ANC y cultura

Son m¨¢s fiables los an¨¢lisis culturales que los an¨¢lisis pol¨ªticos, en tanto los pol¨ªticos tienden a ser m¨¢s fieles a su cultura que a sus pol¨ªticas declaradas. Humm. Ilustraci¨®n. El ¨²ltimo d¨ªa de actividad parlamentaria antes de las elecciones de 2012, Oriol Pujol se present¨® en la biblioteca del Parlament y solicit¨® al bibliotecario que le diera, as¨ª, a lo bruto, ¡°llibres de procesos de independ¨¨ncia¡±. El staff CiU, vamos, carec¨ªa de esa cultura en una fecha en la que ya pose¨ªa esa pol¨ªtica. Es probable que a¨²n no posea esa cultura. No, al menos, si entendemos que una cultura no es una autoafirmaci¨®n repetitiva, sino un sentido com¨²n determinado. Y, en los grandes partidos ¡ªa pesar de lo llovido desde 2011¡ª, el sentido com¨²n sigue siendo el mismo que en 2011.

Les paso tres visualizaciones. A) CiU y el PSC difieren, al parecer, en la agenda pol¨ªtica. Pero su cultura en com¨²n les permite ponerse de acuerdo en rebajar impuestos a BarcelonaWorld, ese cambio estructural en el modelo de territorio que, glups, si es como la propuesta de Barcelona-Las Vegas, supone tambi¨¦n una posibilidad cotidiana de blanqueo de capitales, en este caso promovida por una entidad financiera local. B) Los grandes grupos del Parlament, enfrentados pol¨ªticamente, vieron culturalmente aceptable que una egregia empresa de autopistas convocara ¡ªcon un par, como la Fruits Company en Guatemala¡ª una comisi¨®n en sede parlamentaria el 25 de abril de 2012, coincidiendo con el inicio de la campa?a ciudadana No Vull Pagar. Tras la reuni¨®n, por cierto, se reformul¨® la ley ¡ªno pagar peajes pas¨® a ser delito¡ª, y ERC se descolg¨® de la campa?a. Un intento similar ¡ªes decir, de presi¨®n¡ª emitido por la ciudadan¨ªa al Parlament para intentar que se descolgara de votar el fin del Bienestar en 2011, ha provocado que C) Generalitat, Parlament y la extremo-derechista Manos Limpias se personen en 2014 como acusaci¨®n en el juicio de la Audiencia contra 20 ciudadanos, en una acci¨®n que indica que algo ¡ªuna cultura¡ª, une a esos tres entes. Y, m¨¢s a¨²n, los diferencia absolutamente de esos ciudadanos.

Esas diferencias, lo dicho, no son tanto pol¨ªticas como culturales. No dibujan un eje izquierda-derecha sino un choque entre un bloque postdemocr¨¢tico y un bloque democr¨¢tico. Un bloque que cree que la democracia es un producto finalizado, en simbiosis positiva con el sector privado, y otro bloque que sostiene que la democracia sufre una agresi¨®n financiera, no democr¨¢tica, y que debe de superar esa contra-reforma hist¨®rica a trav¨¦s de su ampliaci¨®n en lo social, lo pol¨ªtico, lo econ¨®mico y lo territorial.

Bajo un an¨¢lisis cultural, el bloque postdemocr¨¢tico ¡ªintegrado, entre otros y para volvernos a re¨ªr, por el Gobierno, el Govern y Manos L¨ªmpias¡ª, solo puede gestionar su cultura, que no verbaliza, y no pol¨ªticas democr¨¢ticas, de las que no deja de hablar. En ese sentido, es dudoso culturalmente que el Gobierno no reduzca a¨²n m¨¢s los derechos. O que el Govern los ampl¨ªe y, pongamos, intensifique la democracia directa v¨ªa refer¨¦ndum con una pregunta clara. La pregunta es, ?puede hacer algo al respecto la ANC?

Entre todas las nuevas instituciones ciudadanas, la ANC es la primera que tiene contacto con un Gobierno

La ANC, en ese sentido, es algo importante y ¨²nico. Entre todas las nuevas instituciones ciudadanas, es la primera que tiene contacto con un Gobierno. ?Es la ANC un elemento de presi¨®n democr¨¢tica sobre un Govern postdemocr¨¢tico? O, lo que es lo mismo: ?es una instituci¨®n democr¨¢tica o postdemocr¨¢tica?

La ANC es un objeto curioso. Tiene un ¨²nico fin ¡ªcomo la PAH y otras recientes instituciones democr¨¢ticas ciudadanas¡ª, es horizontal ¡ªdemocr¨¢tica ¡ª, es rupturista ¡ªdemocr¨¢tica¡ª, plantea en documentos la desobediencia ¡ªdemocr¨¢tica¡ª, y pretende un acto de democracia directa ¡ªdemocr¨¢tica¡ª. Una parte llamativa de sus miembros proviene de movimientos sociales ¡ªdemocr¨¢tica¡ª, y en barrios y municipios no difiere mucho, o coincide con el post15-M, su vocabulario y programa ¡ªdemocr¨¢tica¡ª.

A su vez, no es del todo horizontal, y en su ¨¦lite hay miembros de partidos ¡ªpostdemocr¨¢ticos, en ocasiones¡ª. Tienen contacto opaco o, al menos, discreto, con el Govern ¡ªpostdemocracia¡ª. No ejercen ni exigen control sobre la gesti¨®n del Proc¨¦s por parte del Govern ¡ªpostdemocracia¡ª, sino fe inquebrantable ¡ªpostdemocracia¡ª. Ceden el dibujo de conceptos como democracia a un gobierno ¡ªpostdemocracia¡ª. Piden cohesi¨®n en torno a un gobierno que, junto al espa?ol, ha elaborado la contra-reforma democr¨¢tica ¡ªpostdemocracia¡ª. Ceden el dise?o del futuro Estado al Govern y tampoco opinan del dise?o del actual ¡ªla Generalitat no es una ONG, es Estado¡ª, que est¨¢ elaborando CiU y ERC a trav¨¦s de presupuestos ¡ªpostdemocracia¡ª.

?La ANC es una herramienta democr¨¢tica o es una herramienta gubernamental? ?Ofrece a un gobierno postdemocr¨¢tico una banda sonora y apariencia democr¨¢tica? Deber¨ªa, en ese sentido, aclarar y decantar su cultura. Eso orientar¨ªa a confirmar si el Proc¨¦s es postdemocracia o democracia. Algo esencial. La posdemocracia ha votado en el Congreso que un guardia jurado privado es Estado, por lo que se hace dif¨ªcil en el tiempo que no lo sea tambi¨¦n Catalu?a. Lo trascendente, por tanto, es saber si esta sociedad, en esa tesitura, tendr¨¢ posibilidades de democracia real, o si se encamina de una forma de postdemocracia a otra.