Cuesti¨®n de tiempo
El barco se hunde. Por mucho que la Generalitat intente maquillar los datos econ¨®micos
Ya s¨¦ que estamos todos muy ocupados. Desde que suena el despertador por la ma?ana no tenemos un respiro. Se pasa una el d¨ªa poniendo lavadoras, llevando los ni?os al pediatra, enviando el e-mail que le ha pedido el jefe, llegando tarde a la reuni¨®n de padres en el colegio y haciendo horas extras para poder pagar a Hacienda¡ Eso sin olvidarnos de la factura de la luz y la lista de la compra, que luego llegamos a casa y no hay ni una cerveza fr¨ªa en la nevera.
Vivimos al borde del colapso. Y encima hay articulistas que van por ah¨ª pidi¨¦ndonos que hagamos un esfuerzo extra. Que estemos atentos a la actualidad, que sepamos leer entre l¨ªneas. Por el amor de Dios. Es que nadie se da cuenta de que no tenemos tiempo. Ya hemos visto los telediarios, escuchado las tertulias, le¨ªdo la prensa. Ya lo sabemos todo de la coronaci¨®n de Felipe VI, de la expulsi¨®n de M¨®nica Oltra, de la supuesta Reforma fiscal que beneficiar¨¢ a las grandes empresas, del Congreso del Partido Socialista ?Qu¨¦ m¨¢s quieren? ?Qu¨¦ adem¨¢s hagamos un m¨¢ster en salvamento mar¨ªtimo?
Pues s¨ª. De eso se trata. Concretamente.
El barco se hunde. Por mucho que la Generalitat intente maquillar los datos econ¨®micos incluyendo en el PIB actividades tan lucrativas como el tr¨¢fico de drogas, la prostituci¨®n o el contrabando, no salen las cuentas. Ya sabemos todos que aqu¨ª el dinero sucio vale lo mismo que el dinero limpio. Pero ni por ¨¦sas. La Comunidad Valenciana est¨¢ hipotecada hasta el d¨ªa del juicio. Tres de cada diez cr¨ªos que se cruza usted por la calle cada d¨ªa se encuentran en riesgo grave de hambre y desnutrici¨®n. No en Etiop¨ªa, sino en la Avenida del Cid o en Peris y Valero. Y no lo digo yo. Lo dice C¨¢ritas, la Cruz Roja y el Instituto Valenciano de Investigaciones Econ¨®micas. Muchos comedores escolares seguir¨¢n abiertos en verano para que los ni?os de Primaria coman al menos una vez al d¨ªa. 195.800 familias valencianas se encuentran en situaci¨®n de pobreza. Son parados de larga duraci¨®n, est¨¢n en riesgo m¨¢ximo de exclusi¨®n social, tienen todos los n¨²meros de la rifa para no llegar a cumplir los 60 tacos y sus hijos han perdido el futuro antes de tener siquiera un presente ?C¨®mo hemos podido llegar a esto en s¨®lo cinco a?os? Cualquiera puede hacerse una idea. La Formula 1, las torres de Calatrava, el aeropuerto de Castell¨®n o Bankia son s¨®lo algunas estaciones de paso en esta marcha triunfal hasta la derrota final.
Por supuesto que deber¨ªan ser otros los que se encargaran de arreglar el desaguisado. Pero yo no contar¨ªa con ello. Ser¨ªa como pedirle a unos pir¨®manos que apagasen el incendio que ellos mismos han provocado.
As¨ª que lo siento. Depende de nosotros. Ya se que estamos todos muy agobiados intentando llegar a fin de mes, pero a veces no queda otro remedio que abandonar los quehaceres importantes y ocuparse de asuntos m¨¢s triviales como por ejemplo salvar el pellejo. Porque como dec¨ªa John Lennon la vida es eso que pasa mientras nosotros estamos demasiado ocupados haciendo otras cosas.
Ya se sabe que el tiempo puede jugar a favor o en contra. Podemos convertirlo en una rutina. O podemos intentar darle un vuelco y luchar por un poco de felicidad personal o de supervivencia colectiva. En el fondo, la batalla es la misma. Y si al final al volver a casa, no queda cerveza fr¨ªa en la nevera, no se preocupen. A ¨¦sa les invito yo.
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