?C¨®mo se le gana a Irujo?
El navarro y Barriola llegan a la final despu¨¦s de superar con facilidad a Xala-Zubieta (22-8)
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Cualquier semifinal que se precie debe tener un marcador aseado, decoroso. Si la norma carece de excepciones, el partido del torneo de mano parejas de este lunes festivo en Bilbao debe ser declarado un fiasco. Sobre todo, para la afici¨®n. Un 22-8 no deja resquicio para la apuesta, el debate ni siquiera la ponderaci¨®n de los jugadores; los que ganan por su superioridad, los derrotados por su impericia. Algo as¨ª ha ocurrido.
En esto del juego de la pelota profesional, Aimar Olaizola y Juan Mart¨ªnez de Irujo son de otra galaxia. Los dos se han colado en la final porque est¨¢n a a?os luz del resto. En el supuesto de que un d¨ªa perdieran, que busquen al de la flauta. El poder¨ªo de ambos delanteros navarros no tiene parang¨®n en condiciones normales. Por eso se hartan de disputarse las txapelas y los mejores torneo aunque sean los de verano.
Confirmando su neta superioridad, ambos llegan a la final del 4 de mayo sin rasgu?os en la larga fase de clasificaci¨®n y de liguilla de semifinales. Quiz¨¢ Irujo haya dado m¨¢s de una preocupaci¨®n porque su mano no estaba algunas veces como ¨¦l quisiera, aunque tampoco necesita mucho m¨¢s para sacar adelante partidos como el del front¨®n Bizkaia. Eso s¨ª, ante Olaizola II ser¨¢ otra cosa aunque ha habido tantos donde Xala le ha puesto a prueba sin demasiada suerte la verdad.
En duelos tan desnivelados como el de Bilbao, al delantero derrotado - siempre una referencia- es l¨®gico que le asalten las dudas. "?Qu¨¦ hago?" dec¨ªa en voz baja Xala ante la avalancha de Irujo y? los errores de su compa?ero Zubieta cuando hab¨ªa alguna posibilidad de ara?ar un tanto. "?Por d¨®nde meto la mano?", a?ad¨ªa. No hab¨ªa manera. En d¨ªas as¨ª es imposible jugar contra los elementos, sobre todo si son m¨¢s de uno.
Despu¨¦s de unas semifinales sin nivel, la esperanza queda para el? 4 de mayo
Ha habido demasiada diferencia. Todo se ha decantado muy pronto. Desde un emocionante por iluso, claro, 3-4, Irujo y Barriola se han ido a un 3-12 que hac¨ªa presagiar por d¨®nde se romper¨ªa la cuerda. Para entonces Zubieta ya hab¨ªa perdido demasiadas pelotas, confirmando que no ha vuelto con su mejor pegada, y Xala se ve¨ªa impotente para rebajar la avalancha de un Irujo convertido en ese killer que no quiere perder ni en pachangas. Aquel gancho del tanto 11 era un ejemplo de que hab¨ªa venido a liquidar cuanto antes la papeleta.
Para amortiguar una imagen muy raqu¨ªtica sirva el gancho de rabia de Xala en el 6-15, pero todo se le antojaba cuesta arriba. En la grada, ni un comentario ni un amago de duda, con una magn¨ªfica entrada por cierto. En realidad, todo estaba decidido abajo, en una cancha que se ha quedado sin la miga de un partido atractivo de salida, pero aguado muy pronto.
Queda la esperanza de la final despu¨¦s de una ronda preliminar muy lejos de lo que podr¨ªa imaginarse. Olaizola II e Irujo son una garant¨ªa. Pero quiz¨¢ sea el d¨ªa de mirar atr¨¢s, donde puede resolverse el partido en el caso de que los dos delanteros sigan tan entonados como hasta ahora.
Todo ha sido demasiado r¨¢pido, sobre todo mirando al marcador. En la cancha ha habido m¨¢s emoci¨®n, aunque siempre acababa siendo del mismo color.
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