Reflexiones sin pretensi¨®n de acertar

Los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo presentan un panorama que merece una reflexi¨®n m¨¢s all¨¢ del principio del fin del bipartidismo y del avance de la izquierda en la sociedad espa?ola. La participaci¨®n ha superado lo previsto, aunque los votos nulos y, principalmente, en blanco (unos 300.000) aportan un dato que no se puede minimizar. Supongamos que sean votos emitidos por los habituales de los partidos mayoritarios conservadores, votos de una franja social de edad madura disconforme con la coyuntura de unos partidos (PP, CiU...) que para ellos son insustituibles. El votante de izquierdas ha encontrado opciones bien sea en el retorno a una izquierda tradicional (IU), o ha migrado a PODEMOS o se ha identificado con en el nacionalismo progresista de PRIMAVERA EUROPEA, mientras que el dem¨®crata de derechas apenas ha tenido m¨¢s escapatoria que UPyD, de modo que si los votos en blanco pertenecen con en mayor n¨²mero a la derecha que a la izquierda del bipartidismo, ?qu¨¦ puede hacerse para recuperar una brecha electoral que ser¨ªa incluso m¨¢s acusada de lo que las cifras muestran a primera vista?

Se antoja bastante complicado que un partido en ca¨ªda libre, como el PSOE, pueda liderar una coalici¨®n de izquierdas compuesta por opciones emergentes con l¨ªderes secundados precisamente por distanciarse de f¨®rmulas que han tachado de obsoletas. Tendr¨ªan que aparecer interlocutores nuevos.

Y, lo que es m¨¢s importante: ?de qu¨¦ alternativa a la derecha estamos hablando? Parece que un sector joven y disconforme deposita su confianza en l¨ªderes que se han dado a conocer por su capacidad de provocar, por su actitud agitadora a lo Cohn-Bendit, pero con un pu?ado de a?os m¨¢s, abiertos, sin duda, a un consenso de las izquierdas. La pregunta ser¨ªa: ?Entra el PSOE en dicho consenso? Y si no: ?Es previsible la Gran Coalici¨®n a la alemana?