?Qui¨¦n da la vez?

La oportunidad para reivindicarse pas¨® ayer por la plaza de Azpeitia y ninguno de los tres toreros supo aprovecharla. La oreja que pasearon Casta?o y Paulita se queda en un trofeo que no responde al ¨¦xito que dejaron escapar. Fernando Cuadri puso en liza un sensacional encierro, con dos toros, cuarto y quinto, con las orejas colgando. Fueron bravos, con emoci¨®n y con importancia, la suficiente como para poner a circular a Paulita y recuperar a un desinflado Casta?o. En ambos casos no se pusieron en el sitio, ese que encumbra a los toreros. Cuando en el cuarto de la tarde, el tendido cantaba a coro Xalbadorren heriotza, los banderilleros de la cuadrilla de Javier Casta?o pusieron tres pares a cada cual mejor. La plaza subi¨® de voltaje y saludaron montera en mano.

El mejor momento de la corrida que parec¨ªa previo de una gran faena. Casta?o lo cit¨® de largo y el cuadri respondi¨®. Una voltereta al cerrar una tanda carg¨® m¨¢s de emoci¨®n los tendidos, pero tras dos series de lejos templadas y con emoci¨®n, el castellano opt¨® por acortar las distancias y ahogar las posibilidades de ¨¦xito. Las razones quedan en ese misterioso ba¨²l de los toreros, que prefieren encerrarse ente los pitones antes que ofrecer diez metros al toro. Mat¨® r¨¢pido y pase¨® una oreja dejando la otra en el aplaudido arrastre del morlaco. El cap¨ªtulo de Paulita casi fue una repetici¨®n. Tuvo muy buen aire con el capote, luci¨® a un torazo -590 kilos- que derrib¨® en el ¨²nico puyazo que tom¨® y que tuvo todas las caracter¨ªsticas que un toro de Cuadri ofrece para triunfar. Pero Paulita de nuevo busc¨® las cercan¨ªas y dej¨® escapar una soberbia oportunidad para que su nombre suene con fuerza entre los aficionados.

Fue una decepci¨®n, porque en su primero hab¨ªa apuntado buenas maneras, decisi¨®n, clase y torer¨ªa. Adem¨¢s, lleg¨® con ilusi¨®n por triunfar en Azpeitia, con detalles como el brindis a una veterana aficionada local con el mismo apodo que el de Luis Antonio Gaspar. De Paulita a Paulita. Detalles, buenos pero nada m¨¢s que detalles; cuando hubo que arder falt¨® brasa para salir en hombros. Pero cuarto y quinto no fueron los ¨²nicos ejemplares para triunfar porque Sergio Serrano tambi¨¦n debi¨® desorejar a su primer enemigo, un exigente ejemplar, con el que hab¨ªa que tirar la moneda al aire, pero el albacete?o se decidi¨® por tratar de ligar con precauciones y la faena no acab¨® nunca de tomar cuerpo. Con el sexto, m¨¢s complicado, cubri¨® el expediente. Las oportunidades llegan y la terna actuante en Azpeitia tuvo una buena, pero deber¨¢n seguir preguntando ?qui¨¦n da la vez? y esperar a que alguien les vuelva a abrir paso.