Un mar de dioses y pensadores
Caixaforum desvela la historia y los mitos del Mediterr¨¢neo con 165 obras
El Mediterr¨¢neo, considerado en el mundo antiguo como el centro del universo, es el mar que m¨¢s imperios y civilizaciones ha visto. Casi aislado de gigantescos oc¨¦anos, ba?a las costas de Europa, Asia y ?frica y all¨ª nacieron culturas que transformaron la forma de relacionarse con el mundo como Pr¨®ximo Oriente antiguo, Grecia y Roma. La exposici¨®n Del mito a la raz¨®n, en Caixaforum Madrid, hasta el 5 de enero, ofrece un fant¨¢stico y did¨¢ctico viaje por un mar plagado de tesoros como el nacimiento de la Filosof¨ªa o la creaci¨®n del esp¨ªritu europeo.
Pedro Azara, profesor de Arquitectura en Barcelona, ha organizado una exposici¨®n en la que se definen las influencias esenciales de la cultura antigua (siglos VI a.C y IV d.C) hasta nuestros d¨ªas. Para ello ha reunido 165 piezas prestadas por 32 instituciones, en su mayor parte de Grecia e Italia.
Hacia el siglo VI, los jonios buscan cu¨¢les son las ra¨ªces del mundo
Una cita de Albert Camus, el gran defensor de la cultura mediterr¨¢nea, sirve de arranque por el minucioso recorrido expositivo: "Es el ¨²nico que se encuentra con todos los pensamientos orientales. No es cl¨¢sico y ordenado, es difuso y turbulento. Lo mismo que el sol mediterr¨¢neo es el mismo para todos los hombres, el esfuerzo de la inteligencia humana debe de ser un patrimonio com¨²n y no fuente de conflictos y matanzas".
El primer ¨¢mbito est¨¢ dedicado a la Mitolog¨ªa y a los viajes que fundan el Mediterr¨¢neo. En las amplias y dentadas cartelas que gu¨ªan la muestra se puede leer que en el principio de los tiempos, el cosmos era un enigma simbolizado por seres amenazantes contra los cuales era imposible luchar. El Mediterr¨¢neo estaba repleto de monstruos marinos y dioses furibundos que desencadenaban tormentas. El mar era un lugar de perdici¨®n; sin embargo, la invitaci¨®n al viaje resultaba irresistible para muchos.
Los desplazamientos por mar eran m¨¢s sencillos y seguros que por una tierra infestada de peligros a¨²n mayores. Criaturas tan da?inas como el toro de Marat¨®n, el le¨®n de Nemea o el gigantesco jabal¨ª de Erimanto recorr¨ªan las tierras ribere?as. Y una cita de Plat¨®n: "Los que estamos entre las columnas de H¨¦rcules y el r¨ªo Fasis habitamos una peque?a porci¨®n de tierra, viviendo en torno al mar como hormigas o ranas en torno a una charca". A orillas del mar, la vida era agradable. Sin embargo, era el control de las aguas, antes que el de la tierra cultivada, lo que se?alaba el nivel de desarrollo de una cultura. Estos viajes por el mar, los desplazamientos de las culturas que viv¨ªan en su orilla dieron lugar a los relatos de los mitos fundadores: de Ulises, Jas¨®n y Heracles.
Los desplazamientos de las culturas dieron lugar a los relatos de los mitos
El segundo ¨¢mbito trata de El Cosmos y los enigmas del mundo.Es un tiempo en el que se cree que el Cosmos es la morada de los dioses y son los mitos los encargados de narrar sus incre¨ªbles aventuras. La Esfinge era un ser h¨ªbrido entre la seducci¨®n femenina y la fuerza de un le¨®n alado con garras y cola de serpiente. Hacia el siglo VI, los habitantes de las costas jonias y de Grecia empiezan a buscar cu¨¢les son los elementos y ra¨ªces del mundo, de manera que los nuevos h¨¦roes pasan a ser los fil¨®sofos y los historiadores.
El nacimiento del ¨¢gora y de la ciudad dialogante, lleva al tercer ¨¢mbito de la exposici¨®n: El espacio com¨²n. Aqu¨ª se nos recuerda que despu¨¦s de largos siglos de monarqu¨ªa y gobiernos olig¨¢rquicos, a partir de finales del siglo VII a. C. se impuso en Atenas un r¨¦gimen de tiran¨ªas respaldadas por las clases populares, hastiadas de los abusos de la aristocracia y de los reyes-sacerdotes. A ra¨ªz de la fuerte crisis pol¨ªtica y social que se produjo a finales del siglo VI a. C., una serie de reformadores, desde Sol¨®n hasta Pericles, realizaron profundos cambios que culminaron en la instauraci¨®n de la democracia. La igualdad ante la ley, la equidad y la libertad de expresi¨®n fueron los principios fundamentales de la democracia ateniense.
Por ¨²ltimo, se muestra el nacimiento de la Persona, una nueva concepci¨®n del ser humano como individuo caracterizado por un cuerpo guerrero y alma de fil¨®sofo. Es en estos ¨²ltimos momentos cuando se produce la aparici¨®n del retrato como un puro reflejo del alma y con una importancia definitiva en el devenir del arte.
La reflexi¨®n final lleva a preguntarse sobre las similitudes entre aquel Mediterr¨¢neo y el actual. Las mezclas culturales de entonces ) se han renovado, en opini¨®n del comisario, pero la reflexi¨®n sobre la regi¨®n sigue siendo m¨¢s necesaria que nunca.
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