El tribunal da validez a los registros de los domicilios de los neonazis
La Guardia Civil entr¨® en las casas por "el riesgo inasumible¡± de agresiones
El tribunal de la Audiencia de Valencia declar¨® v¨¢lidos y legales los registros efectuados en los domicilios de los 18 acusados por tenencia il¨ªcita de armas y asociaci¨®n il¨ªcita. Gracias a esos registros, la Guardia Civil se incaut¨® de numerosas armas de fuego (un lanzagranadas, escopetas, rev¨®lveres, bol¨ªgrafos pistola), as¨ª como machetes, hachas y pu?os americanos prohibidos. Todo este material constituye una prueba clave en el juicio contra los supuestos integrantes del neonazi Frente Antisistema, desarticulado por los agentes en 2005 en Valencia en la llamada Operaci¨®n P¨¢nzer.
En la segunda sesi¨®n de la vista, el tribunal argument¨® que la jurisprudencia m¨¢s actual sanciona la obligatoriedad de la presencia del abogado cuando un acusado declara ante las fuerzas de seguridad o en las ruedas de reconocimiento, pero no en los registros, como hab¨ªan solicitado las defensas para impugnar la actuaci¨®n.
La intervenci¨®n en los domicilios se precipit¨® ante el temor a agresiones por odio racial, sexual o ideol¨®gico, seg¨²n declar¨® uno de los responsables de la investigaci¨®n de la Guardia Civil, testigo de la fiscal¨ªa y de la acusaci¨®n popular . El temor se fundaba en las conversaciones grabadas a los ultraderechistas, en las que se habla de la organizaci¨®n de "cacer¨ªas" de "guarros o punkis" en Villena. Para evitar agresiones, se "despleg¨® un equipo" en la ciudad alicantina. Varios de los imputados hicieron referencia a una paliza a un "punki", a?adi¨® el agente, aunque no encontraron ni denuncia ni parte de lesiones, si bien hay constancia de que algunos de los procesados estuvieron en Villena y realizaron pintadas con simbolog¨ªa fascista. "El riesgo era inasumible y por eso se decide incautar", explic¨®. Tambi¨¦n enumer¨® otros delitos, como robos o estafas, que seg¨²n la investigaci¨®n plane¨® este colectivo, y se?al¨® que dispon¨ªan de una p¨¢gina web para la venta de libros sobre teor¨ªas negacionistas del holocausto y temas similares, si bien la Guardia Civil no constat¨® ninguna venta.
La sesi¨®n, cuyo inicio estaba previsto para las 10, empez¨® con m¨¢s de una hora de retraso debido a la ausencia de dos de los quince procesados. Una mujer, acompa?ada por su beb¨¦, no encontraba sitio para aparcar, seg¨²n su abogado. Y un hombre, que se desplaza en silla de ruedas, se hab¨ªa quedado en su casa por recomendaci¨®n m¨¦dica para que guardase reposo por un d¨ªa, seg¨²n su letrado. El presidente del tribunal, Pedro Castellano, se impacient¨®. Orden¨® al abogado que llamase a su cliente y se presentase de forma voluntaria y advirti¨® de que mandar¨ªa a la polic¨ªa a por ¨¦l si no lo hac¨ªa. Ambos aparecieron en menos de una hora.
De modo que el juicio se reanud¨® con la presencia de 15 de los 18 procesados, entre los que se encuentra un concejal de Espa?a 2000 de Silla (Valencia), Alejandro Serrador, dos militares y el asesino confeso de Guillem Agull¨®, Pedro Cuevas, mientras que dos se encuentran en rebeld¨ªa y uno est¨¢ ingresado en un centro psiqui¨¢trico.
Los acusados se negaron a responder a la fiscal¨ªa y a la acusaci¨®n popular, que tuvieron sus diferencias con el presidente del tribunal a cuenta de su exigencia de agilidad en el interrogatorio. La acusaci¨®n pidi¨® ayer m¨¢s sesiones para ejercer sus derechos y elevar¨¢ la petici¨®n de penas, que suman ahora m¨¢s de 42 a?os.? ?
Cooperante y escalador
Cuatro procesados s¨ª respondieron a sus letrados. Negaron haber pertenecido al grupo FAS, aunque un guardia constat¨® la incautaci¨®n de un listado. Uno destac¨® que est¨¢ en una ONG ¡°en la que se atiende a todo tipo de personas¡±. Otro sostuvo que conoc¨ªa a algunos compa?eros de banquillo porque lleva 20 a?os ¡°escalando" y le conocen de las monta?as que escala. Cuando el acusado estaba dando esta respuesta, el abogado de la acusaci¨®n popular se aprest¨® a protestar, y el acusado le espet¨®: ¡°Por favor, c¨¢llate¡±. El presidente le llam¨® la atenci¨®n y el imputado aprovech¨® para denunciar que durante los registros que efectuaron a su vivienda y a su empresa ¡ªdedicada a la rotulaci¨®n de veh¨ªculos policiales, a vallas publicitarias o a la fabricaci¨®n de lonas¡ª se llevaron tres armas suyas, sobre las que ten¨ªa licencia, y ¡°han desaparecido¡±. Se lament¨®, al igual que su esposa, tambi¨¦n procesada, de que les trata ¡°como a animales¡± desde hace nueve a?os y que ha perdido todas sus propiedades.
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