Un okupa inesperado
Juan Mayorga estrena este s¨¢bado 'El elefante ha ocupado la catedral', su primera obra infantil
Se acercaba la fecha l¨ªmite para entregar el texto de la obra, pero las ideas brillantes parec¨ªan hibernar en pleno verano. Era la primera vez que Juan Mayorga eleg¨ªa a los ni?os como p¨²blico y, a pesar de llevar m¨¢s de dos d¨¦cadas escribiendo teatro, no estaba seguro de c¨®mo enfrentarse a ese nuevo reto. Una noche de insomnio, con su respiraci¨®n como ¨²nico sonido de fondo, fij¨® la vista en el techo de su dormitorio. Lo que vio entonces pudo ser fruto de un sue?o o de una imaginaci¨®n desmedida, pero asegura que all¨ª, entre el gotel¨¦ de sus paredes, estaba la imagen que andaba buscando desesperadamente. La imagen a partir de la cual crear¨ªa el argumento de su pr¨®xima funci¨®n: un elefante entrando en una catedral.
A?os m¨¢s tarde, justo antes del estreno de aquella obra que naci¨® una noche de verano de 2011, el dramaturgo confiesa que su elefante era en realidad una gotera. Y que quiz¨¢ esta historia que relata para explicar el origen de su primera (y ¨²nica hasta el momento) obra infantil fuera una fantas¨ªa que de tanto contarla se haya acabado creyendo. "Supongo que todo lo que rondaba por mi cabeza en ese momento tiene algo que ver con el germen de esta obra, como en todas". Pero casi nunca, dice, es un proceso consciente. La idea de la ocupaci¨®n estaba muy presente en su vida y por eso, tal vez, ideara a este "okupa ins¨®lito", a este paquidermo que invade una catedral g¨®tica de un peque?o pueblo horas antes de la llegada de un grupo de turistas noruegos, creando una crisis sin precedentes que rompe el mon¨®tono transcurrir de los d¨ªas.
Nadie sabe c¨®mo ha llegado el animal hasta all¨ª, ni c¨®mo sacarlo. Solo unos h¨¦roes at¨ªpicos, un fontanero y su aprendiza, se atreven a lidiar con la situaci¨®n meti¨¦ndose en el interior del elefante a trav¨¦s de su trompa. Todo lo que sucede a continuaci¨®n es un viaje surrealista en el que los protagonistas ir¨¢n conociendo a todos los personajes que han sido engullidos por el animal: un sacrist¨¢n que vende detallados mapas del interior del elefante, con regiones diferenciadas por colores, un ladr¨®n que se hace pasar por turista o unos monaguillos que van repartiendo botellines de agua. "Quer¨ªa hacer un buen espect¨¢culo, un poema esc¨¦nico que fuera divertido", explica el dramaturgo. "Pretend¨ªa evitar el moralismo y el didactismo tan presente en el teatro infantil".
"Es muy importante que los ni?os se diviertan en el teatro", opina Juanfra Rodr¨ªguez, director de la producci¨®n que se estrena esta tarde a las 19:00 en el Teatro Paco Rabal. "En Espa?a cohibimos demasiado a los ni?os. No les dejamos hablar, ni re¨ªrse demasiado alto. Y claro, cuando sean adolescentes se ir¨¢n al f¨²tbol porque preferir¨¢n ver otro tipo de espect¨¢culo donde puedan manifestarse. As¨ª estamos perdiendo p¨²blico, y no es algo que nos sobre", lamenta el Premio Max de Teatro Infantil 2001 por su obra Marcelo, un extra?o forastero. "En otros pa¨ªses, como B¨¦lgica, Canad¨¢ o Jap¨®n, hacen un teatro m¨¢s atrevido, con menos prejuicios y nunca pol¨ªticamente correcto". Rodr¨ªguez se despidi¨® del teatro infantil en 2004 porque sent¨ªa que no pod¨ªa contar las historias de la manera que ¨¦l quer¨ªa. Pero hace unos meses, un grupo de actores contact¨® con ¨¦l para llevar a cabo este proyecto y no pudo negarse. Le atrap¨®, dice, "el c¨®digo de locura" de esta obra que fue pensada para ser interpretada por ni?os y que por primera vez la representa una compa?¨ªa profesional.
Pero antes de llegar a este tercer acto, la historia del elefante tuvo una introducci¨®n y un nudo at¨ªpicos. Todo comenz¨® como un trato entre cu?ados. Mayorga le pidi¨® a Pedro Sarmiento un piano que no utilizaba para que su hijo pudiera practicar. Y el compositor le demand¨® a cambio que escribiera una obra para que la representaran los ni?os de la urbanizaci¨®n donde veraneaba. "Siempre hab¨ªa querido hacer una funci¨®n infantil, pero nunca me hab¨ªa decidido porque escribir para ni?os es muy dif¨ªcil y quiz¨¢ el teatro lo es especialmente", opina el dramaturgo. "Los espectadores m¨¢s peque?os no negocian, te los tienes que ganar por completo". Despu¨¦s de aquella primera representaci¨®n, en la que actuaron dos de los hijos del Premio Nacional de Teatro, el dibujante Daniel Montero Gal¨¢n ilustr¨® el texto y la editorial veintisiete letras lo public¨® en 2012.
Dos a?os m¨¢s tarde, los cinco actores y el m¨²sico que conforman el elenco ensayan a contrarreloj para llegar con los deberes hechos al d¨ªa del estreno. ¡°Somos conscientes de que la obra necesita rodaje para mejorar algunos detalles, pero, en general, estamos muy contentos con el resultado, teniendo en cuenta que es una producci¨®n de bajo presupuesto¡±, cuenta Mar¨ªa Moral, una de las int¨¦rpretes. La mayor parte de la financiaci¨®n la han obtenido de la plataforma de micromecenazgo Verkami, donde han recaudado 3.415 euros. Moral destaca por encima de todo ¡°la calidad humana¡± del espect¨¢culo. ¡°El apoyo que hemos recibido por parte de Juan (Mayorga), de Pedro (sarmiento) ¨Cque ha compuesto la m¨²sica- y de la editorial, que nos ha cedido ejemplares del libro para regal¨¢rselos a los mecenas ha sido incre¨ªble¡±. Con los nervios a flor de piel y expectante por ver la reacci¨®n del p¨²blico, Mayorga concluye con una reflexi¨®n sobre la importancia del teatro: ¡°Es un espacio para imaginar otros mundos posibles. Quien ha tenido la suerte de ver buen teatro de peque?o, guardar¨¢ ese tesoro para siempre¡±.
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