El chasco de la transparencia
Los grandes enredos y maldades no son accesibles, pero tampoco los conciertos sanitarios o educativos
Todos los gobiernos del PP valenciano se han caracterizado hasta ahora por la arrogancia y la opacidad. Quiz¨¢ puedan anotarse algunas bondades, pero ninguna con brillo suficiente para paliar estos estigmas, propios de un poder desp¨®tico, iletrado ¡ªque no ilustrado¡ª y a menudo chulesco, como revelan las decenas de sentencias de los m¨¢s altos tribunales condenando al Consell o a las Cortes a responder las peticiones informativas de la oposici¨®n. Tanto Comprom¨ªs como EU o PSPV han tropezado reiteradamente bien con el silencio, bien con las alegadas cl¨¢usulas de confidencialidad que arbitrariamente blindaban las relaciones de la Administraci¨®n con terceros sin otro objeto que disfrazar el despilfarro o la prevaricaci¨®n, como se ha constatado las m¨¢s de las veces.
Consciente del esc¨¢ndalo y de las consecuencias que le acechan, el presidente Alberto Fabra ha querido ¡ªo tal cre¨ªmos¡ª ponerle techo de cristal a la acci¨®n de gobierno como as¨ª lo prometi¨® en 2013. Ingente tarea y plausible empe?o sobre el que no valor¨® los riesgos, o eso sospechamos. Lo cierto es que aquel prop¨®sito se tradujo en la solemne presentaci¨®n de un Portal de la Transparencia que tuvo lugar, como es sabido, el pasado lunes ante un p¨²blico selecto al que le manifest¨® que ¡°no hay nada que esconder¡±, que ¡°hay que rendir cuentas y ganarse la confianza de los ciudadanos¡±, que estos van a tener expeditas las v¨ªas de comunicaci¨®n con la Administraci¨®n, redondeando el discurso con la promesa de una ley auton¨®mica de transparencia para el pr¨®ximo a?o.
Pues el pr¨®ximo a?o ser¨¢, ya que por el momento la mencionada transparencia es lo m¨¢s parecido a un chasco y, en la m¨¢s bonancible de las interpretaciones, una mera declaraci¨®n de buenos prop¨®sitos imposibles. Los grandes enredos y maldades no son accesibles, pero tampoco los conciertos sanitarios o educativos. Por ahora ¨²nicamente lo son los contratos desde julio de 2013 y las subvenciones desde 2014, as¨ª como apartados tan ilustrativos como el consumo de agua, el gasto en uniformes del personal subalterno, dispendios en flores o jardiner¨ªa de interior y otras chorradas de esta guisa. La dichosa cl¨¢usula de confidencialidad sigue vigente y el PP veta como suele en las Cortes la creaci¨®n de comisiones de investigaci¨®n sobre la corrupci¨®n. Cinismo, chapuza, verg¨¹enza es el glosario que le dedica la oposici¨®n, que solo podr¨¢ abrir el mel¨®n de la transparencia si un d¨ªa gobierna la Generalitat.
Y en el marco de este secretismo trasnochado se ha producido el pleno de las Cortes a puerta cerrada para proceder mediante el rodillo popular a la suspensi¨®n temporal durante un mes de la condici¨®n de diputada a M¨®nica Oltra. Una decisi¨®n con visos de ilegalidad que ser¨¢ recurrida ante el Constitucional, al decir de la citada portavoz adjunta de Comprom¨ªs. Pero nuestro comentario no incide en este episodio disparatado que es dicha sanci¨®n, sino que se resume en una pregunta. ?Por qu¨¦ la izquierda sigue haci¨¦ndole el juego parlamentario a este partido corrupto y apenas democr¨¢tico? D¨¦jesele solo, con sus supercher¨ªas. Enric Morera, portavoz de la referida coalici¨®n, ha denunciado la vulneraci¨®n sistem¨¢tica de los derechos de los diputados y dio por rota la actual legislatura. ¡°No cuenten con nosotros para nada¡±, sentenci¨®. Pues eso, para nada. Ya nos las veremos en las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas y municipales que tan mal pintan para esta derecha desacreditada.
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