La heterodoxia eleva su voz

La ¨²ltima jornada del Primavera Sound confirm¨® una tendencia que con los a?os se va acentuando; lo heterodoxo, aquello que no forma parte del catecismo ¡°independiente¡±, gana cada vez m¨¢s enteros. Lo reconoce satisfecha la organizaci¨®n, y los artistas ponen su grano de arena protagonizando conciertos incontestables que ayudan a abrir los ojos a quienes no miraban en su direcci¨®n. En la tarde noche del s¨¢bado, este honor correspondi¨® a Caetano Veloso, uno de los adalides del tropicalismo, y al d¨²o formado por S¨ªlvia P¨¦rez Cruz y Ra¨¹l Fern¨¢ndez, puntos de fuga de un festival que ha mantenido las cifras de asistencia del a?o pasado convocando en el F¨®rum, pese a la lluvia, a 50.000 personas diarias. En conjunto, la semana de festival en toda la ciudad ha deparado 190.000 visitas a todas sus actividades.

La lluvia volvi¨® a amagar con ser la artista invitada. Por fortuna fue un golpe frustrado, y s¨®lo unas gotillas remojaron los pavimentos del recinto desprendiendo un arom¨¢tico y evocador perfume de ozono. De esta manera, cuando ya oscurec¨ªa y bajo un cielo a¨²n azul apenas moteado por unas nubecillas de color blanco inocencia, apareci¨® Caetano Veloso en su escenario, la ¨²nica posibilidad de mojarse es que alguien lo hiciese derramando su cerveza encima o sobre su vecino. Pero ello era casi t¨¦cnicamente imposible, pues la salida a escena de Caetano fue como si el trepidante ritmo del festival sufriese un par¨®n, como si el tiempo entrase en otra fase, discurriendo m¨¢s lento. Un par¨¦ntesis calmo. Con una camisa blanca y un pantal¨®n negro, gafas de persona mayor que las usa porque no ve y no por moda, Caetano se antoj¨® paradigma de la compostura y elegancia. Ni embarrado y empapado la perder¨ªa, pareciendo en ¨¦l algo gen¨¦tico. No actuaba en solitario, que es cuando suele pasmar con su carisma y capacidad de interpretaci¨®n, pero su concierto con banda fue estupendo, dejando satisfechos a los espectadores que llenaron el auditorio al aire libre donde actu¨®. Abri¨® con A Bossa Nova ¨¦ foda y cerr¨® haciendo bailar con Voc¨º nao entende nada, dejando por medio quince temas sin mayor aporte de nostalgia que reiterar la fusi¨®n entre los sonidos populares brasile?os y el pop-rock, lo que viene haciendo desde que su cabello era negro y no canoso.

A primera hora de la tarde, la emoci¨®n se derroch¨® a espuertas en el Auditori, donde por cierto el encargado de la limpieza de los lavabos es igualito a Jeff Mills, todo un detalle de la organizaci¨®n. Pues bien, all¨ª actuaron S¨ªlvia P¨¦rez Cruz y Ra¨¹l Fern¨¢ndez presentando su disco de versiones granada. Result¨® sensacional ver c¨®mo Mar¨ªa del Mar Bonet, Leonard Cohen, Fito P¨¢ez, Violeta Parra o Morente eran llevados al terreno de la pareja reinventando completamente sus canciones. Para ello Ra¨¹l trabajaba su guitarra en busca de disonancia y acordes secos y cortos, nada mel¨®dicos, una cuna de ruidos y quejas el¨¦ctricas id¨®nea para acunar la extraordinaria voz de S¨ªlvia, un prodigio de la interpretaci¨®n, toda ductilidad y a la vez potencia. Sobrecogi¨®. Encima S¨ªlvia es naturalidad pura que conecta de manera directa y franca con el p¨²blico, que despidi¨® la actuaci¨®n en pi¨¦, algo muy poco habitual en el Auditori, y regalando un aplauso largo, c¨¢lido y atronador. Alberto Guijarro, codirector del festival, declar¨® despu¨¦s que hab¨ªa presenciado uno de los conciertos que se recordar¨¢n en la historia del Primavera Sound, que por cierto, el a?o que viene se celebrar¨¢ en el F¨®rum entre 28 y 30 de mayo.

El concierto que, tristemente, no se recordar¨¢ como sensacional fue el de Tom Verlaine al frente de sus Televisi¨®n. Interpretaron su disco, un Marquee moon que pas¨® por escena sin demasiada pasi¨®n en un concierto que fue de menos a m¨¢s pero que no acab¨® por enredar en su madeja de guitarras a los espectadores, que hubieron de poner bastante de s¨ª mismos para participar en la recuperaci¨®n de este cl¨¢sico. Sea como fuere, en la tarde noche pintaron canas.