San Petersburgo, 1905
Dos sinfon¨ªas de car¨¢cter muy diferente compusieron el ¨²ltimo programa de la Orquesta de Valencia
Dos sinfon¨ªas de car¨¢cter muy diferente compusieron el ¨²ltimo programa de la Orquesta de Valencia: la 102 de Haydn y la 11 de Shostak¨®vich. De esta ¨²ltima se ha dicho con frecuencia que podr¨ªa calificarse de poema sinf¨®nico, dada su estrecha ligaz¨®n a un programa que proporciona, incluso, los nombres de los movimientos. Dicho programa est¨¢ referido a la matanza de cientos de manifestantes por el ej¨¦rcito zarista en la Rusia de 1905, y en la partitura se advierte, entre otras muchas habilidades, la experiencia de Shostak¨®vich como compositor de m¨²sica para el teatro y el cine. El conocimiento de los hechos acaecidos en el llamado Domingo sangriento (San Petersburgo, 1905) proporciona, sin duda, una posibilidad de acercamiento mayor a la obra, tanto por parte del p¨²blico como de los int¨¦rpretes. En cualquier caso ¨Cno podr¨ªa esperarse menos de un compositor de esa talla-, por debajo de la historia concreta y de la conmoci¨®n emocional que su recuerdo provoca, se encuentra un entramado musical de alt¨ªsima solidez. Shostak¨®vich utiliza aqu¨ª tanto material nuevo como temas provenientes de canciones propias y de cantos revolucionarios. Todo ello est¨¢ manejado con una sabidur¨ªa arm¨®nica y una destreza en el contrapunto que alejan a esta sinfon¨ªa del melodismo f¨¢cil, proporcion¨¢ndole cimientos seguros. Sin embargo, los efectos descriptivos y la fiereza de muchos pasajes ¨Cconfundidos err¨®neamente con una est¨¦tica de ¡°bombo y platillo¡±, especialmente cuando est¨¢ mal interpretada- han provocado a veces el disgusto de algunos c¨ªrculos musicales europeos: el compositor siempre tuvo que bregar con la censura de corte estalinista, por un lado, y, por el otro, con la incomprensi¨®n de las vanguardias occidentales, decantadas ya en su ¨¦poca hacia la eliminaci¨®n de la tonalidad y la poca complacencia con el p¨²blico.
Orquesta de Valencia
Director: Pinchas Steinberg. Obras de Haydn y Shostak¨®vich. Palau de la M¨²sica. Valencia, 16 de mayo de 2014.
Pinchas Steinberg dirigi¨® con tino y precisi¨®n, aunque no lleg¨® a plasmar del todo el presentimiento de la tragedia que sobrevuela el primer movimiento. Tampoco se escucharon con nitidez los tremendos fortissimi del ¨²ltimo, donde las diferentes l¨ªneas orquestales aparecieron algo emborronadas. Por el contrario, el tambi¨¦n fortissimo final del segundo result¨® muy l¨ªmpido, adem¨¢s de sinceramente estremecedor. Muy bonito tambi¨¦n el inicio del tercero, en memoria de las v¨ªctimas, a cargo de las violas, con una entrada escalonada del tema principal en las diferentes secciones de la cuerda. Imposible mencionar a todos los instrumentistas que tuvieron un papel relevante en esta partitura, pero por su tensi¨®n y limpieza habr¨ªa que destacar al timbalero Javier Eguillor y a las cuatro trompas.
Antes, con Haydn, Steinberg molde¨® con habilidad el contraste entre el Largo y el Allegro del primer movimiento, ajustando bien a la orquesta en el transcurso de la sinfon¨ªa. En el Adagio, que otorga un papel notable al violonchelo, Mariano Garc¨ªa tuvo una impecable actuaci¨®n. Al minueto le falt¨® un poco de encanto y picard¨ªa al variar las repeticiones. Y el Presto son¨® alado y gr¨¢cil, con mayor intencionalidad expresiva que los dos movimientos anteriores.
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