Los andamios del conocimiento
La catedral de Santa Mar¨ªa de Vitoria se reabre al culto tras 20 a?os de obras visitadas por 1,2 millones de personas
Los andamios, foco del terror de los m¨¢s supersticiosos, han sido durante dos d¨¦cadas el talism¨¢n de uno de los edificios m¨¢s conocidos de Vitoria. La catedral de Santa Mar¨ªa abre este lunes sus puertas al culto tras 20 a?os cerrada para quienes acud¨ªan a rezar pero abierta de par en par a la ciudadan¨ªa, para la que las obras de rehabilitaci¨®n se han convertido en la excusa perfecta para conocer los misterios que guardaba lo que en realidad es una gran biblioteca g¨®tica sobre la historia de la ciudad o el mundo de las fortificaciones. Ayer, sin cascos y sin esqueletos a pie de banco, el templo volvi¨® a acoger a los fieles con la solemnidad de las grandes ocasiones.
Se abre as¨ª la nueva etapa de la catedral, la del fin de las obras esenciales para su supervivencia, puesta en duda en 1994 por su deteriorado estado, que llev¨® a temer por el derrumbe del templo. Curados los problemas de cimentaci¨®n, estructuras y b¨®vedas, a partir de ahora habr¨¢ andamios durante unos cuantos a?os m¨¢s porque queda mucho por hacer, como las cubiertas o la restauraci¨®n de las campanas. Y se mantendr¨¢ la monitorizaci¨®n del templo para evitar volver a la casilla de salida. Pero, sobre todo, la catedral aspira a seguir siendo lo que la ha hecho famosa, un centro que alberga historias y que acerca al visitante a otras ¨¦pocas y a otros modos de vida.
¡°En una sociedad cada vez m¨¢s laica, la conservaci¨®n se entiende como una obligaci¨®n, una carga; eso es un error, hay que saber mostrar que se convierte en un derecho¡±, resalta el arquitecto Juan Ignacio Lasagabaster, director de la fundaci¨®n que gestiona la rehabilitaci¨®n de la catedral y todo el proyecto que gira a su alrededor. Este experto, art¨ªfice del plan de rehabilitaci¨®n que se empez¨® a implementar en el a?o 2000, defiende utilizar la catedral no solo para el culto, sino tambi¨¦n para usos culturales. ¡°La ac¨²stica, por ejemplo, es muy buena, los conciertos o los teatros, sean de tem¨¢tica religiosa o no, tienen aqu¨ª un gran espacio¡±, insiste. La di¨®cesis de Vitoria ha sido durante todos estos a?os ¡°sensible¡± al proceso que ha vivido la catedral. La cesi¨®n del uso es de 30 a?os, un plazo que ahora ambas partes, que convivir¨¢n con m¨¢s intensidad al compaginar el culto con el resto de la actividad de la catedral, negocian para estirarlo.
En total, han visitado la catedral 1.250.000 personas, y cada d¨ªa desfilan por ella dos aulas. Al a?o, nada menos que 5.000 escolares escuchan las explicaciones de los gu¨ªas y se ponen manos a la obra en los talleres. A ellos se suman hasta en torno a 300 profesionales que han participado en las obras.
Con casi 24 millones de inversi¨®n que se consideran sobradamente recuperados ¡ªcon retornos cuatro veces superiores¡ª a trav¨¦s del turismo, el proyecto se ha extendido a lo largo de la ciudad en t¨¦rminos econ¨®micos y culturales. Pero tambi¨¦n el fen¨®meno del conocido Abierto por obras se ha extendido a otras ciudades y pa¨ªses, tanto a trav¨¦s del libro de Ken Follet Un mundo sin fin, para el que el autor tom¨® nota de la catedral vitoriana, como con los convenios firmados con distintos templos con una reforma pendiente. Y es que el lema se convirti¨® en una marca, con una metodolog¨ªa detr¨¢s, que ha sido aplicada en catedrales e iglesias desde Uruguay hasta Sevilla. La expansi¨®n tambi¨¦n ha sido f¨ªsica, con la adquisici¨®n de pr¨¢cticamente toda la manzana en la que se encuentra el templo por la fundaci¨®n.
?Se acab¨® el fil¨®n? ¡°Al contrario, en mayo hemos tenido los mismos visitantes que en la ¨¦poca de Ken Follet¡±, resalta el director. Ya no habr¨¢ esqueletos a la vista, pero s¨ª visitas a las b¨®vedas g¨®ticas a las que se llega a trav¨¦s del triforio de la iglesia, o recorridos por las criptas, con espacios de nueve metros de alto escondidos bajo el suelo de la catedral que todav¨ªa tiene mucho que ense?ar.
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