La decana del teatro independiente
La Car¨¢tula de Elche cumple 50 a?os como la compa?¨ªa m¨¢s veterana de los escenarios espa?oles
Su definici¨®n ha sido siempre su indefinici¨®n. Desde lo hondo de las tablas y con irrenunciable vocaci¨®n investigadora y did¨¢ctica, la b¨²squeda de posibilidades en todos los g¨¦neros, desde el nuevo teatro espa?ol, los cl¨¢sicos de la vanguardia europea, la poes¨ªa, el baile o la m¨²sica, marca desde hace medio siglo la trayectoria de La Car¨¢tula de Elche, la m¨¢s experimentada de las compa?¨ªas experimentales en el panorama teatral espa?ol. Con m¨¢s de 300 obras de bagaje esc¨¦nico, su primer montaje ante el p¨²blico cumple hoy 50 a?os, desde que estrenara en 1964 La sirena varada de Alejandro Casona en la ciudad ilicitana, donde este s¨¢bado se celebra un concierto, Musicar¨¢tulos, en el Teatro de La Rotonda del Parque Municipal, en el que el pasado 6 de agosto se inaugurase un monumento conmemorativo de Jos¨¦ Domingo Rodr¨ªguez L¨®pez, como homenaje a sus cinco d¨¦cadas de ense?anza y reflexi¨®n de la afici¨®n por las artes esc¨¦nicas.
En los albores del nuevo teatro comprometido de la d¨¦cada de los 60, La Car¨¢tula naci¨® de la mano de un veintea?ero ilicitano, Antonio Gonz¨¢lez Beltr¨¢n, nacido entre bambalinas en Argelia, donde su familia, procedente de Elche, lidiaba las adversidades del exilio tras la guerra enrolados en una compa?¨ªa teatral espa?ola en el Norte de ?frica. Estudiante de Filosof¨ªa y Letras y de la Escuela Superior de Arte Dram¨¢tico de Murcia, la inquietud temprana de Antonio desemboc¨® como promotor de la primera edici¨®n del Concurso Local de Teatro en Elche, donde el nombre de La Car¨¢tula apareciera por primera vez, como revulsivo a la sequ¨ªa cultural reducida entonces a los cines, la zarzuela de la Coral Ilicitana y la llegada de contadas compa?¨ªas de Madrid que importaban las obras de Alfonso Paso.
Los interpretes no tienen un estilo ¨²nico, pero s¨ª una especie de sabor reconocible. Como un gran barril de vino que hab¨ªa criado su propia madre, que todo el que entraba se impregnaba de su perfume" Antonio Gonz¨¢lez
Fundadora del teatro independiente, la intenci¨®n de la compa?¨ªa ilicitana fue desde sus primeros montajes, como La historia de Panchito Gonz¨¢lez, de Drag¨²n, no repetir el viejo repertorio de las compa?¨ªas tradicionales, sino consagrarse a un teatro no naturalista, cr¨ªtico y joven y a autores como Alfonso Sastre, Carlos Mu?iz, Francisco Nieva, L¨®pez-Mozo, Alberto Miralles, Miguel Hern¨¢ndez, Rodolf Sirera, Valle-Incl¨¢n, Br¨¹chner, Brecht o Maeterlinck. Estilos que desafiaban al espectador profano temeroso de la ¡°vanguardia¡± o el ¡°teatro experimental¡±.
Con el esp¨ªritu de formar ¡°teatreros sin vicios adquiridos¡±, Antonio mont¨® en paralelo una escuela de teatro en 1965. ¡°Los interpretes no tienen un estilo ¨²nico, pero s¨ª una especie de sabor reconocible. Como un gran barril de vino que hab¨ªa criado su propia madre, que todo el que entraba se impregnaba de su perfume¡±, como recordara el propio Antonio en el libro homenaje a los 30 a?os de trayectoria de La Car¨¢tula. Preocupado por la faceta investigadora, su ¡°laboratorio teatral¡± se esforz¨® en divulgar los circuitos populares de teatro entre las capas sociales menos favorecidas y explorar obras ajenas al circuito comercial, como Campo de almendros de Max Aub o Imagen de tu huella, de Miguel Hern¨¢ndez.
En su empe?o por dignificar la cultura y conseguir una sociedad participativa, el fundador de La Car¨¢tula, que fragu¨® las dos primeras ediciones del Festival de Teatro Escolar y la creaci¨®n de la Asociaci¨®n de Teatro Escolar, cultiv¨® la formaci¨®n de escolares y estudiantes, gestando un circuito teatral del que llegaron a beneficiarse m¨¢s de quince mil alumnos.
¡°No era solo un teatro de salir a escena para hacer re¨ªr o llorar, su fondo era la ense?anza, y con mucha buena mano, tambi¨¦n la pol¨ªtica, aunque el censor apenas se enteraba¡±, recuerda Helia Gonz¨¢lez, hermana mayor de Antonio, fallecido en enero de 2013, y actriz participante en los primeros montajes de la compa?¨ªa. ¡°La personalidad de Antonio era contagiosa y La Car¨¢tula fue la semilla y la formaci¨®n de muchos que despu¨¦s han ido a Madrid o Barcelona. La clave fue la ense?anza para el teatro y para la vida¡±.
Premios
Reconocida desde sus inicios con galardones como el Premio Nacional de Teatro Juvenil 1970 en Valladolid, La Car¨¢tula ha recorrido todo el estado espa?ol, siendo premiada entre otros en el Festival de Teatro del Mar Menor con El Ver¨ª del Teatre, de Rodolf Sirera, y ha participado en varios festivales europeos y americanos, como el de Avi?¨®n, d¨®nde obtuvo el premio Coup de Pouce du Off con Aerolitos, de Carlos Edmundo de Ory y Cristina Maci¨¢, y en las carteleras teatrales de Madrid, Par¨ªs, Nueva York, Caracas, Bogot¨¢, La Habana, M¨¦xico y Londres.
Desde el festival de teatro de C¨¢diz de 1989, cuando conocieran a Francisco Garz¨®n C¨¦spedes y su taller de narraci¨®n oral esc¨¦nica, La Car¨¢tula apost¨® por este g¨¦nero directo de comunicar con el p¨²blico convirti¨¦ndolo en interlocutor, promoviendo desde 1991 el Festival Internacional de La Oralidad, que en su versi¨®n permanente en locales de Elche y municipios cercanos celebrar¨¢ en octubre su cuarta edici¨®n, a cargo de Nazario Gonz¨¢lez Beltr¨¢n, escen¨®grafo y productor y hermano menor de Antonio, para seguir manteniendo viva la vocaci¨®n por ense?ar a ver y escuchar teatro.
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