M¨¢s de 900.000 personas pagan una factura de IBI hinchada por la burbuja
El Supremo falla contra el elevado cobro a due?os de suelos no urbanizados
Los desmanes de la actividad inmobiliaria siguen pasando factura a los ciudadanos siete a?os despu¨¦s del estallido de la burbuja. Los Ayuntamientos vieron en el negocio del ladrillo un fil¨®n para llenar sus arcas. Durante la pasada d¨¦cada los consistorios recalificaron suelos r¨²sticos a urbanizables para crear nuevos barrios o urbanizaciones, lo que supon¨ªa un incremento casi autom¨¢tico del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). Miles de contribuyentes, desde campesinos hasta empresarios, han visto c¨®mo su recibo del IBI se disparaba durante estos a?os aunque su terreno siguiera siendo un campo de patatas. Una sentencia del Tribunal Supremo, sin embargo, pone fin a esa anomal¨ªa: si un suelo se ha recalificado pero no se ha podido construir en ¨¦l, su due?o solo deber¨¢ pagar como si fuera r¨²stico. Unos 900.000 propietarios podr¨ªan beneficiarse del fallo.
El origen de la sentencia est¨¢ en un grupo de propietarios de suelo de Badajoz, entre ellos la Fundaci¨®n Dolores Bas. La entidad tiene el 50% de una finca en la que se cultivan cereales. Nunca se ha puesto un solo ladrillo, pero la finca fue declarada urbanizable y su recibo del IBI se dispar¨®. ¡°No ten¨ªa sentido. Tenemos incluso una subvenci¨®n agr¨ªcola¡±, explica su abogado, Luis D¨ªaz-Ambrona, quien afirma que entre los afectados hay el de una parcela en Fresno de Torote (Madrid) que en 2006 ten¨ªa un valor catastral de 496 euros. Solo dos a?os m¨¢s tarde, su due?o se quedaba sin aliento al ver la nueva valoraci¨®n: 3,8 millones de euros. Sus propietarios estaban negociando con el consistorio pagar el tributo con terrenos de la propia parcela. ¡°Es muy corriente ver una diferencia de 50 veces entre el recibo que se pagaba cuando el suelo era r¨²stico al que se abona tras ser declarado urbanizable, pero puede llegar a ser incluso de 100 veces¡±, asegura D¨ªaz-Ambrona.
Muchos propietarios deben entregar sus terrenos para saldar el tributo
El Tribunal Superior de Justicia de Extremadura dio la raz¨®n a la fundaci¨®n al considerar que para que un suelo sea urbano precisa de un plan urban¨ªstico o bien de obras de urbanizaci¨®n. Sin embargo, la Administraci¨®n central del Estado recurri¨® el caso en el Supremo al considerar que ¡°la doctrina¡± que se estaba sentando era ¡°gravemente da?osa para el inter¨¦s general y adem¨¢s claramente err¨®nea y no ajustada a Derecho¡±. El Abogado General del Estado advert¨ªa de la gran cantidad de inmuebles que se ver¨ªan afectados, unos 900.000, y ¡°el da?o econ¨®mico directo¡± que se infligir¨ªa a las arcas p¨²blicas. El abogado solicitaba que no se considerara necesaria la aprobaci¨®n de ¡°un instrumento urban¨ªstico¡± para considerar la ¡°naturaleza urbana del suelo urbanizable¡±. El Supremo, no obstante, desestima ese recurso ¡°al no poder aceptarse la doctrina que postula el Abogado General del Estado¡±.
Fuentes judiciales explicaron que la sentencia del Supremo abre la puerta a que los propietarios de esas 900.000 fincas dejen de pagar ese IBI hinchado. Lo que est¨¢ por ver es si, adem¨¢s, tienen derecho a ser compensados por lo abonado en a?os anteriores. Porque esas valoraciones que tambi¨¦n alimentaron la burbuja se dieron en todo el territorio. Durante la burbuja la recalificaci¨®n de una finca no era una mala noticia para el propietario. Al pasar de r¨²stica a urbanizable, su valor se incrementaba y pod¨ªa sacar tajada al venderla a un promotor. Demanda hab¨ªa de sobra. Hoy eso ya no es as¨ª. Muchos propietarios de suelo, algunos de los cuales lo adquirieron como inversi¨®n, han quedado atrapados y tienen que hacer frente a un IBI elevado. Algunos, dicen fuentes del sector, los han devuelto a los Ayuntamientos y otros han pasado a manos de los bancos.
Los padres de Jordi Burguet son propietarios de un campo en Vilanova i la Geltr¨² (Barcelona) que en 2006 fue clasificado como suelo urbanizable delimitado por el consistorio. Los terrenos formaban parte de un nuevo desarrollo que iba a llamarse Eixample Nord, un barrio que iba a albergar unas 4.500 viviendas. Desde entonces la familia Burguet abona un recibo de IBI como si el campo fuera ¡°suelo urbano¡±.
Una finca pas¨® de valer 496 euros a 3,8 millones pese a no haber edificado
Los propietarios de los terrenos, alrededor de 400 familias, se han constituido en plataforma para demandar al Ayuntamiento que descalifique el suelo. ¡°Se estableci¨® que esa zona pod¨ªa ser edificable, pero no se ha hecho nada y no hay ninguna perspectiva de que pueda salir adelante. Si la poblaci¨®n ha descendido y hay urbanizaciones con edificios fantasma en la ciudad, ?qu¨¦ sentido tiene seguir?¡±, plantea Burguet, quien explica que la producci¨®n del campo no llega ni a cubrir un 10% de los recibos de IBI. El Ayuntamiento no respondi¨® las preguntas de este diario.
¡°Aqu¨ª ha habido un catastrazo¡±, admite sin tapujos Gregorio Chamorro, alcalde de San Andr¨¦s del Rabanedo (Le¨®n). Un millar de vecinos de la localidad, de unos 30.000 habitantes, y sus alrededores vieron c¨®mo el nuevo planeamiento municipal multiplicaba el valor catastral de sus fincas y el recibo del IBI. ¡°He visto c¨®mo se pasaba de 200 a 400 y 500 euros, o de 50 a 200 euros¡±, afirma. ¡°Dejamos en suspenso la recaudaci¨®n y no cobramos el recargo¡±, a?ade.
V¨ªctor Jim¨¦nez es el presidente de Apovata, una asociaci¨®n nacida en Talavera de la Reina (Toledo) para denunciar la subida del IBI generado por el Plan de Ordenaci¨®n Municipal. ¡°El problema ha sido el sobredimensionamiento de los planeamientos y la aplicaci¨®n de valores del suelo que est¨¢n por encima de la realidad¡±, lamenta. Jim¨¦nez es tambi¨¦n uno de los cerca de mil afectados de la localidad que llevan reclamando al Ayuntamiento una soluci¨®n. Su recibo por una finca r¨²stica que ahora es urbanizable, cuenta, ha pasado de 100 a 2.000 euros anuales. Este diario no pudo hablar con el consistorio.
Terrenos castigados
Adem¨¢s de los suelos en los que no se ha puesto ni una piedra, en toda Espa?a hay terrenos en los que s¨ª han empezado las obras de urbanizaci¨®n ¡ªhay calles o farolas¡ª, pero en los que no se ha edificado ni un solo piso. Algunos Ayuntamientos han decidido aplicar a esos solares un tipo del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) mayor al que se impone sobre una vivienda. Es el caso de Sant Cugat del Vall¨¨s (Barcelona), cuyas ordenanzas fiscales fijaban en 2013 y 2014 un tipo que duplicaba el general. La normativa de 2013 fijaba un tipo del 1,04% y la de 2014 uno del 0,96%, en lugar del 0,485% en 2013 y el 0,46% en 2014.
Esa decisi¨®n se acog¨ªa a que la Ley de Haciendas Locales permite, salvo en el caso del residencial, aplicar tipos distintos dependiendo de los usos que se d¨¦ al inmueble. Sin embargo, en este caso se impon¨ªa un tipo m¨¢s alto a los solares sin edificar, con independencia del uso que se les iba a dar tras la construcci¨®n.
Dos sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a, sin embargo, ha dejado sin efecto ese apartado de las ordenanzas municipales de Sant Cugat para esos dos a?os. Ya hab¨ªa tres antecedentes en Arag¨®n, Madrid y Andaluc¨ªa. Y, adem¨¢s, el caso de este municipio no es aislado. El abogado ?lex Subirachs, del despacho Subirachs Advocats, que ha llevado este caso, explica que esa pr¨¢ctica de poner un recargo a solares vac¨ªos se da en al menos otros 25 municipios de la provincia de Barcelona. El abogado, que tambi¨¦n se ha encontrado con solares que pagaban el IBI como si fueran urbanos sin que hubiera construido en ellos, asegura que ha visto liquidaciones por el impuesto del IBI de 100.000 y 200.000 euros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.