C¨®mo ser una leyenda
La m¨²sica popular del ¨²limo medio siglo no ser¨ªa la misma sin el piano de Dr John
El pianista, compositor y cantante emblema de Nueva Orleans nunca pens¨® en enfrentarse al micro. ¡°Odiaba a los vocalistas. M¨¢s all¨¢ de Joe Tex, Marvin Gaye y Big Joe Turner, no me gustaba ninguno. Pero me convenci¨® mi conguero: ¡®si Sonny & Cher cantan, si Bob Dylan canta, t¨² tambi¨¦n puedes hacerlo¡¯¡±.
Y aquel Mac Rebennack (Nueva Orleans, 1940) que rememora ahora con voz macerada al otro lado del tel¨¦fono se transform¨® en Dr. John. De avezado m¨²sico de sesi¨®n al artista capaz, desde finales de los sesenta, de aunar la tradici¨®n de R&B de su ciudad con rock, jazz, funk, zydeco y ali?os de Mardi Gras o vud¨². ¡°Me encanta abordar cualquier estilo y sentirme libre y relajado¡±, murmura, antes de su actuaci¨®n de este domingo en la sala Sh?ko.
La m¨²sica para el Doctor parece a menudo asunto de familia. Y no solo porque su padre regentara una tienda de discos o varias de sus t¨ªas dominaran el piano: ¡°Mi nieta me descubri¨® a The Black Keys, y luego dio la casualidad de que su l¨ªder, Dan Auerbach, se ofreci¨® a producir mi ¨²ltimo ¨¢lbum¡±.
Rebennack alude al rotundo Locked down (2012), un exitoso intento de abordar el sonido del primer Dr. John, grabado en Nashville pero con instrumentistas de la actual escena soul de Brooklyn y una de las figuras del momento al tim¨®n: ¡°Espero grandes cosas de Dan. Conoce la vieja escuela pero sabe obtener nuevos y diferentes sonidos, no me extra?a que The Black Keys miren ahora a la psicodelia [en el recient¨ªsimo Turned blue]. Al registrar mi ¨¢lbum, ¨¦l me hizo revivir mis tiempos junto a Huey, Piano, Smith o Allen Toussaint¡±.
Dr. John representa, como los susodichos, otro eslab¨®n en la brillante serie de teclistas de Nueva Orleans, pero lo suyo obedece a un accidente cuando lidiaba con la guitarra: ¡°Forceje¨¦ con un tipo con pistola por defender a mi amigo y colega Ronnie Barron. Le hab¨ªa prometido a su madre que cuidar¨ªa de ¨¦l. De un disparo me dej¨® un dedo de la mano colgando de un hilo: pude salvarlo pero me vi obligado a cambiar de instrumento¡±.
Nada muy raro, puesto que Rebennack llevaba desde los 13 ¨® 14 a?os tocando en clubes nocturnos locales. ¡°Y despu¨¦s de que me expulsaran de hasta tres colegios, mi propio padre me aconsej¨® aceptar un trabajo para salir de gira¡±, apunta. Seis d¨¦cadas en la carretera a partir de ah¨ª, con todos sus peajes: ¡°Tener una familia se vuelve casi imposible, por eso le dediqu¨¦ una de las canciones de Locked down a mis hijos. Ellos saben que pese a mis altibajos voy a estar ah¨ª. Y en los ¨²ltimos a?os he intentado hacer siempre cosas que les resultaran especiales. Salir de las drogas ha ayudado, claro¡±.
Sus a?os salvajes en Nueva orleans, con leyendas turbias de tr¨¢fico y proxenetismo, le llevaron a pasar muy joven por prisi¨®n: ¡°Aquello qued¨® atr¨¢s. Y lo veo como algo que he experimentado para llegar hasta donde estoy ahora: ni siquiera bebo¡±. Todav¨ªa veintea?ero, opt¨® por el traslado a California. En Los ?ngeles, ejerci¨® de m¨²sico de estudio para Frank Zappa o los Rolling Stones de Exile on Main St. ¡°No acab¨¦ de conectar con los Stones. No fueron nada corteses con mi percusionista, casi mi hermano¡±.
Aprovechando tiempo de estudio libre de Sonny & Cher, plasm¨® su estreno como Dr. John the Night Tripper: el irresistible Gris-Gris (1968), apenas promocionado por el capo de Atlantic, Ahmet Erteg¨¹n: ¡°No le gustaba, aunque lo publicase. Siento algo especial por ese ¨¢lbum y el siguiente, Babylon, por lo que no hay noche que no toquemos algo de ellos. Yo mismo elaboro y anoto cada setlist para evitar estancarnos¡±.
Dr. John (luego se caer¨ªa lo de Night Tripper, viajero nocturno de connotaciones lis¨¦rgicas) no dejaba de ser un personaje, ideado por Mac como productor para su compinche Ronnie Barron. Se inspiraba en un practicante de vud¨² del siglo XIX (los Gris-Gris son los amuletos), supuesto pr¨ªncipe senegal¨¦s afincado en Luisiana. ¡°El m¨¢nager de Ronnie, que hab¨ªa montado shows para Frank Sinatra, lo rechaz¨®. Le dec¨ªa que para ser alguien actuara en la l¨ªnea de The Staple Singers o The Impressions. As¨ª que me qued¨¦ el personaje¡±. Rebennack impresionaba sobre el escenario: aut¨¦nticas ceremonias de aire mal¨¦fico y trance, mezcladas con esp¨ªritu y vestimenta carnavalescos (en la portada de Locked down recupera incluso el penacho).
Aunque Dr. John tambi¨¦n ha colaborado con artistas m¨¢s j¨®venes y ajenos a su cuna como Spiritualized, ¡°no paraba de discutir con Jason Pierce [el l¨ªder de la banda brit¨¢nica], le adoro¡±, siempre exuda solera de Nueva Orleans. Contin¨²a mosca tras la tragedia del Katrina (¡°el sistema y yo nunca hemos congeniado¡±) y apenas opina sobre la serie Treme, ambientada en la ciudad: ¡°No tengo televisi¨®n, pero ser¨¢ buena si ayuda a que la gente conozca la realidad de Nueva Orleans¡±. A cuyos iconos Rebennack creci¨® vinculado: toc¨® con su maestro, el m¨ªtico Professor Longhair (¡°un aut¨¦ntico verso libre, pleno de confianza sobre el teclado¡±), y rinde tributo a Louis Armstrong en su pr¨®xima entrega. ¡°Le conoc¨ª cuando compartimos agencia de contrataci¨®n. En la pared, hab¨ªa una foto suya tomada en la playa, justo enfrente de donde mi padre ten¨ªa su tienda. Brome¨¢bamos sobre ello, Louis era alguien muy divertido¡±.
Dr. John & Nite Trippers act¨²an el domingo en Sh?ko (20:30), en el Ciclo Peque?os Grandes Momentos 1906
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.