Devoradores de futuro
Quienes hablan de asedio al Parlament por el 15-M hicieron hace 30 a?os una protesta id¨¦ntica que calificaron de patriota
La man¨ªa de la predicci¨®n, hay ansiedad por anticiparse y modelar el futuro, caracteriza las ¨¦lites de hoy. El reciente debate en las Cortes sobre el derecho a decidir de los catalanes desencaden¨® un frenes¨ª por avanzar resultados. Y no para de especularse sobre qu¨¦ pasar¨¢ en los seis meses que nos separan del 9/N. Las c¨¢balas, especulaciones y autoprofec¨ªas ¡ªque quieren autocumplirse¡ª son lo normal en la vida de estas ¨¦lites pol¨ªticas. Como si avanzar el futuro dise?ara un hoy que ya es pasado. Hay prisa loca. El para qu¨¦ es un lugar com¨²n. Impulsores y detractores de la independencia de Catalu?a dan por hecho, desde hace al menos dos a?os, que el pueblo catal¨¢n es independentista per se. Lo saben mucho antes de pregunt¨¢rnoslo. ?No es magn¨ªfico?
La man¨ªa de la predicci¨®n es el ¨²ltimo invento de los consultores pol¨ªticos, esa raza guay de seres entregados y agudos que abren paso a sus jefes (ver Quai d'Orsay, obra maestra de Bernard Tavernier, para entender el esp¨ªritu de sacrificio de tal profesi¨®n). Ya que las encuestas fallan (enga?ar a las encuestas es un it) cient¨ªficos del marketing pol¨ªtico norteamericanos y espa?oles descubren los ¡°mercados de predicci¨®n¡± (sic) como arma infalible para saber qu¨¦ pasar¨¢.
Las posibilidades de esos mercados son m¨²ltiples: algunos lo f¨ªan todo a la ¡°sabidur¨ªa (innata) de las multitudes¡± (?socorro!). Otros priman esta sabidur¨ªa permitiendo apostar, dando incentivos, sobre la probabilidad de que la opini¨®n com¨²n se decante por A por B (?S.O.S.!). La ¨²ltima tecnolog¨ªa permite mil combinaciones en esa ciencia que hoy se expande (ver Antoni Guti¨¨rrez-Rub¨ª en Alternativas econ¨®micas, marzo 2014). Empresas espa?olas ya ofrecen sus servicios sin reparos, si bien un experto dice que ¡°opinamos sobre ideales pero apostamos sobre creencias¡±. ?Lo sab¨ªan nuestros devoradores de futuro que hoy anticipan lo que votaremos dentro de seis meses?
Remov¨ª archivos y habl¨¦ con gente que el 30 de mayo de 1984 vivieron otro asedio al Parlament
Si las ultim¨ªsimas ciencias sociales descubren la p¨®lvora predictiva deber¨ªan volver a los cl¨¢sicos y al or¨¢culo de Delfos (siglo VIII a C.): pura religi¨®n. Pero, efectivamente, el siglo XXI cree que sistematizando los datos sobre cada uno de nosotros se podr¨¢ acabar sabiendo qu¨¦ haremos el a?o que viene. Parece magia pero es tecnolog¨ªa.
La predicci¨®n m¨¢s cl¨¢sica se basa en dos elementos pedestres: la ignorancia y el olvido. Ignorar que los hombres m¨¢s antiguos sent¨ªan la misma necesidad por predecir y modelar el futuro que hoy sienten quienes han sido incapaces de asimilar los avances culturales y sociales producidos tras siglos de civilizaci¨®n es apostar a ciegas sobre la sabidur¨ªa de las masas. Pero entrar en c¨®mo se forma la sabidur¨ªa y la ignorancia de masas e individuos obliga a debatir sobre educaci¨®n y propaganda, lo dejo para otro d¨ªa.
El olvido, en cambio, es habitual entre nuestros contempor¨¢neos: gadgets, pr¨®tesis y saberes tecnol¨®gicos urgentes compiten por nuestro tiempo. Hay que apresurarse tanto para estar el d¨ªa que nos olvidemos de cosas calificadas de menores y anticuadas de nuestro pasado, como fue el ¡°asedio al Parlament¡± el 15 de junio de 2011 por los del 15-M. Eso fue lo que yo pens¨¦ al leer los peri¨®dicos y ver las televisiones al d¨ªa siguiente: todos coincid¨ªan en hablar de ¡°asedio por primera vez al Parlament¡±. Dud¨¦ sobre mi propio recuerdo: aquello yo lo hab¨ªa visto antes. Pero los d¨¦j¨¤ vu son a menudo espejismos, as¨ª que lo olvid¨¦.
Al resucitar ahora el tema con el juicio, en la Audiencia Nacional nada menos, donde Artur Mas declar¨® (por videoconferencia) que ¡°nunca hab¨ªa visto una protesta como la del asedio al Parlament¡± volv¨ª a pensar en el d¨¦j¨¤ vu que todos segu¨ªan sin recordar. Esta vez quise comprobar mi propia memoria: remov¨ª archivos y habl¨¦ con gente que el 30 de mayo de 1984 vivieron otro asedio al Parlament con una importante diferencia, entonces no se llam¨® asedio sino manifestaci¨®n, que algunos calificaron de ¡°patri¨®tica¡±. Artur M¨¢s olvida tambi¨¦n que entonces colaboraba en una empresa de los Prenafeta y (desde 1982) con el Departamento de Comercio de la Generalitat.
Ese d¨ªa de mayo del que pronto se cumplir¨¢n el 30 a?os, las cr¨®nicas hablan de una manifestaci¨®n de entre 50.000 y 300.000 personas, seg¨²n los convocantes, que en desagravio por su inclusi¨®n en la querella que el fiscal general del Estado present¨® sobre Banca Catalana, acompa?aron a Pujol hasta la Generalitat. Viej¨ªsima historia, ¨¦pica eterna. La Guardia Urbana acordon¨® el Parlament y polic¨ªas y mossos no intervinieron, ni siquiera cuando los diputados socialistas (cosa normal entonces) eran insultados y sus coches zarandeados mientras Pujol dec¨ªa que aquella concentraci¨®n, en protesta por ¡°una jugada indigna contra Catalu?a¡± era ¡°un acto hist¨®rico¡±. El olvido general que hoy llama asedio a una manifestaci¨®n incluye que entonces se grit¨® con fuerza ¡°Pujol president, Catalunya independent¡±. La vida. Devoramos el futuro e ignoramos el pasado. ?Y si el pasado olvidado fuera la m¨¢s fiable predicci¨®n de futuro?
Margarita Rivi¨¨re es periodista.
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