Fotos fr¨ªas frente al bullicio del agua
El fot¨®grafo Thomas Struth y la escultora Cristina Iglesias unen sus universos en una exposici¨®n llena de atm¨®sferas abismales con y sin agua en Ivorypress
La fotograf¨ªa franca y as¨¦ptica de Thomas Struth (Geldern, Alemania, 1954) frente al bullicio y la alegr¨ªa del agua de la escultora Cristina Iglesias (San Sebasti¨¢n, 1956). Dos universos art¨ªsticos que viajan en paralelo y que buscan un v¨®rtice de uni¨®n en la muestra conjunta que firman hasta el 12 de julio pr¨®ximo en la galer¨ªa madrile?a Ivorypress. On Reality (Sobre la realidad) es un todo o nada a la banca. Rojo o negro. Par y pasa. Ambos se la juegan. La escultora con cuatro instalaciones relacionadas con el agua y el fot¨®grafo con diez im¨¢genes, la mayor¨ªa de gran formato. Adem¨¢s es la primera vez que trabajan juntos.
Pero ?qu¨¦ relaci¨®n existe entre uno de los cl¨¢sicos pozos de agua de Cristina Iglesias y una imagen de m¨¢s de dos metros del parque de atracciones de Anaheim (California) creada por Thomas Struth? ¡°No hay un di¨¢logo evidente entre ambos trabajos¡±, reconoce la escultora donostiarra, ¡°pero si atiende a las obras¡±. Y aqu¨ª entra en juego la mirada. Desde que el espectador desciende por la rampa de la galer¨ªa la muestra est¨¢ coreografiada. Como un baile. El primer paso lleva a una celos¨ªa de acero inoxidable (Pabell¨®n suspendido IV. A Place of Silent Storms) suspendida en el techo. En ella un texto del escritor de ciencia ficci¨®n Arthur C. Clark nos traslada a la ionosfera. Y, entonces, la imaginaria m¨²sica empieza a sonar m¨¢s fuerte.
Thomas Struth propone una visita por algunos de sus ¨²ltimos trabajos, que ya se pudieron ver en la galer¨ªa berlinesa Max Hetzler y en la neoyorkina Marian Goodman. No son las fotograf¨ªas ni m¨¢s f¨¢ciles ni m¨¢s sencillas del artista. Piden implicaci¨®n al visitante, que baile con ¨¦l. Cuatro im¨¢genes fr¨ªas y aceradas del parque de atracciones de Anaheim (el primero que inaugur¨® Walt Disney en 1955). Hay que pasar despacio frente a ellas, dedicarles tiempo. Detenerse por ejemplo en la obra Ride. Ha tardado varios a?os en prepararse y seis meses de trabajo en el laboratorio. Para captar el interior de una de las atracciones del parque el obturador ha necesitado estar cinco minutos abierto. La imagen, ausente de personas, fue tomada en las horas de la madrugada.
A su lado, Cristina Iglesias ha creado un pabell¨®n (Pabell¨®n suspendido IV) tapizado de cristal verde. En el suelo ha dispuesto una rejilla. Por debajo de ella discurre y suena el agua. Es como estar suspendido dentro de uno de sus pozos. O mirando un r¨ªo. Una pieza que merece verse y escucharse. A pesar del riesgo. ¡°No me gusta que en mis exposiciones haya sonido¡±, apunta Thomas Struth mirando, c¨®mplice, a su compa?era de exposici¨®n. ¡°Sin embargo, con sus pozos y celos¨ªas mis fotograf¨ªas se complementan muy bien¡±.
Ese transcurrir de las im¨¢genes nos acerca a otro de los mejores momentos de la muestra. Es la fotograf¨ªa (Figure, Charit¨¦, Berlin) de una operaci¨®n y de un quir¨®fano. Un alambicado sistema de cirug¨ªa de vanguardia rodea en metal y pl¨¢stico a un enfermo. Apenas se percibe al cirujano que dirige la intervenci¨®n agazapado tras un robot quir¨²rgico. Pero el m¨¦rito de la imagen es lo que no capta. La certeza del peligro, el reducido tama?o de la sala, las dos pantallas de vigilancia que quedan fuera del encuadre y las cinco operaciones que presenci¨® el artista antes de enfrentar el trabajo.
La r¨¦plica a la tensi¨®n de esta fotograf¨ªa la pone la calma de un gran pozo (Pozo XI, In and Around the Walls) de Iglesias. Creado con acero patinado y resina, obliga al espectador, apunta la artista, ¡°a parar la mirada¡±. Y a?ade: ¡°Hay todo un elemento de sugesti¨®n; si es real o no y ah¨ª es donde los dos trabajos se tocan¡±.
En el fondo, ambas propuestas son una forma de acercarse a la realidad, ya sea verdadera o inventada. En el caso de Thomas Struth va m¨¢s all¨¢ y junto a los parques de atracciones y la sala de cirug¨ªa tambi¨¦n nos traslada a las futuristas instalaciones (Golems Playground) del Instituto Tecnol¨®gico de Georgia (Atlanta, Estados Unidos) o al interior (Blowout Preventer) de una central el¨¦ctrica de Dakota del Norte. Lugares ciertos pero que semejan creaciones mentales.
On Reality es una exposici¨®n diferente, de las que se dan pocas veces. Los artistas (dos figuras centrales de la pl¨¢stica contempor¨¢nea internacional) son los propios comisarios, hay una estrecha amistad, que viene desde los a?os noventa, entre Thomas Struth y Cristina Iglesias y la plantea un espacio ¡ªdirigido y fundado por Elena Foster¡ª que aprovecha el viento a favor de tener unos medios m¨¢s propios de una Kunsthalle alemana que de una galer¨ªa madrile?a al uso. Por eso, Sobre la realidad es una muestra para aceptar el riesgo, bailar con la m¨²sica del agua y dejar que las fotograf¨ªas sorprendan.
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