Las estatuas hostiles
El ascenso de una izquierda fragmentada no augura sino una lucha por hacerse con m¨¢s poder
Ocurre que el resultado de las elecciones europeas ha venido a ser m¨¢s o menos el que se esperaba: un ¨ªndice de participaci¨®n por debajo del 50%, un ascenso notable de los fascismos enmascarados o declarados y un desparrame de votos para organizaciones pol¨ªticas de poco peso o poco consideradas por los ciudadanos. A partir de ah¨ª, las interpretaciones son innumerables, unas m¨¢s agudas que otras, pero casi todas coinciden en que a partir de ahora ser¨¢ necesario reformular constantes pol¨ªticas tales como la relevancia letal de grandes partidos, el trauma de que agrupaciones pol¨ªticas antieuropeas se apunten a las elecciones para roer desde dentro la idea misma de Europa, una fragmentaci¨®n anunciada del voto ciudadano y el asomo de un cierto desd¨¦n de los electores hacia una convocatoria en la que muchos pol¨ªticos no han acertado a explicar de qu¨¦ exacta manera les ata?e este asunto.
Por encima de todo esto, late la sospecha de que la Uni¨®n Europea no es m¨¢s que una especie de trampantojo donde los pol¨ªticos ya muy corridos encuentran una jubilaci¨®n anticipada y bien remunerada mientras que los j¨®venes desarrollan un trabajo pol¨ªtico en el que aprender¨¢n lo que vale un peine antes de resituarse en sus pa¨ªses de origen, una especie de beca de esas ve y aprende fuera y cuando vuelvas veremos si podemos colocarte entre los nuestros.
A eso se une la impresi¨®n, muy generalizada, de que la Uni¨®n ha funcionado hasta ahora como una t¨®mbola que simultanea ayudas y sanciones un tanto como quien juega a rayuela, que en realidad no controla casi nada, que si lo hace es debido a la presi¨®n de las organizaciones interesadas, y que solo ser¨ªa fiable si se convirtiera en algo as¨ª como los Estados Unidos de Europa, con un gobierno ¨²nico y con sus gobernadores al cuidado de cada uno de sus estados. Como un proyecto de esa clase no figura todav¨ªa en ninguna agenda pol¨ªtica, sucede que su conformaci¨®n real obedece a los intereses econ¨®micos de los estados integrantes m¨¢s que a la seriedad que se atribuye a un prop¨®sito esperanzador. Si ahora mismo algunos sectores de la Uni¨®n est¨¢n considerando la abolici¨®n de la Ley Schengen, que regula la libre circulaci¨®n de los ciudadanos por los diversos pa¨ªses europeos, se debe seguramente a la incapacidad misma de la Uni¨®n Europea para concretar sin vuelta atr¨¢s sus objetivos.
Por lo dem¨¢s, aqu¨ª se ha visto claramente que la campa?a local era sobre todo local, con la mirada puesta en pr¨®ximas campa?as locales, por lo que parece clara la intenci¨®n de volar a Bruselas o Estrasburgo para servirse de ellas a la hora de desplazar hacia ese escaparate las trifulcas auton¨®micas. Y un par de observaciones m¨¢s: el hundimiento del PSOE, y tambi¨¦n del PSPV, sugieren que no han entendido nada sobre las razones de la hegemon¨ªa durante a?os del PP, mientras que el ascenso de una izquierda fragmentada, sobre todo en esta comunidad, no augura sino una lucha por hacerse con m¨¢s poder, poquito a poco, hasta convertirse en una fuerza considerable que acaso acabe remedando un nuevo bipartidismo.
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