¡°Sin duda, alguien quiso asesinarla el 5 de julio¡±, afirma el juez del ¡®caso Asunta¡¯
Ta¨ªn afirma que Porto y Basterra ejecutaron un plan "premeditado" para matar a su hija El instructor apunta a la ¡°dominaci¨®n psicol¨®gica y maltrato f¨ªsico espor¨¢dico¡± del padre hacia la madre
La intrahistoria que subyace bajo este crimen es tan retorcida que supera los giros argumentales de cualquier follet¨ªn y conjuga, supuestamente, las pasiones m¨¢s bajas de una pareja rota desde primeros del 2013 pero unida por su mutua dependencia y una hija com¨²n que les molestaba a ambos. Es la hip¨®tesis que sostiene el juez: el asesinato de Asunta fue un siniestro c¨®ctel de intereses pecuniarios, despecho, celos, chantaje dom¨¦stico, ¡°dominaci¨®n psicol¨®gica y maltrato f¨ªsico espor¨¢dico¡± de Basterra hacia Porto. Hay, adem¨¢s, seg¨²n los investigadores, visos de perversi¨®n sexual. Basterra habr¨ªa tratado de borrar archivos comprometedores de su port¨¢til, que apareci¨®, sorpresivamente, en el tercer registro de su piso. Este hecho prueba la complicidad de un tercero (porque los dos imputados est¨¢n en prisi¨®n) cuya identidad ha quedado desdibujada.
La muerte de Asunta resulta de un plan ¡°premeditado y gradual¡± ideado por sus padres de adopci¨®n, dice el juez, que ensayaron el crimen al menos en una ocasi¨®n anterior, o en dos. Ta¨ªn habla de una noche de julio y un d¨ªa de septiembre en el que Asunta falt¨® a clase y Basterra estuvo ¡°aireando armarios¡± en el chal¨¦ de Teo, justo en la misma semana en la que finalmente lograron matarla.
¡°No es posible dudar de que en la madrugada del 5 de julio alguien intent¨® asesinarla¡±, sentencia el instructor en el auto. Se refiere al descabellado episodio que luego la madre achac¨® a un supuesto intruso que se col¨® en su piso para atacarlas.
El crimen de la hija compartida, la ni?a que aparec¨ªa en clase de m¨²sica con apariencia de estar drogada, hubiera sido ¡°imposible sin la participaci¨®n o el consentimiento de ambos imputados¡±, concluye Ta¨ªn. Para la madre, ¡°sumisa¡± y ¡°siempre subyugada a Alfonso¡±, la muerte de la cr¨ªa le despejaba el camino a una vida m¨¢s despreocupada con su amante. Para el padre, ¡°dominante¡± y ¡°humillado¡± por la infidelidad, la desaparici¨®n de Asunta era la llave del chantaje para que su exmujer ¡°le asegurase el sustento econ¨®mico del que carece¡±, resume el juez acotando el posible m¨®vil. Porto y Basterra, divorciados pero unidos, aprovecharon el verano para acostumbrarse a vivir sin su hija. Seg¨²n el testimonio de la madrina ¡ªque la cuidaba en Vilagarc¨ªa porque estaba ¡°tirada, sin que nadie le hiciera caso¡±¡ª los padres, ambos en paro, pasaron casi mes y medio sin ir a verla. El juez asegura que Asunta ¡°pasaba d¨ªas, e incluso noches, sola¡±.
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