Cultivar el amor a la ciencia
El programa ¡®J¨®venes y Ciencia¡¯ permite que cada a?o 50 estudiantes de secundaria colaboren con centros punteros de investigaci¨®n
Andrea y Daniel escudri?an datos en sus port¨¢tiles intentando predecir el comportamiento del Sol. Oriol analiza muestras de meteorito a trav¨¦s de un microscopio. Marc y Mart¨ª desarrollan un protocolo de criptograf¨ªa en una pizarra. Ninguno de ellos es un reputado investigador, al menos de momento. Son adolescentes de educaci¨®n secundaria que han pasado varias semanas en un centro de investigaci¨®n trabajando codo con codo con cient¨ªficos consolidadas. Ellos son cuatro de los 150 alumnos que participan este a?o en el programa J¨®venes y Ciencia, que busca despertar y fomentar las vocaciones cient¨ªficas de los chavales en una edad en que empiezan a decidir su futuro.
El programa, que impulsa la fundaci¨®n Catalunya-La Pedrera (antigua Caixa Catalunya), selecciona anualmente 50 estudiantes de 4? de ESO. Los j¨®venes participan en ¨¦l durante tres veranos. Durante el primero pasan dos semanas en el recinto M¨®nNatura Pirineus en el Pallars Sobir¨¤, donde trabajan en un proyecto cient¨ªfico ¡ªsobre astrof¨ªsica, secuencia del ADN y biolog¨ªa, entre otros¡ª junto a investigadores en activo. En el segundo y tercer a?o, los j¨®venes hacen una estancia de varias semanas en uno de los 20 centros de investigaci¨®n participantes, como el Centro de Regulaci¨®n Gen¨®mica, el Instituto Catal¨¢n de Investigaci¨®n Qu¨ªmica o el Centro de Investigaci¨®n en Nanociencia. En el ¨²ltimo a?o tambi¨¦n pueden acceder a centros internacionales. Eva Calv¨¦s, responsable de J¨®venes y Ciencia, explica que el programa naci¨® hace siete a?os para incentivar el inter¨¦s por las carreras cient¨ªficas en un momento en que la demanda por estos estudios hab¨ªa ca¨ªdo.
El proyecto naci¨® para frenar la ca¨ªda de la demanda de estudios cient¨ªficos
Marc Homs, de Rub¨ª, y Mart¨ª Gimeno, de Terrassa, llegaron a principios de julio al Instituto de Ciencias Fot¨®nicas (ICFO) sin saber nada de mec¨¢nica cu¨¢ntica, pero salieron a final de mes habiendo trabajado fundamentos te¨®ricos de criptograf¨ªa o teletransportaci¨®n. Cada d¨ªa repiten la misma rutina: los investigadores que los supervisan les encargan la lectura de ciertos art¨ªculos cient¨ªficos, normalmente de la Wikipedia en ingl¨¦s. ¡°Algunas palabras t¨¦cnicas son complicadas, pero muchas tienen un link a la definici¨®n. Si fuera una revista cient¨ªfica ser¨ªa m¨¢s dif¨ªcil¡±, cuenta Marc. Durante la ma?ana trabajan sobre estos textos y al mediod¨ªa se re¨²nen con los investigadores para resolver dudas. Su lugar favorito es un sof¨¢, aunque a veces tambi¨¦n lo hacen en alg¨²n despacho. ¡°Lo nuestro es pura teor¨ªa, cualquier sitio es bueno¡±, justifica Ariel Bendersky, uno de los tutores cient¨ªficos.
El d¨ªa que toca trabajar la criptograf¨ªa se escoge una sala con pizarra. Mart¨ª desarrolla una compleja tabla ¡ªpara los que no son entendidos¡ª con c¨®digo binario que servir¨¢ para crear una clave para codificar y descodificar mensajes. ¡°S¨ª, hace poco a nosotros tambi¨¦n nos sonaba a chino¡±, admite. Poco a poco han salvado escollos. El principal, el de las matem¨¢ticas. ¡°Aqu¨ª se necesitan unas matem¨¢ticas que no hemos hecho en la escuela¡±, tercia el joven. El ingl¨¦s, en cambio, no ha supuesto ning¨²n obst¨¢culo y ello a pesar de que todo el material que manejan est¨¢ en ese idioma. ¡°No hemos tenido problemas con los tecnicismos. Las palabras t¨¦cnicas que no entend¨ªamos en ingl¨¦s, tampoco las entend¨ªamos en catal¨¢n¡±, bromea Marc. El estudiante echa la vista atr¨¢s y valora lo aprendido durante estas semanas. ¡°No te das cuenta del progreso que has hecho hasta que relees un art¨ªculo que hace dos semanas que no entend¨ªas y ahora lo ves b¨¢sico¡±.
Oriol Frigola, de Blanes, tambi¨¦n admite que hace poco no sab¨ªa casi nada sobre meteoritos. Este julio ha trabajado sobre una muestra de estos b¨®lidos. Ha elaborado un mapa de su superficie y ha analizado su composici¨®n qu¨ªmica. ¡°Esto permite saber qu¨¦ le ha pasado al meteorito, si ha tenido choques...¡±, explica el joven aficionado a la astronom¨ªa, que tiene un telescopio y no se pierde un solo fen¨®meno astron¨®mico. Oriol, que en septiembre empezar¨¢ a estudiar Ingenier¨ªa Aeroespacial, ha pasado dos semanas en el Instituto de Ciencias del Espacio (ICE), un centro del CSIC, ubicado en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona (UAB).
¡°Es una edad ideal para que se les despierte el inter¨¦s por la ciencia¡±, dice Josep Maria Trigo, jefe del grupo de Meteoritos? del ICE
¡°Los estudiantes que vienen est¨¢n en una edad ideal para que se les despierte el inter¨¦s por la ciencia¡±, apostilla el supervisor del estudiante, Josep Maria Trigo, jefe del grupo Meteoritos, cuerpos menores y ciencias planetarias del ICE. El investigador explica que este centro es el ¨²nico repositorio de meteoritos ant¨¢rticos de la NASA en Espa?a. Aqu¨ª trabajan con muestras de hace unos 4.500 millones de a?os que ayudan datar la formaci¨®n del Sistema Solar. ¡°La astrof¨ªsica no es solo mirar hacia el cielo y lo grande, sino tambi¨¦n lo peque?o y microsc¨®pico¡±, tercia Trigo.
Varios despachos m¨¢s all¨¢, Andrea Fontanet, de Aldover, y Daniel Alliepuz, de Corbera de Llobregat, examinan atentos los datos que aparecen en las pantallas de sus ordenadores. Durante su estancia en el ICE han puesto su granito de arena en el proyecto Carmenes, que tiene como misi¨®n buscar planetas parecidos a La Tierra. Se pondr¨¢ en marcha en breve en Almer¨ªa, pero los dos estudiantes se han encargado de examinar datos de m¨²ltiples estrellas y seleccionar las 90 mejores candidatas a tener exoplanetas (planetas que giran alrededor de estrellas que no son el Sol). ¡°Las elegidas por los chicos son las que el proyecto Carmenes estudiar¨¢ durante el primer a?o¡±, explica Antonio Ac¨ªn, f¨ªsico y l¨ªder del grupo de investigaci¨®n.
Dos j¨®venes han buscado planetas parecidos a La Tierra en otros sistemas
Estudiantes y cient¨ªficos valoran muy positivamente la experiencia del programa J¨®venes y Ciencia. Los alumnos destacan la posibilidad de vivir c¨®mo es el d¨ªa a d¨ªa en un centro de investigaci¨®n y conocer a cient¨ªficos de prestigio. Pero tambi¨¦n el contacto con chicos de su edad con sus mismos intereses. ¡°A veces en el colegio con los compa?eros no hablas de temas cient¨ªficos porque no les interesa¡±, admite Daniel Alliepuz. Para muchos de ellos esta vivencia les ha ayudado a decidir qu¨¦ pasos dar¨¢n en un futuro pr¨®ximo. Marc Homs quer¨ªa estudiar la doble carrera de Mates y F¨ªsica, que tiene la nota de corte m¨¢s alta. ¡°Hab¨ªa abandonado la esperanza de hacerla, pero ahora har¨¦ todo lo posible para conseguir la nota¡±, confiesa ilusionado.
Los investigadores, por su parte, se muestran sorprendidos por la preparaci¨®n, el inter¨¦s y las habilidades de los chavales, as¨ª como la posibilidad que tienen de trabajar con alguien que no es especialista. ¡°Los chicos hacen preguntas b¨¢sicas, as¨ª que eso te ayuda a replantearte aspectos fundamentales. Al final de la estancia, saben tanta f¨ªsica cu¨¢ntica como yo al final de la carrera", tercia Arnau Riera, miembro del grupo de Teor¨ªa de la Informaci¨®n Cu¨¢ntica del ICFO y tutor de Marc y Mart¨ª. Para el l¨ªder de este grupo de investigaci¨®n, el f¨ªsico Antonio Ac¨ªn, ¡°la ciencia tiene que generar retorno en la sociedad y esta es una forma. As¨ª no damos la imagen de estar encerrados en nosotros mismos y podemos acercar la f¨ªsica cu¨¢ntica a la sociedad¡±. ¡°Ser capaces de influir en su vocaci¨®n por la astronom¨ªa es gratificante. Has puesto tu granito de arena en una persona que en un futuro puede llegar a hacer algo importante¡±, concluye Ignasi Ribas, f¨ªsico investigador del ICE.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.