El derecho a decidir: un ejercicio pol¨ªtico hacia la claridad
Soplan vientos de reflexi¨®n ¡ªel ¨²ltimo resultado electoral lo impone¡ª para el socialismo sobre su ideario, su actitud ante la sociedad y su talante democr¨¢tico
La semana ha despertado con la resaca electoral propia de una contienda que ha dejado algunas heridas, y alguna que otra pieza trastocada en el tablero. Una abstenci¨®n persistente en medio de una debacle electoral de los dos grandes partidos de ¨¢mbito espa?ol, y el empoderamiento de los partidos extremos en Europa, por citar algunos ejemplos, vuelven a dar una se?al de alarma a la pol¨ªtica formal acerca de los contenidos del actual sistema democr¨¢tico. A una sociedad cada vez m¨¢s desenga?ada con respecto a la acci¨®n pol¨ªtica no le vale la invitaci¨®n a las urnas cada cuatro o cinco a?os, cuando luego, a lo largo de la legislatura, se traicionan las promesas, se trucan los discursos o se reniega de los compromisos adquiridos. No es suficiente para los partidos ir "salvando los muebles" cada cuatro a?os, porque lo que se est¨¢ larvando bajo el escepticismo social generalizado puede tener unas consecuencias que a¨²n no somos capaces de prever.
El profesor Vicen? Navarro en su trabajo Las enormes limitaciones de la democracia en Espa?a propone ejecutar una reforma profunda en el sistema democr¨¢tico cuyo alcance llegue hasta el establecimiento de una democracia directa en la que la ciudadan¨ªa participe continua y constantemente, a trav¨¦s de los referendos a todos los niveles (central, auton¨®mico y local), en las principales decisiones del pa¨ªs. ¡°Es profundamente antidemocr¨¢tico ¡ªse?ala¡ª que se proh¨ªban o dificulten los referendos¡±.
Del derecho a decidir no se infiere solamente una estrecha interpretaci¨®n en clave soberanista e independentista. Por eso, frente al argumento de que es una trampa en la que caemos quienes somos utilizados por los nacionalistas, crecen en la sociedad, cada vez con m¨¢s intensidad, los apoyos a un movimiento multirefer¨¦ndum y de reivindicaci¨®n de una democracia renovada y m¨¢s valiente. Un derecho a decidir que va mas all¨¢ del soberanismo o del independentismo, que aboga por un nuevo papel para la ciudadan¨ªa en la toma de decisiones tanto en los asuntos que afectan (?por qu¨¦ no?) a la identidad, como los que afectan a los asuntos de su vida cotidiana.
El derecho a decidir no es un paso inexorable hacia la independencia
Sin miedo a preguntar para saber qu¨¦ piensa la sociedad, de qu¨¦ dimensi¨®n es un problema, o c¨®mo es valorada una determinada pol¨ªtica. Para resolver contenciosos hist¨®ricos como en el caso de Escocia. ?Es acaso el primer ministro Cameron nacionalista por haber pactado un refer¨¦ndum para Escocia? ?O lo es Francisco Rubio Llorente, ex presidente del Consejo de Estado y del Tribunal Constitucional, cuando defiende una negociaci¨®n que permita la consulta catalana? ?No es m¨¢s razonable preguntar a la sociedad para delimitar con claridad las aspiraciones independentistas o no, como sugiere el profesor Rubio Llorente, antes de proceder a anunciar una reforma constitucional sin saber para que hacerlo?
Ejercer el derecho a decidir no es un paso inexorable hacia la independencia. No lo ha sido all¨ª donde se ha ejercido, como es el caso del Quebec. Es un paso hacia la clarificaci¨®n. Y ese es el camino que en Euskadi, en Catalu?a y en Espa?a necesitamos.
Claridad era lo que apelaba hace tan solo un a?o el propio secretario general de los socialistas vascos, Patxi L¨®pez, en un art¨ªculo que publicaba este mismo peri¨®dico y que titulaba Empecemos por la claridad. ¡°Al separatismo ¡ªdec¨ªa¡ª tenemos que combatirlo en el terreno de las ideas, como recomendaba en 2003 Stephan Dion, dirigente del Partido Liberal Canadiense y promotor de la Ley de Claridad. Siguiendo su estela, y ante un proceso al que se le ha puesto fecha precisa, quiz¨¢ sea conveniente pensar en dotarnos de nuestra propia norma de claridad para medir la solidez de las voluntades secesionistas¡±.
Manifestaba en este art¨ªculo una actitud abierta e inteligente para encarar el problema territorial del Estado, muy alejada de las ultimas posiciones m¨¢s pr¨®ximas al discurso del PP que a aquella reflexi¨®n. Abr¨ªa un camino que adem¨¢s de poder tener m¨²ltiples adeptos supone un lugar de encuentro y una respuesta que obliga a posicionarse a los dem¨¢s, m¨¢s esperanzadora que la fatigosa negativa a cualquier consulta y al viejo argumentario de siempre. Soplan vientos de reflexi¨®n ¡ªel ¨²ltimo resultado electoral lo impone¡ª para el socialismo sobre su ideario, su actitud ante la sociedad y su talante democr¨¢tico. No estar¨ªa de m¨¢s que ning¨²n asunto se quedara fuera de la agenda.
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