Otro escritor conden¨® como juez a Miguel Hern¨¢ndez

La condena de uno de los poetas m¨¢s universales de Espa?a, Miguel Hern¨¢ndez (Orihuela, 1910-Alicante, 1942), la firm¨® un juez que antes de aprobar su oposici¨®n de magistrado hab¨ªa sido un reconocido escritor humor¨ªstico cuyas narraciones se hab¨ªan publicado en diversos medios. Manuel Mart¨ªnez Gargallo firmaba sus relatos como Manuel L¨¢zaro, seg¨²n ha comprobado y demostrado el catedr¨¢tico de Literatura y Lengua Espa?ola de la Universidad Juan Antonio R¨ªos, que ha buceado en la prensa de la ¨¦poca para profundizar en la identidad de este humorista que conden¨® a decenas de periodistas y humoristas gr¨¢ficos durante el franquismo.

¡°Sobre la condena a Miguel Hern¨¢ndez se ha escrito mucho, pero nadie se hab¨ªa preguntado por la identidad de la persona que la ejecut¨®¡±, explica este profesor que publicar¨¢ en breve el resultado de su investigaci¨®n en una revista especializada de Estados Unidos. Mart¨ªnez Gargallo fue un colaborador habitual de las publicaciones humor¨ªsticas hasta que, en marzo de 1931, aprobara una oposici¨®n y obtuviera la plaza de juez en Murias de Paredes, un pueblo de Le¨®n, cuando apenas ten¨ªa 26 a?os. ¡°La paradoja es que antes hab¨ªa sido un buen humorista, y luego fue capaz de condenar incluso al caricaturista que le ilustr¨® parte de sus relatos¡±, afirma R¨ªos.

Las narraciones humor¨ªsticas de Manuel L¨¢zaro tuvieron muchos seguidores y alcanzaron cierta fama por su ¡°agudeza e ingenio¡±, seg¨²n R¨ªos, quien considera su prosa y estilo comparable al de otros escritores como Enrique Jardiel. El profesor de la Universidad de Alicante explica que sus relatos aparec¨ªan peri¨®dicamente en publicaciones como Buen Humor, Cosm¨®polis, Ondas, Guti¨¦rrez, Blanco y Negro, Nuevo Mundo, Cinegramas o el peri¨®dico ABC.

Mart¨ªnez Gargallo fue un colaborador habitual de las publicaciones humor¨ªsticas

La cr¨ªtica lo situ¨® entre los miembros de "la otra generaci¨®n del 27", entre los que tambi¨¦n figuraban Enrique Jardiel Poncela, Rafael S¨¢nchez Mazas o C¨¦sar Gonz¨¢lez Ruano, entre otros. La producci¨®n literaria de Garc¨ªa Gargallo arranca en la d¨¦cada de los a?os veinte, y tras su nombramiento como magistrado, El Heraldo de Arag¨®n public¨® una nota reveladora: ¡°Manuel L¨¢zaro, fino humorista, es el seud¨®nimo de un sesudo licenciado en Derecho que respond¨ªa al nombre de Manuel Mart¨ªnez Gargallo¡±. El tema no era un secreto, pero nadie se hab¨ªa detenido en desenmascarar al verdugo del poeta de Orihuela.

Seg¨²n la investigaci¨®n de R¨ªos, durante la primavera de 1939 el magistrado se pas¨® al bando nacional, una vez iniciada la Guerra Civil, y luego fue el juez instructor de decenas de condenas a periodistas, escritores, humoristas o fot¨®grafos como titular del Tribunal Especial de Prensa. ¡°Los pormenores del proceso de Miguel Hern¨¢ndez se conoc¨ªan pero no el detalle del personaje que ejecut¨® la pena contra el poeta oriolano¡±, asegura R¨ªos, quien cree que el juez y el poeta no coincidir¨ªan en Madrid antes de 1936 ya que ¡°sus mundos eran antit¨¦ticos¡±. No obstante, el profesor concluye que el magistrado fue ¡°consciente y sab¨ªa perfectamente quien era Miguel Hern¨¢ndez, cuando dict¨® la condena¡±.

El Heraldo public¨® el 1 de mayo de 1930: ¡°Manuel L¨¢zaro equilibra su prosa con su ingenio y agudeza, pero cuando reapareci¨® Manuel Mart¨ªnez Gargallo y se convirti¨® en martillo de herejes, muchos de ellos conocidos o contertulios, el colaborador de tantas revistas y ant¨®logo de sus propios compa?eros¡±. Como juez no le tembl¨® el pulso a la hora de condenar a excompa?eros suyos de profesi¨®n, incluso en alg¨²n caso ¡°fue capaz de transformar una pena inicial de 12 a?os en otra condena a muerte¡±. Y es que, como recalca el profesor de la Universidad de Alicante, ¡°el encaje de los delitos en los diferentes art¨ªculos del C¨®digo de Justicia Miliar permit¨ªa cualquier arbitrariedad sin el riesgo de la recusaci¨®n¡±.