Las togas se vuelven losas
Un letrado ejerciente y una abogada en paro censuran la precarizaci¨®n a causa de los cambios legislativos y del mercantilismo de la profesi¨®n
El universo laboral de los abogados no es de grises. O trabajan o se dedican a otra cosa. Y es que sin clientes, los n¨²meros se ponen al rojo vivo al sumar colegiaci¨®n, Seguridad Social e impuestos. A Miguel Caride, tras 25 a?os de ejercicio en un complicado y competitivo sector en el que son artesanos de su propio futuro, le sobran fuerzas para alentar a Victoria ?lvarez. Licenciada en Derecho y con unas ganas de futuro casi tan s¨®lidas como su discurso, nunca ha trabajado en la abogac¨ªa. Ni ella ni nadie de su promoci¨®n. Y eso, a pesar de que la ¨²ltima encuesta de poblaci¨®n activa del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) afirma que veterinarios, matem¨¢ticos y abogados son los colectivos profesionales con una tasa de empleo m¨¢s elevada. Tras la cara de sorpresa may¨²scula por el dato, los dos creen que el estudio del INE no refleja la realidad. ¡°Para nada, pero para nada¡±, responde, contundente y sorprendida, Victoria. ¡°El flujo de altas y bajas se ha inclinado hacia lo segundo porque hay gente que, tras un tiempo pagando la colegiaci¨®n obligatoria, se da cuenta de que no puede seguir porque no le llega ni para gastos¡±, matiza Miguel.
?El futuro pinta negro, pero el presente est¨¢ lleno de claroscuros. La situaci¨®n laboral de muchos de los letrados es extremadamente precaria y la toga cada d¨ªa pesa m¨¢s. ¡°La abogac¨ªa siempre fue una profesi¨®n vocacional y hoy m¨¢s nunca¡±, aclara Miguel. ¡°Ha ido evolucionando desde una perspectiva estrictamente profesional a una situaci¨®n mercantil en la que nos han ido incorporando a la fuerza al mundo del negocio m¨¢s feroz¡±, afirma Miguel. A muchos j¨®venes con sill¨®n en despachos profesionales, la cuenta les sale a pagar a final de mes. Victoria cree que los grandes bufetes y las aseguradoras ¡°se aprovechan de la inexperiencia porque todo el mundo quiere tener un trabajo y la gente va a aceptar peores condiciones pensando que en el futuro vas a mejorar¡±. ¡°Cuando est¨¢s empezando no se te reconoce nada¡±, lamenta. ¡°Siempre fue precario y dif¨ªcil iniciarse, pero al cabo de un tiempo pod¨ªas establecerte por tu cuenta y adquirir cierto respeto, algo complicad¨ªsimo ahora¡±, matiza Miguel. Los dos defienden que la abogac¨ªa se ha devaluado porque ¡°las grandes compa?¨ªas han mercantilizado la profesi¨®n contratando abogados con honorarios rid¨ªculos¡±.
El capitalismo est¨¢ en su punto de mira. Y es que para Miguel, el letrado ¡°era una persona de confianza¡± que ahora no puede ser libre porque est¨¢ sometido a ¡°presiones inadmisibles¡± desde todos los frentes. ¡°Es uno de los problemas m¨¢s graves que sufre la profesi¨®n, ya que te vuelves cautivo de tus necesidades econ¨®micas¡±, insiste. Ambos se quejan de que es muy dif¨ªcil consolidar un prestigio profesional porque ¡°a pesar de que eres t¨² el que pleitea, luego la fama la adquieren los grandes despachos que han extendido sus tent¨¢culos por todo el territorio estatal¡±. ¡°El capitalismo descubri¨® el negocio jur¨ªdico a costa de machacarnos a los peque?os¡±, denuncia Miguel. ¡°Machacan a los profesionales liberales y tambi¨¦n a sus propios empleados porque los millonarios beneficios empresariales no repercuten en los trabajadores que tienen empleados en precario¡±, insiste Victoria.
Hay decisiones del Ministerio de Justicia que pesan sobre sus espaldas como si fuesen placas de hormig¨®n. ¡°La Ley de Tasas, entre otras cosas, busca reducir la litigiosidad y eso nos perjudica seriamente ya que se reduce la materia laboral. Es una ley que merma el acceso de los ciudadanos a la justicia pero que tambi¨¦n nos salpica de lleno¡±, denuncia Miguel. Victoria no cree que esa norma sea ¡°un muro insalvable¡± pero tiene claro que ¡°va a quitar clientes potenciales¡±. La joven defiende el futuro de la profesi¨®n ante decisiones pol¨ªticas que ¡°desaniman¡± pero que, al mismo tiempo, obligan a trabajar m¨¢s duro ¡°para buscar hueco¡±. Las tasas ideadas por el ministro Alberto Ru¨ªz Gallard¨®n no son la ¨²nica traba novedosa. La Ley de Asistencia Jur¨ªdica Gratuita est¨¢ a punto de abrir otro frente tormentoso: ¡°Los abogados nos vamos a comer los marrones porque no vamos a dejar de hacer una asistencia por el hecho de que no alcance el umbral para una asistencia de oficio¡±.
Igualmente, coinciden en denunciar que los grandes partidos pol¨ªticos buscan ¡°debilitar¡± el derecho a la justicia para ahorrar y dudan de una hipot¨¦tica marcha atr¨¢s. ¡°El Gobierno, independientemente de su color, quiere reducir la litigiosidad porque eso le beneficia econ¨®micamente¡±, asevera Victoria. ¡°Cuando hagan reformas deben pensar en no quebrantar el Estado de derecho y si de verdad quieren que la Administraci¨®n de justicia funcione correctamente, deben formar gente o contratar personal mediante oposiciones, pero no hacer reformas absurdas¡±. Miguel pide al poder legislativo que ¡°se establezcan de una forma objetiva las bases por las que un contrato mercantil deber¨ªa ser considerado contrato laboral¡±. El letrado se refiere a los falsos aut¨®nomos que salpican a decenas de colectivos profesionales ahora, pero que en el universo de la abogac¨ªa son una pr¨¢ctica con mucha solera. Victoria reclama al legislador ¡°ayudas para j¨®venes que les permitan establecerse por s¨ª mismos¡±.
A pesar de los nubarrones, Miguel abre su malet¨ªn y comparte consejos con su compa?era. El primero, la especializaci¨®n. ¡°Hay que saber muy bien en qu¨¦ te especializas porque depende de d¨®nde est¨¦s, debes orientarte en una u otra direcci¨®n¡±. ¡°En Galicia tendr¨ªas mucho trabajo con preparaci¨®n espec¨ªfica sobre lindes y pasos¡±, comenta entre sonrisas. No recomienda la emigraci¨®n porque los cambios legislativos al otro lado de la frontera complican ¡°hasta el extremo¡± esa posibilidad y descarta ¡°por completo¡± montar despacho por cuenta propia. Incluso cree que la opci¨®n m¨¢s ¡°rentable¡± ser¨ªa dejar la abogac¨ªa, pero la vocaci¨®n pesa demasiado. Victoria recoge el guante de la especializaci¨®n ¡°porque est¨¢ claro que ese es el futuro¡±.
¡°Normalmente los abogados tenemos una mala fama, por eso nos llaman picapleitos¡±, afirma la joven mientras Miguel asiente con la cabeza. Los dos se animan mutuamente desde sus respectivas experiencias. Para ¨¦l, tras un cuarto de siglo de ejercicio ininterrumpido, lo m¨¢s importante ha sido la ¡°libertad¡± y el ¡°acceso a una visi¨®n de la vida que muestra lo mejor de las personas pero tambi¨¦n sus peores miserias¡±. Ella cree que la abogac¨ªa ¡°aporta una visi¨®n m¨¢s humana de la vida que no dan otras profesiones¡±. Y eso que para ponerse la toga, con el paso de los a?os, deben superar nuevos escollos. Los reci¨¦n graduados deben sumar a la crisis que lo espolvorea casi todo, un m¨¢ster obligatorio y un ¨²ltimo examen de criba. Sin embargo, no pierden los ¨¢nimos. A todos, ejercientes o parados, en alg¨²n momento se les aparece la temida idea de colgar la toga para dedicarse a otra cosa menos sacrificada. Miguel, que ni se plantea dejar la profesi¨®n, pasea con la toga de aqu¨ª para all¨¢ por los juzgados. La aparta a un lado para la fotograf¨ªa. Victoria la mira con anhelo, casi con deseo. ¡°A pesar de todo, tengo muchas ganas¡±, insiste.
La profesi¨®n en cifras
Los siete colegios de abogados de Galicia (A Coru?a, Santiago, Ferrol, Lugo, Ourense, Vigo y Pontevedra) tienen 11.832 inscritos, de los que 4.805 (el 40%) figuran como letrados no ejercientes. Entre los 7.027 restantes, 6.672 son abogados residentes y 335 no residentes
A Coru?a, sede del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia y de la Audiencia Provincial, es la ciudad que tiene con diferencia m¨¢s colegiados, 3.349, de los que 1.159 son no ejercientes. El colegio de Vigo cuenta con 2.422 miembros, de los que 1.006 no ejercen la profesi¨®n.
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