Corsarios contra viento y marea
376 cuadrillas desaf¨ªan al fuerte oleaje en el ¡®Abordaje¡¯, una de las actividades festivas m¨¢s populares de la Semana Grande de San Sebasti¨¢n
Miles de improvisado corsarios, en su mayor¨ªa cuadrillas de j¨®venes, participaron este lunes en el Abordaje, una de las actividades m¨¢s populares de la Semana Grande donostiarra. La iniciativa, organizada por el colectivo Piratak, naci¨® hace 12 a?os y consiste en llegar desde el puerto a la arena de La Concha con barcas artesanales, un reto al que este a?o se sum¨® una mar muy picada. Su ¨¦xito puede deberse a que la pirater¨ªa en la costa guipuzcoana, en la donostiarra en particular, dej¨® huella siglos atr¨¢s. El incendio de la ciudad en la Batalla de San Marcial (1813) no s¨®lo arras¨® con las casas, signific¨® una gran p¨¦rdida documental acerca del municipio. Sin embargo, est¨¢ escrito que la capital guipuzcoana fue una importante sede mar¨ªtima para los piratas de la Edad Moderna. Para los corsarios de aquella ¨¦poca, la relaci¨®n geogr¨¢fica entre la costa donostiarra y el norte de Europa era un punto estrat¨¦gico, y por momentos se convirti¨® en la cuna pirata m¨¢s importante de la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica.
En la tarde de este lunes, p¨²blico y participantes pudieron comprobar que algo de aquel periodo hist¨®rico queda en los genes de algunos habitantes, aunque no en todos. ¡°Todo es posible en el Abordaje pirata¡±, dec¨ªa uno de los carteles que decoraban una de las vallas del puerto. Observaci¨®n muy acertada viendo la miscel¨¢nea de balsas que se concentraron en el agua.
A primera hora de la ma?ana, bajo la lluvia, arranc¨® el primer turno de construcci¨®n de balsas. Decenas de personas pasearon por la zona para presenciar aquella algarab¨ªa de banderas, flotadores, hinchables, pa?uelos, pistolas de agua... alguno hasta se las ingeni¨® para trasladar el somier de la cama y hacer de ¨¦l la base de su barco. Al mediod¨ªa, cuando finaliz¨® el ¨²ltimo turno, se pudo ver un resultado dispar; hubo quienes se pudieron permitir construir escaleras por si alguien ca¨ªa desde la cubierta o incluso un mirador para el capit¨¢n. Y otros, en cambio, se conformaron con juntar dos pal¨¦s y un par de boyas para evitar el hundimiento de su humilde embarcaci¨®n. En cualquier caso, el objetivo de la carrera fue llegar y no ser necesariamente el primer pirata que pisara la arena de La Concha.
Garitano, un espectador destacado entre los miles de asistentes
Por otro lado, algunos de los piratas, en su mayor¨ªa j¨®venes, contaron con la ayuda de sus padres, quienes se encargaron de acercarse con el coche para trasladar los materiales de la balsa a la zona de construcci¨®n. Una vez all¨ª, algunos eran m¨¢s optimistas que otros: ¡°vamos sobrados¡±, exclamaba un componente de un equipo. Este a?o se presentaron 376 grupos, aunque las condiciones meteorol¨®gicas no colaboraron y se not¨® en el ¨ªndice de participaci¨®n. El oleaje revuelto y el cielo gris a?adieron un tono m¨¢s ¨¦pico a la causa.
Una fiesta que no se quiso perder el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, aunque este a?o, a diferencia del anterior, que se anim¨® a remar en una de las balsas, prefiri¨® ver el espect¨¢culo desde una barca.
A las cinco de la tarde, y ya con un cielo soleado, el pistoletazo de salida y al grito de ¡°al abordaje¡± los tripulantes pudieron participar en una experiencia donde la risa y la diversi¨®n fueron los principales ingredientes. As¨ª como en el siglo XVII las guerras fueron un instrumento para conseguir ventajas y privilegios fiscales, el Abordaje de ayer consisti¨®, principalmente, en disfrutar del momento. Los vasos de cerveza y el concierto de Arkada Social en los momentos previos al pistoletazo de salida animaron el ambiente.
La primera barca en llegar a La Concha, con una tripulaci¨®n integrada en su mayor¨ªa por chicas, realiz¨® el recorrido en media hora, mientras que otras balsas que no pudieron salir del puerto. La bocana se convirti¨® en una trampa para muchas de las embarcaciones, atrapadas a la espera de poder salir a la bah¨ªa. Marisa, una murciana que estaba de veraneo por San Sebasti¨¢n, re¨ªa diciendo que ¡°esto solo se les ocurre a los vascos¡±.
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