Los jueces exigen ¡°una normativa clara¡± para los clubes cann¨¢bicos

La regulaci¨®n del consumo de marihuana tambi¨¦n preocupa a los jueces, que a menudo deben decidir si env¨ªan a prisi¨®n o absuelven a los responsables de los clubes cann¨¢bicos por tr¨¢fico de drogas. Estas asociaciones, que han proliferado en ciudades como Barcelona, se hallan en una encrucijada legal y son objeto de investigaciones policiales de suerte diversa. Una reciente sentencia absolutoria, dictada por la Audiencia de Barcelona, insta a las instituciones a fijar ¡°un marco normativo claro¡± sobre ¡°una actividad que permanece en los limbos de la alegalidad¡±.

¡°Hace tiempo que desde muchos sectores jur¨ªdicos, sanitarios y sociales se est¨¢ reclamando del legislador que fije un marco normativo claro para el funcionamiento de esta clase de asociaciones¡±, se?ala la sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Santiago Vidal. Los jueces lamentan que ¡°solo el Parlamento de Euskadi ha impulsado esta tarea reguladora¡±. Y critican que la Fiscal¨ªa General del Estado no haya ¡°actuado a¨²n en defensa del inter¨¦s p¨²blico en esta materia, m¨¢s all¨¢ de perseguir de forma indiscriminada situaciones como la que es objeto de este proceso penal¡±.

La fiscal¨ªa, recuerda la resoluci¨®n, puede hacer recomendaciones al Gobierno para que regule la materia. ¡°Tal vez ya es hora de que inste una aclaraci¨®n jur¨ªdica de los motivos por los que otras drogas nocivas para la salud, como el tabaco o el alcohol, cuando se consumen de forma abusiva, disfrutan de un estatus legal mucho m¨¢s permisivo¡±, argumentan. La sentencia resuelve un recurso de la fiscal¨ªa contra la absoluci¨®n de los m¨¢ximos responsables del club cann¨¢bico Airam por un delito de tr¨¢fico de drogas.

En febrero de 2012, dos j¨®venes fueron detenidos cuando sal¨ªan de la sede de la asociaci¨®n, en Barcelona. Hab¨ªan comprado tres dosis de hach¨ªs sin ser socios y hab¨ªan pagado, por cada una de ellas, 20 euros. La fiscal¨ªa acus¨® a cinco responsables de la entidad de tr¨¢fico de drogas por haber vulnerado los requisitos del ¡°autoconsumo compartido¡± y haber vendido droga a terceros con ¨¢nimo de lucro.

La resoluci¨®n, dictada por la Secci¨®n D¨¦cima de la Audiencia, desoye los argumentos del fiscal y confirma la absoluci¨®n. Los magistrados afirman que la detenci¨®n de los dos j¨®venes ¡°no demuestra¡± que los acusados les hubieran vendido las dosis. ¡°La hip¨®tesis de que dicha sustancia estupefaciente fuese para el propio consumo de los compradores no puede ser descartada¡±, razonan.

Los clubes de cannabis han aprovechado la figura de la asociaci¨®n (que es un derecho fundamental reconocido por la Constituci¨®n) para realizar su actividad. Pero el sector coincide con la Audiencia y lleva meses trabajando para conseguir una regulaci¨®n clara, que les permita seguir dispensando cannabis sin tener que vivir con la incertidumbre de que se les acuse de tr¨¢fico de drogas. El Departamento de Salud tambi¨¦n aboga por fijar unas normas, poniendo el acento en la necesidad de reducir riesgos de salud p¨²blica. Las federaciones de los clubes y los partidos pol¨ªticos han tenido diferentes reuniones y en septiembre se discutir¨¢ en el Parlament el borrador de una propuesta de Buenas Pr¨¢cticas. Aun as¨ª, una eventual reforma del C¨®digo Penal est¨¢ en manos del Gobierno central.

¡°Los clubes han demostrado que hay un ej¨¦rcito de miles de personas consumidoras de cannabis¡±, explic¨® ayer un trabajador del sector. Seg¨²n las estimaciones, los 400 clubes que existen en Catalu?a abastecen a 165.000 consumidores. Existe el riesgo de que muchos de ellos acudan al mercado negro si se precintan los clubes.

Desde hace una semana, Airam est¨¢ de nuevo en el punto de mira de la justicia. Esta vez, por un presunto caso de blanqueo de capitales. Cuatro responsables del club permanecen imputados por haber utilizado, presuntamente, un entramado de empresas para desviar a sus bolsillos m¨¢s de un mill¨®n de euros procedentes de la venta de marihuana a los socios. Entre ellos figura el presidente de la entidad, Francesc S. ¡ªque administra la mayor¨ªa de las empresas¡ª y su mano derecha, Albert T., quien a su vez es presidente de Fedcac, la federaci¨®n que agrupa a estos locales y que aboga por la regularizaci¨®n de la marihuana.

El juez ordena el cierre del club cann¨¢bico investigado por blanqueo

Alrededor de mil personas se acercan cada d¨ªa a la sede de Airam, en la calle Ample, para consumir o comprar su dosis de marihuana. El mi¨¦rcoles, sin embargo, los usuarios encontraron sus puertas cerradas. Los 10.000 socios que integran el club deber¨¢n buscar ahora una alternativa. El juez que investiga el caso ha ordenado, a petici¨®n de la Fiscal¨ªa, la clausura del local de forma cautelar. Desde 2010, el C¨®digo Penal permite cerrar los locales de empresas o asociaciones que hayan cometido un delito durante un periodo m¨¢ximo de cinco a?os. La medida deja sin trabajo, de paso, a unas 30 personas.

Adem¨¢s del local principal de Airam, en la calle Ample de Barcelona, el juez ha ordenado tambi¨¦n el cierre de la sede de Caselldefels y ha decretado la disoluci¨®n de las siete empresas que, presuntamente, utilizaron los imputados para blanquear los beneficios obtenidos con la venta del cannabis. El magistrado ha decidido bloquear 60 cuentas bancarias que pertenecen a los implicados, defendidos por la abogada Laura Alegre, del despacho Nieto & Povedano. Seg¨²n datos de la investigaci¨®n, la entidad generaba una facturaci¨®n anual de 1,5 millones. Los Mossos creen que una parte del dinero era desviada a las cuentas corrientes de los implicados y, el resto, mediante la simulaci¨®n de operaciones comerciales. Las entidades son sin ¨¢nimo de lucro y, en principio, deben emplear los beneficios en la propia asociaci¨®n.

En el registro de la entidad se encontraron 11 kilos de marihuana y 50.000 euros en efectivo. Los Mossos han investigado el patrimonio de los implicados en una de las primeras investigaciones centradas en el blanqueo de capitales, y no en el tr¨¢fico de drogas, que en el caso de la marihuana conlleva penas de prisi¨®n inferiores. No es la primera vez, sin embargo, que se clausura uno de estos locales.