La Generaci¨®n del 27 de la m¨²sica
El guitarrista Alberto Blanco Bohigas recupera hoy la memoria del Grupo de los Ocho en un concierto en Robregordo. Un sonido truncado por la guerra
La Generaci¨®n del 27, po¨¦tica, sentida y truncada por la guerra, dej¨® tambi¨¦n una estela musical que tom¨® forma en el Grupo de los Ocho. Compositores que buscaban una nueva m¨²sica espa?ola, impulsados por el cr¨ªtico Adolfo Salazar. "La guitarra viv¨ªa un momento de incorporaci¨®n a la vanguardia. Fue Salazar el que puso de manifiesto que se necesitaba un nuevo repertorio y les anim¨® a crear nuevas obras para el instrumento", dice el guitarrista vallisoletano Alberto Blanco Bohigas, experto en el trabajo de los ocho y que les reivindica este viernes en un recital en Robregordo (90 kil¨®metros al norte de Madrid) basado en sus obras, muchas olvidadas.
En 1930 viv¨ªan en la capital y ten¨ªan entre 25 y 34 a?os. Al amparo de las tendencias que surcaban Europa, y en la ¨®rbita de la Residencia de Estudiantes buscaron una nueva m¨²sica y se encontraron con el peor enemigo posible: la Guerra Civil, que les separ¨® para siempre.
Su faro era Manuel de Falla. Sent¨ªan que su labor era continuar la renovaci¨®n musical que el gaditano hab¨ªa comenzado. Algunos, como la ¨²nica mujer de esta generaci¨®n, Rosa Garc¨ªa Ascot, llegaron incluso a ser sus alumnos directos o recibieron consejos del maestro. "Rosa entend¨ªa perfectamente c¨®mo interpretar la m¨²sica de Falla", dice Blanco Bohigas, que recuerda c¨®mo las cr¨®nicas dicen que la compositora ¡ªde la que en este concierto se interpreta Espa?ola¡ª sab¨ªa m¨¢s de lo que ella misma cre¨ªa.
En 1930 el mayor ten¨ªa 34 a?os, viv¨ªan en Madrid y segu¨ªan a Falla
La generaci¨®n se present¨® en p¨²blico el 11 de noviembre de 1930. Fue el relaciones p¨²blicas del grupo, Gustavo Pittaluga, quien ley¨® el Manifiesto en el que present¨® a los ocho como un grupo de creadores."Es una joya tener una comunidad en el que todos han creado por lo menos una obra para guitarra. Y no dentro del nacionalismo casticista, sino de un nuevo nacionalismo de vanguardia", comenta Blanco.
Pero a los pocos a?os de aquella presentaci¨®n en sociedad, los ca?ones silenciaron las m¨²sicas que ol¨ªan a modernidad. Y comenz¨® el ¨¦xodo. No volver¨ªan los ocho a verse las caras hasta su muerte.
Las dos Espa?as quedaron plasmadas con crueldad en la figura de los dos hermanos del grupo: Ernesto y Rodolfo Halffter. Ernesto, deslumbrante y con una fama que le hac¨ªa m¨¢s visible que los otros siete, pas¨® una temporada en Portugal, pero desde all¨ª comenz¨® a trabajar para las nuevas autoridades espa?olas, volviendo a nuestro pa¨ªs a los pocos a?os.
Su hermano mayor, republicano, vio en el exilio a M¨¦xico la ¨²nica salida posible, y no volver¨ªa a Espa?a hasta el final de su vida para impartir un par de cursos. Garc¨ªa Ascot, volvi¨® de Mexico en 1965 y muri¨® en Madrid, con 100 a?os, en 2002. Juli¨¢n Bautista, compositor madrile?o que decidi¨® exiliarse en Argentina, nunca regres¨®. Pero all¨ª tuvo la oportunidad de toparse con sus or¨ªgenes al encontrarse con Falla en su casa de Altagracia; la misma casa que visitar¨ªa Alberti, a cuyo Marinero en tierra hab¨ªa puesto m¨²sica Rodolfo Halffter. "En el Preludio de Bautista [que se toca en el concierto] hay algo del inicio de El amor brujo de Falla", dice el guitarrista de este compositor que se abri¨® en Buenos Aires a la creaci¨®n de m¨²sica para el cine.
El exilio tambi¨¦n fue la ¨²nica opci¨®n para el segundo compositor m¨¢s exitoso de la generaci¨®n despu¨¦s del menor de los Halffter. Salvador Bacarisse, padre del Concertino para guitarra, una de las piezas m¨¢s hermosas que se han compuesto para el instrumento, part¨ªa a Par¨ªs tras la guerra para seguir haciendo lo que hac¨ªa en Espa?a: difundir a trav¨¦s de la radio la nueva m¨²sica. All¨ª sigui¨® componiendo pero, a¨²n estando en la meca de las vanguardias musicales ¡ªall¨ª naci¨® Les Six, seis renovadores musicales franceses que se anticiparon a Los Ocho¡ª, su estilo se volvi¨® m¨¢s conservador.
Desde una ferreter¨ªa de Tudela, el compositor navarro Fernando Remacha sintonizaba el programa de su amigo. "Sab¨ªa que Bacarisse sufr¨ªa una enfermedad pulmonar y animaba a su familia a escuchar con ¨¦l el programa de 'el tito Salva'. Por la radio y por su respiraci¨®n, Remacha sab¨ªa como estaba de salud su amigo", dice Blanco Bohigas. Remacha, t¨ªmido y antibelicista, se hab¨ªa confinado en la ferreter¨ªa de su familia despu¨¦s de que un amigo falangista al que hab¨ªa escondido durante la guerra le hiciera salir de Madrid tras denunciarlo ya acabada la contienda. El ¨²ltimo de Los Ocho, Juan Jos¨¦ Mantec¨®n ¡ªdel que en este concierto se interpreta Atardecer, una obra que el guitarrista ha tenido que reconstruir¡ª, vivi¨® recluido en su casa de Madrid durante a?os. La puerta solo se abr¨ªa para recibir a los alumnos que acud¨ªan a recibir clases particulares.?
Con este concierto, no solo se recupera la memoria hist¨®rica de una parte de la m¨²sica creada en Madrid. Tambi¨¦n un apartado de la historia de la M¨²sica que qued¨® truncada por la barbarie. Ocho obras para entender a una generaci¨®n que abri¨® Madrid a la vanguardia musical, aunque la puerta fuera cerrada despu¨¦s a golpe de bayoneta.
Alberto Blanco Bohiga. Este viernes a las 20.00 en la Iglesia Parroquial de Santa Catalina de Robregordo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.