Pasqual lleva el dolor a la ¨®pera
El director vuelve al Liceo ¡®uniendo¡¯ en el escenario 'Il Prigioniero¡¯, de Dallapiccola, y ¡®Suor Angelica¡¯, de Puccini, bajo la batuta de Edmon Colomer
Dos ¨®peras italianas del siglo XX, de est¨¦ticas musicales distantes, pero unidas por lazos tem¨¢ticos ¡ªambas hablan del miedo y las esperanzas truncadas de sus protagonistas, privados de libertad, y tienen un desenlace tr¨¢gico¡ª comparten cartel en un singular programa doble: Il Prigionero, de Luigi Dallapiccola (1904-1975), y Suor Angelica, de Giacomo Puccini (1858-1924). Cuentan, respectivamente, la historia de un preso y de una monja recluida por su familia al quedarse embarazada. ¡°Nos hablan del dolor, de la frustaci¨®n profunda, de la tortura psicol¨®gica, de dramas que podemos ver en televisi¨®n cada d¨ªa, de los presos de Guant¨¢namo, de los ni?os robados¡±, explica Llu¨ªs Pasqual, responsable del montaje que une estas dos obras, una coproducci¨®n del Teatro Real y el Liceo que llega a Barcelona dos a?os despu¨¦s de su estreno madrile?o, con cinco funciones, desde ma?ana al 4 de julio bajo la batuta de Edmon Colomer.
Pasqual llev¨® a escena Il Prigioniero en 2007 siguiendo una propuesta del desaparecido Gerard Mortier, entonces director de la ?pera de Par¨ªs, que uni¨® la obra maestra de Dallapiccola a otra pieza mucho m¨¢s parecida en estilo y t¨¦cnica musical, la Oda a Napole¨®n, de Arnold Sch?nberg, uno de los padres del dodecafonismo. Cuatro a?os despu¨¦s, ya con Mortier al frente del Teatro Real, Pasqual encontr¨® en la delicada Suor Angelica pucciniana una pareja teatral con sorprendentes lazos tem¨¢ticos. ¡°Hay mucha tensi¨®n musical y dram¨¢tica en las dos obras, que funcionan perfectamente en el decorado creado por Paco Azor¨ªn, una torre met¨¢lica con escaleras en espiral que potencia la atm¨®sfera de pesadilla que se respira en ellas¡±, comenta el director del Teatre Lliure. ¡°Como en un juego de espejos, las dos ¨®peras, que parecen inventadas expresamente para este decorado, se reflejan la una en la otra. No hay tortura m¨¢s cruel que alimentar la esperanza de salvaci¨®n y luego quitarla. Tras este sufrimiento, la ¨²nica salida de los personajes es la muerte¡±.
En el foso, y muy ilusionado ante su primera ¨®pera escenificada en el Liceo ¡ªanteriormente ha dirigido obras de Falla y Pedrell en versi¨®n de concierto¡ª, Colomer se muestra ¡°fascinado por el rigor y la complejidad tem¨¢tica¡± de la ¨®pera dodecaf¨®nica de Dallapiccola, que se estrena en el Liceo, y ¡°la admirable transparencia¡± de Puccini. ¡°No me gusta establecer categor¨ªas de dificultad, las dos son obras dificiles, cada una en su estilo, y suponen un reto para la orquesta y para las voces¡±, comenta. ¡°La obra de Dallapiccola requiere un poco m¨¢s de concentraci¨®n, pero se descubre una m¨²sica extraordinaria, de enorme impacto, construida con un rigor extremo. No sobra ni una nota y todo est¨¢ al servicio de la expresi¨®n musical: las series de doce sonidos est¨¢n asociadas a tres s¨ªmbolos ¡ªpregaria, esperanza y libertad¡ª que est¨¢n ligados a la privaci¨®n de libertad¡±.
¡°Alimentar la salvaci¨®n y quitarla luego es la peor de las torturas¡±, dice el director sobre las obras
Mucho m¨¢s conocida por los aficionados, Suor Angelica es la segunda ¨®pera en un acto que integra, junto a Il tabarro y Gianni Schicchi, el famoso Tr¨ªptico que Puccini estren¨® en el Metropolitan Opera House de Nueva York en 1918, y que se represent¨® por ¨²ltima vez en el Liceo en 1987. En el caso de Il Priggioniero, estrenada esc¨¦nicamente en 1950 en el Teatro Comunale de Florencia, se ofrece con car¨¢cter de estreno en el coliseo barcelon¨¦s. ¡°No hay que temer su condici¨®n de ¨®pera dodecaf¨®nica: es una obra maestra que el p¨²blico del Liceo puede disfrutar como hizo con las ¨®peras de Britten¡±. ¡°Y dura menos de una hora¡±, a?ade con humor.
En la ¨®pera de Dallapiccola, la soprano estadounidense Jeanne-Mich¨¨le Charbonnet interpreta a la madre del prisionero, papel que asume el bajo-bar¨ªtono ruso Evgeni Nikitin. El tenor estadounidense Robert Brubaker da vida al carcelero y al Gran Inquisidor, las dos caras del torturador. En el t¨ªtulo de Puccini ¡ªuna de las pocas ¨®peras de la historia con reparto exclusivamente femenino¡ª, dos sopranos, la italiana Maria Agresta y la rumana Cristina Pasaroiu, se alternar¨¢n en el rol titular, y la mezzosoprano estadounidense Dolora Zajick encarnar¨¢ en las cinco funciones previstas a la hier¨¢tica Zia Principessa. El plantel de monjas del convento corre a cargo de un equipo de voces espa?olas formado por Gemma Coma-Alabert, Maria Rodr¨ªguez Cus¨ª, Itxaro Mentxaca, Auxiliadora Toledano, Olatz Gorrotxategi y Anna Tobella.
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