Un Prometeo indignado
Sanchis Sinisterra lleva al Grec una versi¨®n antisistema del cl¨¢sico de Esquilo
Si la tragedia de Esquilo Prometeo encadenado tuviera lugar en el siglo XXI, el consejo de dioses se reunir¨ªa en el Banco Mundial y Prometeo ser¨ªa un ciudadano desesperado, dispuesto a quitarse la vida para denunciar a una ¨¦lite financiera depredadora. As¨ª lo interpreta el dramaturgo Jos¨¦ Sanchis Sinisterra (Valencia, 1940), cuya obra Bartolom¨¦ encadenado llega hoy al Teatre Grec de Barcelona hasta el domingo. Con este espect¨¢culo, dirigido por Antonio Sim¨®n y protagonizado entre otros por Llu¨ªs Soler y Manel Barcel¨®, el Festival Grec estrena un proyecto dirigido a recuperar las f¨®rmulas del teatro cl¨¢sico para narrar el mundo contempor¨¢neo. ¡°Todo lo que pueda decirse sobre la humanidad ya lo dijeron los griegos¡±, apuntilla Sim¨®n al hablar de la obra, una coproducci¨®n con el Institut del Teatre con escenograf¨ªa del mismo director del festival, Ramon Sim¨®.
En el mito original, Zeus castiga a un Prometeo insurrecto por haber llevado el fuego divino a los hombres. Quien yace encadenado en el texto de Sinisterra no es un tit¨¢n, sino un hombre mayor sin nada que perder que amenaza con suicidarse. La trama evoca as¨ª el tr¨¢gico episodio ocurrido en Atenas en abril de 2012, cuando el jubilado Dimitris Christoulas se suicid¨® a las puertas del Parlamento griego al verse privado de la pensi¨®n, que era su ¨²nico sustento. El protagonista, interpretado por Soler, est¨¢ a su vez vagamente inspirado en el economista Joseph Stiglitz, que reneg¨® de su trabajo en instituciones como el Fondo Monetario Internacional para convertirse en cr¨ªtico de la globalizaci¨®n. Como el rebelde Prometeo, Bartolom¨¦ elige el lado de los mortales y por ello paga las consecuencias: persecuci¨®n de las autoridades, exclusi¨®n social y, finalmente, marginaci¨®n y pobreza.
¡°El texto parte de la tesitura dram¨¢tica del Prometeo encadenado de Esquilo¡±, se?al¨® Sim¨®n, ¡°pero por su componente sat¨ªrico y de cr¨ªtica social termin¨® por convertirse en algo in¨¦dito hasta ahora: una comitragedia¡±. Sim¨®n interpreta tambi¨¦n que la obra bebe de la tradici¨®n sat¨ªrica de Arist¨®fanes: como en sus ¨¢cidas comedias, la obra de Sinisterra dispara contra todos los elementos de la sociedad. Medios de comunicaci¨®n, agentes del orden e incluso un coro de j¨®venes indignados (15 graduados del Institut del Teatre), se aglomeran ante el potencial suicida, quien durante todo el espect¨¢culo yace encadenado en una columna a ocho metros de altura. El director adelant¨® que la obra toma partido y se?ala empresas e instituciones reales. ¡°Ya es hora de que la cultura se posicione ante los movimientos sociales¡±, sentencia Barcel¨®, quien interviene en la obra en el papel de Hermes, mensajero de los dioses.
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