Con las manos libres
El PSOE requiere un liderazgo sin ataduras para un proyecto pol¨ªtico, tambi¨¦n, sin ataduras
El resultado de las ¨²ltimas elecciones europeas ha marcado un punto de inflexi¨®n para el socialismo espa?ol. Ha rematado una lenta agon¨ªa que no pudo frenar ni el fallido Congreso de Sevilla en el que Alfredo P¨¦rez Rubalcaba fue elegido secretario general por un estrecho margen de votos, ni la pomposa Conferencia Pol¨ªtica envuelta en un eslogan como el de ¡°el PSOE ha vuelto¡±. Una vez m¨¢s, la realidad se cuela entre las rendijas de las estrategias pol¨ªticas y se hace visible con toda su crudeza.
Fruto de un resultado electoral catastr¨®fico se han sucedido dimisiones en cadena y se ha precipitado la celebraci¨®n de congresos extraordinarios. Afortunadamente, esta catarsis ha sido el detonante para empezar a cumplir algunos de los compromisos adquiridos en la Conferencia Pol¨ªtica y, por suerte, todos los militantes socialistas elegir¨¢n a su secretario general.
Es un buen comienzo, en mi opini¨®n, para una nueva y necesaria etapa que debe emprenderse con tanta premura como determinaci¨®n. Porque mientras el socialismo se sumerge en su renovaci¨®n o refundaci¨®n, la derecha espa?ola campa a sus anchas en una sociedad que sigue sufriendo las consecuencias de una crisis econ¨®mica que ha justificado toda suerte de atropellos respecto a los derechos sociales, laborales o las libertades publicas. El siguiente que se nos avecina, el del derecho al aborto, me duele especialmente, y espero que la izquierda y los movimientos sociales seamos capaces de parar tal tropel¨ªa.
El socialismo busca un nuevo modo de gobernanza interna para reencontrarse con una ciudadan¨ªa que espera de la izquierda algo distinto de lo que le ha ofrecido en los ¨²ltimos tiempos. Son muy importantes los modos y maneras a trav¨¦s de los cuales la imagen de la pol¨ªtica penetra en el sentir ciudadano. Militantes cuyo voto cuenta en las decisiones de su partido, partidos en los que no se acumulan los cargos o responsabilidades, organizaciones donde no se compra la voluntad de nadie o donde ning¨²n imputado en causa alguna ostenta cargo org¨¢nico o institucional, son los escalones b¨¢sicos por los que ascender a cotas de credibilidad pol¨ªtica, hoy perdida. Y para ello se necesita un liderazgo sin ataduras, sin componendas territoriales. Detesto el t¨¦rmino ¡°barones¡± para con los dirigentes del socialismo por sus m¨²ltiples connotaciones y todas ellas relacionadas con la desigualdad, y espero que los vientos de la refundaci¨®n lo borren del diccionario socialista, porque dice mucho de c¨®mo nos ven los dem¨¢s y de lo mucho que hemos hecho para conseguir este resultado.
Se requiere de un liderazgo sin ataduras para un proyecto pol¨ªtico, tambi¨¦n, sin ataduras. Especialmente de la llamada ¡°raz¨®n de Estado¡± que iguala por completo, en demasiadas ocasiones, a la izquierda y a la derecha. Por raz¨®n de estado se reparten los vocales del Consejo del Poder Judicial, se cierran filas para frenar cualquier consulta a la ciudadan¨ªa en relaci¨®n con el modelo territorial y se impide la apertura de un debate sobre la Jefatura de Estado. Por esa misma raz¨®n se impide un cambio de Gobierno en Navarra, o se vota en contra de que desaparezca una pol¨ªtica penitenciaria antiterrorista, hoy que ya no existe el terrorismo de ETA. Como si la democracia en Espa?a estuviera en peligro, se apela a la responsabilidad y sentido de Estado una y otra vez.
El socialismo ha hecho una lectura oficial de los resultados electorales en el sentido de que el voto socialista se fuga hacia otras opciones de izquierda, pero que no se nos olvide que es una izquierda que mantiene en los temas antes citados una posici¨®n netamente diferente a la derecha con la que el socialismo hace t¨¢ndem demasiadas veces. Y no es solo un problema del socialismo espa?ol. Dif¨ªcilmente la gente entender¨¢ que en los primeros pasos que se vayan a dar en el Parlamento Europeo la derecha y el socialismo se repartan, una vez m¨¢s, el juego como en la legislatura pasada.
El socialismo espa?ol necesita el Suresnes del siglo XXI, y ser una voz n¨ªtida en la izquierda europea. Solo un l¨ªder sin ataduras podr¨¢ lograr que el proyecto de una izquierda nueva protagonice su viaje a ?taca, y embarcar en el a hombres y mujeres a los que les parece mucho m¨¢s natural acordar con la izquierda que coincidir con la derecha.
En esta encrucijada el socialismo se juega mucho m¨¢s que elegir a sus nuevos l¨ªderes.
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