la corte de la fallera mayor.
Para ser consecuentes con su trayectoria- la de esta derecha cerril e iletrada- ahora que a Raimon le han dado el Premi de les Lletres Catalanes, el Consell que preside don Alberto Fabra deber¨ªa expresar su m¨¢s en¨¦rgica protesta contra la entidad ?mnium Cultural por apropiarse de una figura valenciana como la de este cantautor nacido en La Costera como el presidente de la Diputaci¨®n Alfonso Rus y el Papa Alejandro VI. O hacer de tripas coraz¨®n como el Ayuntamiento franquista que presid¨ªa don Adolfo Rinc¨®n de Arellano y enviarle un felicitaci¨®n, como en su d¨ªa hicieron por su triunfo en el Festival de la Canci¨®n del Mediterr¨¢neo.
Raimon sigue siendo incomodo-y por muchos a?os que lo veamos - para esta derecha analfabeta como lo fue para aquella izquierda pusil¨¢nime de Joan Lerma y sus sat¨¦lites televisivos de Canal 9. Nada nuevo bajo el sol. Raimon ya forma parte de la historia de este pa¨ªs, el de aqu¨ª, el de m¨¢s all¨¢ del Ebro y el de pasado el Puerto de Contreras. Entre otras razones por haber colaborado a cambiar la sensibilidad de la sociedad espa?ola, por haber iniciado un movimiento gracias al cual despu¨¦s vendr¨ªan los Serrat, Aute, Llach y compa?¨ªa. Un creador que se enmarca y se enlaza en ese paisaje cultural de la mitad del siglo XX que produce figuras como Georges Brassens, L¨¦o Ferr¨¦, Gino Paoli, Jacques Brel, Barbara, etc. No es casual que Bob Dylan y Raimon coincidan en la primavera de 1966 en el Olympia de Par¨ªs como embajadores de esa canci¨®n nueva, con cara i ulls que anunciaba los nuevos y revueltos tiempos.
Escuchar de vez en cuando Veles e vents, el poema de Ausi¨¤s March al que Raimon puso m¨²sica y voz, contin¨²a siendo una de las mejores formas de combatir el bochorno valenciano en cualquier estaci¨®n del a?o. Como en esta primavera.
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