Sombras sobre la mutua Umivale
Dos sociedades sin trabajadores montadas por la patronal ganaron dinero al intermediar entre la mutua y las mayores empresas valencianas
La sospecha rodea Umivale, la mutua de accidentes de trabajo y enfermedades arraigada especialmente en la Comunidad Valenciana. El gerente, el expresidente y otra directiva llevan meses imputados a ra¨ªz de la denuncia presentada por extrabajadores. En ella se relataban varios supuestos delitos relacionados con fraudes a la Seguridad Social que investiga un juzgado de Quart de Poblet. Las sombras sobre Umivale est¨¢n relacionadas tambi¨¦n, sin embargo, con dos sociedades que compart¨ªan sede, coincidente con la de la patronal agroalimentaria valenciana, carec¨ªan de trabajadores y actuaron al menos durante una d¨¦cada como intermediarias entre empresas y la mutua a cambio de dinero.
La persona que las cre¨® asegura que esas dos sociedades se fundaron en el marco de un esfuerzo inicialmente filantr¨®pico de la patronal valenciana para ayudar a consolidar una gran mutua aut¨®ctona, y que para el a?o 2004 ya estaban cerradas. Seg¨²n extrabajadores de Umivale, as¨ª como de documentos que han entregado a este diario, en cambio, en 2007 ambas sociedades segu¨ªan figurando como intermediarios entre la mutua y sus mayores clientes valencianos: Mercadona, Consum, Importaco, el desaparecido Banco de Valencia, el Consejo Superior de C¨¢maras de la Comunidad Valenciana, el Valencia CF, Ferrocarrils de la Generalitat, Ayuntamientos de Valencia, Benidorm y Quart de Poblet, Consorcio Hospital General, Ciudad de las Artes y las Ciencias y as¨ª hasta medio centenar de empresas y entes que sumaban 55.069 trabajadores.
Si las dos sociedades recib¨ªan pagos de la mutua en ese a?o 2007 por hacer de intermediarias de todas esas empresas y entidades, como sospechan los extrabajadores y niega Umivale, ello habr¨ªa constituido, aparentemente, un fraude a la Seguridad Social.
La persona que puso en marcha esas dos sociedades y sigue constando como administrador ¨²nico en el Registro Mercantil, Jos¨¦ Granell, niega que ninguna de ellas hiciera de intermediaria para organismos p¨²blicos. Umivale se?ala que no tiene registros de haber pagado a ninguna de las dos sociedades en la ¨²ltima d¨¦cada, un plazo superior al que legalmente est¨¢ obligada a conservar la contabilidad. Las grandes compa?¨ªas y entidades p¨²blicas que figuran asignadas a esas dos sociedades en los listados de Umivale y han sido consultadas por este peri¨®dico aseguran que nunca hab¨ªan o¨ªdo hablar de ellas.
En la documentaci¨®n supuestamente interna a la que ha tenido acceso este diario, cuya autenticidad cuestiona Umivale, estas dos sociedades aparecen asignadas a las empresas y organismos p¨²blicos valencianos con mayor n¨²mero de trabajadores de cuantos est¨¢n afiliados a la mutua. Cuanto m¨¢s grandes son las empresas, m¨¢s dinero pueden ganar quienes les hacen de intermediarios con la mutua, explican dos extrabajadores. Ambos afirman haber preguntado a sus superiores en Umivale por esas dos misteriosas sociedades asignadas solo a grandes clientes y haber recibido evasivas por respuesta. En la pr¨¢ctica, a?aden los antiguos empleados, las empresas grandes no utilizan intermediarios porque sus departamentos de recursos humanos se relacionan directamente con la mutua.
Estas dos sociedades se llaman Marcos 1.000 y Gailse. El relato que ofrece su administrador arranca a principios de la d¨¦cada de 1990. Por entonces el Gobierno estaba poniendo orden en el sector de las mutuas; asociaciones de empresarios que gestionan las cotizaciones de sus afiliados a la Seguridad Social para cubrir los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales de sus empleados. En aquellos a?os exist¨ªan multitud de mutuas y algunas muy peque?as. El Ejecutivo quer¨ªa aumentar su tama?o y reducir su n¨²mero por el camino de las concentraciones. Umivale, fruto de la uni¨®n de 22 mutuas, todav¨ªa no exist¨ªa (se fund¨® en 2006). S¨ª exist¨ªa, en cambio, uno de sus antecedentes directos, Mutua Valenciana. A pesar de que m¨¢s tarde se integr¨® con otras mutuas, incluida la de la gran banca (Santander y BBVA) la sede de Umivale ha permanecido hasta ahora en Valencia.
Mucho antes, seg¨²n la narraci¨®n de Granell, hace unos 20 a?os, los responsables de Mutua Valenciana pidieron ayuda a la patronal valenciana para no desaparecer y consolidar una gran mutua aut¨®ctona. El entonces presidente de la Confederaci¨®n Empresarial Valenciana (CEV), Jos¨¦ Mar¨ªa Jim¨¦nez de la Iglesia, traslad¨® la petici¨®n a las federaciones que la integraban. Y la Federaci¨®n de Agroalimentaci¨®n de la Comunidad Valenciana (Fedacova), de la que Granell era secretario general y Federico F¨¦lix ya entonces presidente, recogi¨® el guante.
Fedacova facilit¨® a la mutua (que en 1996 pas¨® a llamarse Mutua Valenciana de Levante, Muvale) una lista de sus empresas asociadas. Y a ¨¦stas les escribi¨® cont¨¢ndoles las oportunidades que promet¨ªa Muvale. Las mutuas no pueden pagar a nadie por buscarle asociados. Y seg¨²n Granell, Fedacova no cobr¨® por ello.
El ex secretario general de la federaci¨®n afirma, sin embargo, que las empresas que se apuntaron empezaron a llamar a Fedacova para trasladar quejas sobre la mutua. Un m¨¦dico que no se hab¨ªa presentado a la revisi¨®n, un botiqu¨ªn que no hab¨ªa llegado... La mutua, dice Granell, a¨²n no hab¨ªa alcanzado el grado de eficacia que adquirir¨ªa m¨¢s tarde.
¡°Ese trabajo nos iba ocupando cada vez m¨¢s tiempo¡±, cuenta Granell. Y por ello, a?ade, crearon Gailse en 1994 y dos a?os m¨¢s tarde Marcos 1.000. Granell asegura que en la fundaci¨®n participaron otras ramas de la patronal, aunque entre los socios solo cita a F¨¦lix y a Jim¨¦nez de la Iglesia.
A continuaci¨®n, sigue Granell, firmaron un contrato con la mutua para que ¨¦sta les ¡°compensara¡± a trav¨¦s de Gailse y Marcos 1.000 ¡°los gastos¡± que entonces soportaba Fedacova: ¡°Personal, tel¨¦fonos, tiempo...¡±. ¡°Nosotros nos oblig¨¢bamos a atender todas las llamadas que tuvi¨¦ramos¡± y a tramitar las quejas y la mutua a pagar ¡°una iguala¡± a Gailse y a Marcos 1.000. Granell a?ade que ambas sociedades se convirtieron en intermediarias de forma oficial bajo la figura de ¡°colaboradoras¡± y que todo fue legal.
La ley establece, sin embargo, que las mutuas solo pueden pagar a los colaboradores por tramitar seguros sociales (accidentes de trabajo, bajas laborales...), no por otro tipo de gestiones, ni por atender quejas. La retribuci¨®n a los colaboradores est¨¢, adem¨¢s, muy tasada. Consiste en un peque?o porcentaje de lo que las empresas a las que sirven de intermediarias ante la mutua cotizan a la Seguridad Social por sus trabajadores. Las mutuas carecen por definici¨®n de ¨¢nimo de lucro y los fondos que gestionan pertenecen a la Seguridad Social.
Endurecimiento de la regulaci¨®n
Fue el endurecimiento de la regulaci¨®n, que exigi¨® que los colaboradores pasasen a comunicarse con la mutua mediante un sistema inform¨¢tico, lo que decidi¨® a la patronal a cerrar las sociedades entre 2003 y 2004, cuenta Granell. No las dieron de baja en el Registro Mercantil, aunque Gailse consta en estado de liquidaci¨®n desde 2004, ¡°porque no era obligatorio y costaba dinero¡±.
?C¨®mo es posible que Gailse y Marcos 1.000 aparezcan entonces como colaboradores en listados de 2007? Granell no lo sabe y dice que deber¨ªan explicarlo los due?os de los listados o la mutua.
Umivale responde que revisados ¡°los estados financieros y registros contables de los ¨²ltimos 10 ejercicios¡± no le consta ning¨²n pago a esas dos sociedades.
Granell afirma que Gailse y Marcos 1.000 ingresaban unos 18.000 euros al a?o y el dinero se destinaba a compensar a Fedacova por la labor y pagar gastos de la sociedad, como tributos. Los a?os en que las sociedades depositaron las cuentas en el Registro Mercantil, constan, sin embargo, ingresos casi siempre superiores. En 2002, Marcos 1.000 percibi¨® 91.000 euros. Y en documentaci¨®n supuestamente interna de Umivale figura que la mutua pag¨® en realidad ese mismo a?o a Marcos 1.000 un total de 103.429 euros. Cantidad mucho mayor que la que recibieron los dem¨¢s colaboradores. Ese importe coincide con un porcentaje cercano al 1% de la cotizaci¨®n por accidentes laborales y enfermedades profesionales que hac¨ªan las empresas de las que era intermediaria.
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