Manipulando a Raimon
Despu¨¦s de un tiempo pasar¨¢n las nubes y con ellas los ¨¢rboles que ahora no dejan ver el bosque con todos sus matices
Coincidiendo con la alergia primaveral propia de estas fechas, la estaci¨®n ha venido se?alada por un ataque virulento de raimonitis que ha afectado principalmente a los observatorios y atalayas informativas de Madrid y Barcelona. Esta epidemia de raimonitis tiene su origen en las declaraciones que el cantante realiz¨® al programa El Suplement de Catalunya R¨¤dio que conduce Silvia Coppulo y donde el autor de Al vent confesaba su adscripci¨®n no independentista a pregunta de la entrevistadora. Una repuesta que no hac¨ªa falta ser Sherlock Holmes para adivinar la contestaci¨®n o por donde iban los tiros, a la vista, entre otros s¨ªntomas, de la poca o nula participaci¨®n del cantante en los eventos que se han sucedido de un a?o a esta parte en apoyo de la causa secesionista. Y que no hace m¨¢s que confirmar la coherencia del cantante respecto a su situaci¨®n y al momento pol¨ªtico.
Lo m¨¢s curioso y es lo que algunos olvidan, ya sea por desconocimiento o por malicia informativa, es que Raimon en la entrevista de marras en ning¨²n momento se expresaba contra el derecho de los catalanes a ser consultados y a poder manifestarse democr¨¢ticamente en las urnas. Que Raimon no sea independentista no quiere decir que no tenga sus convicciones democr¨¢ticas. Por otro lado, su tibieza o perplejidad independentista no deber¨ªa hacer que nadie, almog¨¤vers incluidos, se rasgaran las vestiduras y menos a estas alturas del siglo XXI y con la que est¨¢ cayendo.
Despu¨¦s de m¨¢s de 50 a?os, Raimon ha dejado pruebas de sobra de su lucha y defensa por la cultura y la lengua que compartimos de Salses a Guardamar, y de Fraga a Ma¨® que dir¨ªa un militante del PSAN de la vieja guardia. Este balance, entre otros m¨¦ritos, es el que le ha hecho valer el reconocimiento, de ese Premi de Les Lletres Catalanes que se le entregar¨¢ el pr¨®ximo 10 de junio y donde seguramente Raimon tendr¨¢ tiempo de decir no, s¨ª, pero, tambi¨¦n y mire usted por d¨®nde.
Tanto desde las torres de vigilancia de la meseta como desde los observatorios de la ciudad condal, han intentado llevarse el agua raimoniana a su molino particular. A unos y otros el caso les ha servido ya sea para ajustar cuentas con el nacionalismo intolerante, dogm¨¢tico y perif¨¦rico y reivindicar la figura conciliadora de Raimon o acordarse de Santa Barbara cuando truena y de paso del cantante.
Lo m¨¢s curioso es que pocas de estas voces que ahora salen en tromba en su defensa, en su momento, cuando al cantante se le quer¨ªa convertir en poco menos que en una especie de momia como Lenin y depositarlo en el mausoleo de la canci¨®n antifranquista, pusieron el grito en el cielo. M¨¢s de uno hasta pensaba para sus adentros que ahora que se hab¨ªa muerto el dictador para que seguir siendo monoling¨¹es con lo pr¨¢ctico que es siempre esta cosa del biling¨¹ismo y nos dejamos de programas subtitulados. Y que si continuaban cantando solo en catal¨¢n era solo por seguir chinchando. O sea puro ego¨ªsmo y cabezoner¨ªa. Y as¨ª siguen estando las cosas para muchos, progres¨ªa espa?ola incluida.
Muchas de estas voces que ahora emergen en defensa de la libertad de expresi¨®n raimoniana no han sido capaces de denunciar en todos estos a?os a una televisi¨®n p¨²blica y espa?ola, o sea de todos, que sigue negando el pan y la sal a las lenguas ¡°marginales¡± y perif¨¦ricas. Ni un gesto a favor de una mayor pluralidad cultural y ling¨¹¨ªstica. Eso si, programas sobre la Movida y otras manifestaciones posmodernas, p¨®ngame usted unos cuantos.
Como Raimon ya lleva bastantes a?os en este oficio y se las ha visto de todos los colores, me imagino que se estar¨¢ tomando las cosas con bastante calma y hasta con humor. Despu¨¦s de un tiempo pasar¨¢n las nubes y con ellas los ¨¢rboles que ahora no dejan ver el bosque con todos sus matices. Y las cosas volver¨¢n a ponerse en su sitio. El seguir¨¢ realizando conciertos, publicando sus discos peri¨®dicamente y dando noticias musicales. Ellos, la mayor¨ªa, seguir¨¢n como antes. Ignor¨¢ndolo.
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