Ganad, ganad, malditos
Solo se busca eliminar lo que signifique coste y merma de productividad
La presidenta del C¨ªrculo de Empresarios, M¨®nica de Oriol, ha hecho unas declaraciones que algunos medios han presentado fuera de contexto generando una gran controversia pues pareci¨® que solo reclamaba que no se contratase a las mujeres en edad f¨¦rtil porque se pueden quedar embarazadas.
Lo que m¨¢s exactamente dijo la empresaria fue que hay una fuerte regulaci¨®n para proteger a las mujeres que permite ¡°incorporarlas a la carrera profesional¡± pero ¡°no al puesto de trabajo¡±. En su opini¨®n, tal protecci¨®n les blinda el empleo si se quedan embarazadas pero las desvincula de la empresa y del puesto de trabajo, haci¨¦ndolas menos productivas. Eso es lo que hace, dijo Oriol, que se prefiera contratar hombres o que las mujeres no progresen en su carrera.
Planteado as¨ª, la presidenta del C¨ªrculo de Empresarios lleva raz¨®n pero solo porque obvia por completo dos cuestiones fundamentales que lleva consigo el tipo de sociedad en la que vivimos.
La primera es el estereotipo patriarcal que asigna las cuestiones relativas al cuidado o a la crianza casi exclusivamente a las mujeres y, por tanto, que es a ellas a quien, en todo caso, se ¡°protege¡± para que tengan las mismas posibilidades que a los hombres. De ah¨ª las estrategias de conciliaci¨®n que vienen a ser como intentar mezclar el aceite con el agua porque son aplicadas pr¨¢cticamente siempre solo a las mujeres. Como tantas otras personas y dirigentes sociales, Oriol soslaya lo que realmente se deber¨ªa plantear, que criar, cuidar o trabajar para nuestro sustento y vida dom¨¦sticos no es algo propio solamente de las mujeres sino tambi¨¦n de los hombres y que es a ambos, por tanto, a quien hay que proteger a partes iguales para que la vida y la sociedad se sostengan y para que nuestra existencia sea humana y no un mero apunte contable.
De ah¨ª deriva tambi¨¦n la segunda cuesti¨®n que est¨¢ impl¨ªcita en la queja de Oriol pero que ella olvida. Vivimos en una sociedad en la que, como ense?¨® magistralmente Karl Polany, se ha desnaturalizado por completo el trabajo humano y tambi¨¦n el dinero y los recursos naturales. Tres cosas que no se crearon para ser compradas y vendidas pero que el capitalismo ha convertido en simples mercanc¨ªas que se utilizan con el ¨²nico fin de que proporcionen beneficio. El verdadero problema, por tanto, es que nuestro trabajo forma parte de una rueda que solo gira para ganar, ganar y ganar dinero sin descanso, como los danzarines en el marat¨®n de baile de la famosa pel¨ªcula de Sidney Pollack. Solo se busca eliminar lo que signifique coste y merma de productividad para la empresa. As¨ª se gana m¨¢s pero los seres humanos viven menos y viven peor.
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