Claves para la sostenibilidad del sistema de garant¨ªa de ingresos
La pol¨ªtica de garant¨ªa de ingresos dio un paso m¨¢s en la senda de afrontar sus propios retos y en la ultima legislatura
Hace unas semanas el Gobierno vasco con el lehendakari, I?igo Urkullu, a la cabeza celebraba los 25 a?os de existencia del programa de Garant¨ªa de Ingresos en Euskadi. Un programa que surgi¨® como reacci¨®n a las consecuencias de la grave crisis econ¨®mica de los a?os ochenta y que, con un ampl¨ªsimo consenso pol¨ªtico e institucional, ha evolucionado durante todo este tiempo y ha frenado, especialmente, la pobreza mas severa. Surgi¨® con una vocaci¨®n coyuntural vinculada a una crisis, pero afortunadamente se ha consolidado como una pol¨ªtica estructural y pieza angular del estado de bienestar vasco; ha sabido, adem¨¢s, adaptarse a los nuevos fen¨®menos de pobreza que han ido surgiendo a lo largo de este ultimo cuarto de siglo: j¨®venes con empleo precario, pensionistas con bajas pensiones, mujeres con cargas familiares o inmigrantes que pierden su empleo o carecen de una situaci¨®n legal para poder tenerlo.
La pol¨ªtica de garant¨ªa de ingresos dio un paso m¨¢s en la senda de afrontar sus propios retos y en la ultima legislatura, al par que se asum¨ªa la importante transferencia de empleo, redefini¨® sus herramientas en torno a la empleabilidad de las personas. El Servicio Vasco de Empleo, Lanbide, como ocurre en los pa¨ªses m¨¢s desarrollados de Europa, gestiona desde esa fecha las pol¨ªticas activas y las pol¨ªticas pasivas o de prestaciones. El pilar fundamental de un sistema de empleo para Euskadi. Percibir una renta m¨ªnima es imprescindible cuando se carecen de ingresos econ¨®micos o se est¨¢ en riesgo de exclusi¨®n social, pero a¨²n lo es m¨¢s no renunciar a la autonom¨ªa econ¨®mica derivada del empleo.
El programa vasco de Garant¨ªa de Ingresos fue pionero en el Estado espa?ol cuando se puso en marcha, lo ha sido cuando ha definido la empleabilidad como herramienta clave para lograr la autonom¨ªa personal y es hoy un superviviente en el marasmo de recortes sociales desplegados a diestro y siniestro en el panorama espa?ol.
En el acto de reconocimiento mencionado, el lehendakari apelaba a la responsabilidad de todos para asegurar el sostenimiento del sistema ¡ªuna responsabilidad que se pide cuando se gobierna, y se practica poco cuando se esta en la oposici¨®n¡ª. El Gobierno socialista, en un contexto de crisis y de contenci¨®n del gasto publico, redujo la cuant¨ªa de la Renta de Garant¨ªa de Ingresos en un 7%. Una medida dif¨ªcil y pol¨¦mica.
Merece la pena recordar c¨®mo el PNV, con el actual consejero de Hacienda a la cabeza propon¨ªa, a trav¨¦s de una enmienda a los Presupuestos de 2012, la retirada de esa decisi¨®n. Decisi¨®n que han mantenido y no parece que vayan a revocarla como ser¨ªa lo coherente, a la vista de los hechos. Por lo tanto, responsabilidad s¨ª, siempre, y acierto en dise?ar una pol¨ªtica que ayude a generar empleo especialmente para estas personas.
Hacer sostenible el sistema no es solo dotarlo presupuestariamente, sino ofrecer oportunidades a quienes forman parte del mismo. De igual manera que la educaci¨®n persigue que los alumnos avancen en sus conocimientos o el sistema de salud que los enfermos se curen, el sistema de garant¨ªa de ingresos debe tener una puerta de salida al empleo. De las 178.142 personas que se hallan en el registro del paro (marzo de 2014) 51.392 perciben la RGI y est¨¢n en edad de trabajar. De ellas, 23.093 personas tienen menos de 40 a?os, y del total de perceptoras m¨¢s de 13.000 cuentan con estudios de bachillerato, FP o universitarios. Son por tanto personas con unas competencias b¨¢sicas adecuadas para mejorar su empleabilidad y par acrecentar sus oportunidades.
El sistema esta dotado de una informaci¨®n suficiente para radiografiar el mapa de este universo de perceptores municipio a municipio. Los expertos en la materia y la experiencia internacional nos dice que hay que casar la oferta de empleo con la demanda, mejorar la empleabilidad, trabajar nuevos sectores de creaci¨®n de empleo, pero para ello se necesita apostar por los servicios de empleo. La pol¨ªtica de empleo vasca no van por el camino ni de robustecer los servicios, en medio de una conflictividad laboral, ni de fortalecer las pol¨ªticas de ayuda al empleo que se gestionan tarde y mal, tal y como ha quedo demostrado hace algunos d¨ªas. Hacerlo es contribuir a la sostenibilidad del sistema de garant¨ªa de ingresos. Un sistema de derechos, y no de caridad, un puente en el camino a la plena integraci¨®n laboral y social.
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