Gran versi¨®n de ¡®Vida de H¨¦roe¡¯ a cargo de la Sinf¨®nica
Slobodeniouk y Denoke rinden el primer homenaje de la formaci¨®n gallega a Richard Strauss en su 150? aniversario
La Orquesta Sinf¨®nica de Galicia ha celebrado con gran ¨¦xito un programa monog¨¢fico dedicado a Richard Strauss (M¨²nich, 11.06.1854/ 08.09.1949), cuando est¨¢ a punto de cumplirse el 150? aniversario de su nacimiento. En programa, una selecci¨®n de alguno de sus m¨¢s conocidos lieder, cantados por la soprano alemana Angela Denoke, y el poema sinf¨®nico Ein Heldeleben (Vida de h¨¦roe).
Angela Denoke hizo una preciosa versi¨®n de los lieder programados. En Das Rosenband proporcion¨® una suave e ¨ªntima alegr¨ªa desde la sedosa sensaci¨®n auditiva que produce su voz. Esta parece algo falta de cuerpo en el registro m¨¢s grave, donde fue mimada desde el podio con una ajustada din¨¢mica orquestal. Waldseligkait fue una muestra perfecta de delicadeza y control sonoro por soprano y director, mientras Ruhe, meine Seele lo fue de sensaci¨®n de soledad serena, apenas turbada por el recuerdo de amenazas ajenas. Denoke y Slobodeniouk imprimieron a cada de estas peque?as obras maestras el m¨¢s adecuado car¨¢cter, lo que continu¨® en Allerseelen, una ola de serenidad desde el m¨¢s all¨¢, y en C?cilie, un expansivo canto al amor que quiere ser correspondido en el que cantante, orquesta y director se alzaron en un alt¨ªsimo vuelo expresivo.
Tras el final de este lied, el t¨ªpico silencio con toses entre movimientos de una misma obra se prolong¨® hasta que Slobodeniouk cerr¨® la partitura y se volvi¨® hacia el desconcertado p¨²blico, que solo entonces rompi¨® a aplaudir por un despiste l¨®gico: el respetuoso auditorio esperaba el ¨²ltimo lied que vio en el programa de mano, Zueignung, que inmediatamente fue cantado como propina. Otro error, el de una pobre azafata perdida entre los m¨²sicos sin poder entregar un ramo de flores a Denoke, podr¨ªa haber sido evitado si alg¨²n responsable le hubiera indicado el camino con unas instrucciones correctas. Finalmente, tras bisar Das Rosenband, una gran ovaci¨®n a cantante, orquesta y director fue remate paliativo de esta acumulaci¨®n de yerros.
Tras el descanso, Slobodeniouk y la Sinf¨®nica ofrecieron una espl¨¦ndida versi¨®n de Ein Heldeleben. En el primer episodio, Der Held (el h¨¦roe), la fuerza heroica y decidida del protagonista (el propio Strauss, en realidad) fue muy bien plasmada por la OSG y Slobodeniouk. Con la misma calidad se reflej¨® la insidia de sus adversarios, Des Helden Widersacher, en preciosos ecos de la flauta de Claudia Walker Moore reflejados por el contrapunto de las maderas. El ominoso fondo del registro grave de unos amenazadores metales, una gran claridad de l¨ªneas y muy buena disposici¨®n de planos sonoros, los toques sueltos de trompas y trompetas y la marcha fatigosa de las cuerdas llevaron al tercer episodio, Des Helden Gef?httin, la compa?era del h¨¦roe, que fue un momento muy destacado de la interpretaci¨®n de la Sinf¨®nica y su titular.
En su largu¨ªsimo solo de viol¨ªn que vertebra el episodio, el concertino de la OSG, Massimo Spadano, tuvo uno de sus d¨ªas grandes, con una afinaci¨®n perfecta, unos arpegios limp¨ªsimos, un bello color en todos los registros y un fraseo de gran expresividad. Con las cuerdas de su viol¨ªn teji¨® una infinita madeja de ternura y de travesura juguetona, proyectando sobre el auditorio toda la belleza y complejidad de car¨¢cter que Strauss apreciaba en su esposa y plasm¨® magistralmente en su partitura. Luego, las arpas fueron inicio y base de toda la pasi¨®n que desarroll¨® la orquesta bajo la batuta firme y llena de musicalidad de Slobodeniouk.
En Des Helden Walstatt (el campo de batalla) se mostr¨® la oscuridad rasgada entre bastidores por las tompetas que dan la salida a la acci¨®n: toda una marcha guerrera en comp¨¢s ternario acentuado en la percusi¨®n por cajas, platos y timbales (excelente color de Trigueros en estos, con cambios de baquetas inusualmente r¨¢pidos). El tutti orquestal resalt¨® los altibajos de la acci¨®n y las nueve trompas que requiere la partitura los redondearon con un fogoso brillo solar. Este se prolong¨® en Des Helden Friedeswerke antes de que el d¨²o de tubas y el de arpas marcaran la serenidad de esa vida en paz del h¨¦roe cantada por el oboe de Cassey Hill y el clarinete de Juan Ferrer.
Tras el tumultuoso inicio de Des Helden Weltflucht und Vollendung, el corno ingl¨¦s -de David Villa en esta ocasi¨®n- marc¨® el momento sereno y doloroso de la fusi¨®n del h¨¦roe y el Universo sobre el latido del timbal. Y multitud de temas straussianos -toda la vida del autor como protagonista, tal cual dicen que sucede con quien est¨¢ a punto de morir- pas¨® espl¨¦ndidamente interpretada por orquesta, solistas ¨Cgrande David Bushnell con la trompa- y director. La fort¨ªsima ovaci¨®n y los numerosos bravos del p¨²blico, cargados de raz¨®n, as¨ª lo valoraron.
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