Microcosmos de sonrisas
La multitudinaria banda de Thomas Lauderdale recupera a China Forbes e incorpora al apol¨ªneo Ari Shapiro en otra noche para reconciliarse con el mundo
?Puede una cantante tan divin¨ªsima como China Forbes ponerse a¨²n nerviosa sobre las tablas? No estamos seguros, pero el ritardando casi suicida con el que se estren¨® en Let's never stop falling in love era poco apto para percusionistas de pulso tembloroso. Forbes regresaba a Madrid despu¨¦s de cuatro a?os y la diva de mirada oce¨¢nica se entreg¨® a un Lope de Vega repleto y entusiasmado. Tan abrumadora en presencia como en registros, China engatus¨® en las cadencias, sublim¨® los l¨ªmites de la sofisticaci¨®n y se permiti¨® un arranque a capella en Black lizard para el que muy pocas vocalistas reunir¨ªan agallas.
Pink Martini despierta tantas adhesiones en Madrid como si nos encontr¨¢ramos en lo ancho de Oreg¨®n. Las visitas se suceden con ritmo casi anual, pero Thomas Lauderdale dispone de un inagotable cat¨¢logo de conejos en la chistera. Para la historia de flechazos con el p¨²blico peninsular queda el debut, anoche, del carism¨¢tico Ari Shapiro, un corresponsal en la Casa Blanca como aqu¨ª no podr¨ªamos imaginar en la Moncloa: seductor, escultural, imponente y con voz de crooner posmoderno, desde la picard¨ªa de But now I'm back al desparpajo de Bollywood (Diwana parwana) y la solemnidad conmovedora de Yo te quiero siempre.
El resto encaja con lo previsto, pero todo en la orquestina de Portland funciona como una m¨¢quina generadora de felicidad: la org¨ªa instrumental de The flying squirrel, la fragancia mediterr¨¢nea en Una notte a Napoli, el pop pluscuamperfecto y socarr¨®n de Hey, Eugene!. Y, por supuesto, el espect¨¢culo de las manos de Thomas, ese peque?o genio exc¨¦ntrico que convierte cada acorde en un aspaviento animado. Quedaba a¨²n la sorpresa de Rossy de Palma emergiendo entre el p¨²blico para rubricar con China un Piensa en m¨ª m¨¢s c¨®mplice que dram¨¢tico. Porque en el microcosmos ideal de los Martini solo hay espacio para la sonrisa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.