La anodina fidelidad al t¨®pico
Hasta un grupo disfrazado merece un respeto si lo comanda Steve Cropper, uno de los m¨¢s venerables compositores del 'southern soul'
De acuerdo, no descubriremos Am¨¦rica avisando de que los Blues Brothers son hoy m¨¢s una franquicia que una banda, una marca de prestigio con profesionales de pelaje diverso. Lo corroboramos anoche en la Riviera, dos tercios de entrada, igual que un a?o atr¨¢s en aquel Price. Pero hasta un grupo disfrazado merece un respeto si lo comanda Steve Cropper: tras la coleta plateada y ese aspecto de se?or bonach¨®n que empu?a el m¨¢stil como quien maneja la fregona (ventajas de los muchos sexenios) se esconde uno de los m¨¢s venerables compositores del southern soul.
Sobre Cropper y sus maneras de animador cl¨¢sico recae la legitimidad de un colectivo obligado al eterno retorno, a la sistem¨¢tica apelaci¨®n a las versiones de siempre. A los dos cantantes originales los sustituye un heterog¨¦neo triplete en el que destaca Rob Paparozzi, sobre todo cuando en Shotgun blues se deja alma, pellejo y, en su faceta de armonicista, labios durante una ejecuci¨®n exultante. Es este repertorio frecuente, pero no trillad¨ªsimo, el que propicia un disfrute cabal. Como con Groove me, alegato de negritud del mestizo Bobby Harden. O Expressway to your heart, leg¨ªtimo soul juguet¨®n de Filadelfia (?The Soul Survivors!) que expande el sentimiento de euforia.
El resto es recurrente: los instrumentales de partida (Green onions, Peter Gunn), los anodinos solos de bajo y bater¨ªa incrustados en Knock on wood, la insulsa Going back to Miami o un Gimme some lovin con anemia a niveles de UCI. La fraternal factor¨ªa se debe a sus tics, a los trajes y sombreros, a la retah¨ªla consabida. Pero ni as¨ª se soporta el discurso del gran saxofonista Lou Marini a favor del jam¨®n ib¨¦rico, las gambas y la Mahou fresquita en contraposici¨®n al champ¨¢n franc¨¦s y el cava de ya saben ustedes d¨®nde. La fidelidad al t¨®pico convierte a estos Brothers en candidatos a la veneraci¨®n de Maril¨® Montero.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.