Jupiter Lion: m¨²sica que es como la droga sin droga
El tr¨ªo valenciano reafirma con su segundo ¨¢lbum, 'Brighter', la proyecci¨®n de su propuesta El martes lo presentan en Espai Ramblela
Militan en el sello barcelon¨¦s BCore, ostentan un curr¨ªculo que exhibe excelentes cr¨ªticas en medios for¨¢neos como The Guardian o Spin, y aguardan la ocasi¨®n de rodar su repertorio en pa¨ªses como Reino Unido, Francia o Alemania. Pero, por encima de cualquier reclamo medi¨¢tico que podamos esbozar, el tu¨¦tano de Jupiter Lion son dos ¨¢lbumes que exudan un enorme poder sensorial: sus composiciones pueden nutrirse de psicodelia, krautrock, free jazz, space rock o post punk, pero por encima de todo esgrimen una proteica capacidad de sugesti¨®n, de cualidades casi m¨¢ntricas. Que no responde a la seriaci¨®n de m¨¦todos, admite pocos paralelismos en nuestro pa¨ªs y adem¨¢s puede mirar de t¨² a t¨² a cualquier referente extranjero. El reciente Brighter (BCore, 2014) es la ¨²ltima prueba.
La gente en este pa¨ªs tiene muchos complejos, se fija en las bandas de fuera para querer sonar como ellos Jos¨¦ Guerrero
Jos¨¦ Guerrero (bajo), Vicente Sais (programaciones) y Xavi Chardi (bater¨ªa) son los tres v¨¦rtices de Jupiter Lion. La conversaci¨®n con los tres fluye a borbotones y con la misma aparente naturalidad que su m¨²sica: los tres miembros de la banda se interrumpen, puntualizan y apostillan unos a otros, convirtiendo una simple entrevista en un desenfada y saludable puesta en com¨²n, un intercambio de ideas tan f¨¦rtil como el que generan en el estudio de ensayo, con ese equilibrio en el que el background rockero de Jos¨¦ (tambi¨¦n pieza angular de Betunizer o Cuello) sirve de contrapeso a la formaci¨®n electr¨®nica de Vicente y Xavi, ambos curtidos tras muchos a?os oficiando de DJs en las cabinas de varios clubs de Valencia.
Es inevitable: un simple repaso a lo que la prensa especializada dice sobre ellos redunda en el uso de los mismos adjetivos, seguramente como trasunto literal de una forma eminentemente f¨ªsica y escapista de afrontar la m¨²sica. ?Aceptamos c¨®smico como animal de compa?¨ªa y escapismo como sin¨®nimo de evasi¨®n? ¡°Lo de c¨®smico es por el uso de la repetici¨®n mediante delays, pero en realidad la nuestra es otra forma de reflejar la realidad, aunque sea como una forma de escape ?De qu¨¦? Del presente dist¨®pico en el que vivimos, de m¨ª mismo, no lo s¨¦. Una forma de evadirse, es como la droga sin droga¡±, afirma Vicente Sais, aunque Xavi Chardi reconoce no sentirse ya ¡°c¨®modo con eso de las connotaciones c¨®smicas¡±. Jos¨¦ Guerrero, en su l¨ªnea, tercia: ¡°incluso aunque hagas flamenco, seguro que lo haces con intenci¨®n evasiva. Al ser nuestra m¨²sica m¨¢s repetitiva, m¨¢s trancera, pues eso hace que se vaya m¨¢s al subconsciente. Reconocemos que puede ser evocadora de im¨¢genes, al estilo de pel¨ªculas como Carretera Perdida (David Lynch). Bueno, aunque aquello es m¨¢s oscuro que lo que hacemos nosotros, la verdad¡±.
Si hay algo que destaca respecto a lo que ofertaron en su ¨¢lbum hom¨®nimo de 2013 es el cariz m¨¢s org¨¢nico del que han dotado a su propuesta, con el bajo en primer plano y menor preeminencia del sintetizador. Cualquiera que les haya visto en directo (el ¨²ltimo Primavera Sound fue una de las citas m¨¢s concurridas) podr¨¢ aseverar que ahora se acercan m¨¢s a su versi¨®n sobre el escenario. Pero ellos no extraen relaci¨®n directa entre el rodaje de su temario y ese sonido. ¡°Quer¨ªamos que el bajo sonara as¨ª, pero no por darle un punto m¨¢s org¨¢nico¡± comenta Guerrero, quien asume que ¡°es verdad que los bajos y las bater¨ªas en directo se notan m¨¢s, y es m¨¢s visual, y es algo que en el primer disco no pudimos hacer igual¡±. Afirma estar ¡°m¨¢s cerca de lo que buscamos, y esa r¨ªtmica m¨¢s rockera era lo que ped¨ªa el disco¡±, hasta que Sais se apresta a recalcar que ¡°de hecho, no hay menos electr¨®nica, hay la misma, pero la mezcla es distinta¡±.
Como suele ocurrir en la mayor parte de bandas de su rango, que basan su pegada m¨¢s en la superposici¨®n de capas sonoras al servicio de largos desarrollos instrumentales que en la combusti¨®n instant¨¢nea de un buen estribillo, la improvisaci¨®n se perfila como un factor determinante de su trabajo en el estudio, m¨¢s consolidado en este segundo ¨¢lbum. Al respecto, Xavi Chardi comenta que ¡°es totalmente as¨ª, pero surge de forma casual, ya que vamos grabando lo que nos surge en el estudio, y de una l¨ªnea de bajo de Jos¨¦, por ejemplo, podemos ir cogi¨¦ndonos hasta ver lo que sale¡±. Una criba que Jos¨¦ Guerrero cifra en el hecho de que ¡°de las cosas interesantes que vamos escogiendo, separ¨¢ndolas de la paja, ya generas una estructura, y en realidad parte de la improvisaci¨®n porque todo surge en el local de ensayo, nadie viene de casa con algo ya hecho, a diferencia del anterior disco, en el que no ten¨ªamos ni local de ensayo porque a?adimos nuestros instrumentos a las ideas que Vicente ya tra¨ªa de casa ¡°. La selecci¨®n natural se impone, de forma necesaria, porque si no ¡°con esta m¨²sica, o tienes cuidado o te puedes aburrir a ti mismo¡±, remacha Guerrero.
'Your god is human', del ¨²ltimo trabajo de Jupiter Lion, 'Brighter'. / BCORE
Uno de los principales activos de la banda es el juego de contrapesos entre sus tres miembros. Su praxis es plenamente asamblearia, naturalmente democr¨¢tica: ¡°Si a los tres no nos llena una idea, la canci¨®n no sale adelante¡±, esboza Vicente Sais. Y Jos¨¦ Guerrero ahonda en esa idea, puntualizando que ¡°el equilibrio debe ser la base de cualquier banda¡±. De hecho, y entramos aqu¨ª sin soluci¨®n de continuidad (as¨ª es una charla con ellos: cuesta abajo y sin frenos, como su m¨²sica) en el espinoso terreno de la singularidad, concluye que ¡°el error de muchas bandas, y es algo que conozco bien porque Pablo Peir¨® (compa?ero en Betunizer) tiene su propio estudio, es que muchas llegan y lo primero que le dicen al productor es: quiero sonar como esta banda¡±. Error, claro: ¡°si admiras a una banda se supone que es porque la ves como una banda especial, y eso es lo que deber¨ªas buscar t¨², porque, al fin y al cabo, tus influencias van a seguir ah¨ª, no te las van a cortar con un cuchillo, pero no vas a ser nunca igual que esa banda de referencia porque ellos son la suma de varias personalidades¡±.
Y resume el argumento sin tapujos: ¡°la gente en este pa¨ªs tiene muchos complejos, se fijan en las bandas de fuera para querer sonar como ellos, y es algo grave, porque al margen de que tengas confianza en lo que haces, has de querer sonar personal¡±. Momento en el que Sais y Chardi saltan, espetando casi al un¨ªsono el problema a?adido de que ¡°a muchos lo que les pasa tambi¨¦n es que se enamoran del sonido de un productor, sin que haya un feedback previo ni una sinton¨ªa especial¡±. ¡°En nuestro caso¡±, comenta Vicente Sais, ¡°hay quien nos ha planteado c¨®mo podr¨ªamos llegar a sonar con un productor como James Murphy (LCD Soundsystem), por ejemplo, pero yo veo ese sonido redondo de discos como Reflektor (Arcade Fire) y pienso ?qu¨¦ vamos a conseguir con ello? ?Sonar m¨¢s ampulosos?¡±. Xabi Chardi a?ade, no obstante, que ¡°las bater¨ªas de LCD Soundsystem para mi suenan perfectas¡±.
Es batalla y es tocar, aunque haya cuatro personas vi¨¦ndote, al final es trabajo, el resto es fliparse Vicente Sais
Ya que hablamos de una banda con nutrientes reconocibles pero un perfil bastante singularizado, ?Hay asideros para encuadrar a Jupiter Lion en una escena concreta dentro del panorama estatal? La respuesta, para Sais, es clara: ¡°no nos sentimos parte de una escena a nivel estil¨ªstico, porque algunas bandas parecidas como L¨¹ger o AtletA ya no est¨¢n ah¨ª¡±, a lo que Chardi a?ade que sus bater¨ªas ¡°no encajan en el ritmo motorik del krautrock¡±, que es el estilo en el que con m¨¢s frecuencia se les suele encuadrar: ¡°y eso que a m¨ª me encanta el krautrock, pero vamos, que no lo veo¡±, concluye. Guerrero atempera: ¡°Nos parecemos m¨¢s al krautrock que al country, eso est¨¢ claro, pero nuestra intenci¨®n es seguir jugando¡±. Y es que el riesgo de banalizaci¨®n siempre est¨¢, inevitablemente, ah¨ª. Y m¨¢s con un estilo que ha experimentado un fuerte repunte en los ¨²ltimos tiempos, y puede conducir a asociaciones de ideas err¨®neas para quien sepa o¨ªr, pero no escuchar. Por eso Vicente Sais se pone m¨¢s serio cuando se queja de que ¡°muchos identifican krautrock con la idea del espacio, sin saber que en una determinada canci¨®n puedo estar hablando de la muerte de mi padre, por ejemplo¡±. En concreto, se refiere a Ashes.
Refrendada por buenas rese?as en medios brit¨¢nicos, su trayectoria a¨²n est¨¢ por verificar una proyecci¨®n exterior que esperan concretar con la distribuci¨®n de su nuevo ¨¢lbum en pa¨ªses como Reino Unido, Francia o Alemania, de cuyo eco depender¨¢ una futura gira por aquellos pa¨ªses. ¡°Est¨¢ muy bien que los medios hablen de ti, pero hasta que no ves hechos, vamos a ver c¨®mo se desarrollan las cosas¡±, afirma Sais, recalcando que todo ¡°es batalla y es tocar, aunque haya cuatro personas vi¨¦ndote, al final es trabajo, el resto es fliparse¡±. Chardi apostilla que tiran ¡°mucho de intensidades para hacer algo que se entiende r¨¢pido¡±, y Guerrero remata la jugada, tan bien perfilada a tres bandas (como su propia propuesta), ratificando que, en esencia, su discurso se compone de ¡°subidones, bajones y cosas ambientales: eso lo entienden en cualquier lado¡±.
De momento, lo presentan el martes 7 en Espai Rambleta (junto a los canadienses Holy Fuck, influencia reconocida), en una gira que contin¨²a el 8 en Murcia (12 & Medio), el 9 en M¨¢laga (Velvet Club), el 11 en C¨¢diz (Monkey Week) y el 17 en Barcelona (Almo2bar).
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