Una factor¨ªa para la cultura

PhotoEspa?a, las revistas Matador, OjodePez o E?e, los festivales literarios Getafe Negro o E?e, la agenda de cultura digital Notodo.com y el certamen de cortometrajes Jamesonotodofilmfest.com. La galer¨ªa La F¨¢brica, los encuentros de gesti¨®n cultural P¨²blica, La Noche de los Libros, la Escuela de Profesiones Art¨ªsticas SUR, y as¨ª hasta m¨¢s de 100 proyectos en 40 pa¨ªses.

El curr¨ªculum de la empresa de gesti¨®n cultural La F¨¢brica es nutrido, interdisciplinar y abrumador. Ahora cumplen 20 a?os y lo celebran con una serie de encuentros con creadores, Los 20 de la F¨¢brica (a partir de noviembre en su local de la calle Alameda 9) que son tambi¨¦n una forma de agradecimiento a aquellos que les han ayudado, seg¨²n explica su director y fundador, Alberto Anaut. Participar¨¢n Chema Madoz, Eduardo Arroyo, Javier Fesser, Alberto Garc¨ªa-Alix, Chema Conesa, Ram¨®n Masats, entre otros, hasta alcanzar la cifra que se conmemora.?

La cosa comienza muy precariamente, en el domicilio del entonces periodista Anaut, "montando una revista muy modesta, Matador, que era el sue?o de cualquier periodista, con un m¨®vil que casi era m¨¢s grande que un ordenador actual y pegando sellos todo el d¨ªa". Empez¨® solo con ayuda de unos pocos colaboradores, "un d¨ªa mi hermana, que viv¨ªa enfrente, se present¨® en mi casa a primera hora a trabajar conmigo". Ahora en La F¨¢brica tiene 50 personas en plantilla y m¨¢s de 200 colaboradores. Un 15% de su actividad transcurre fuera de Espa?a "Empec¨¦ porque pensaba que en Espa?a se hab¨ªa democratizado la econom¨ªa pero la presencia del sector p¨²blico en la cultura era muy grande", dice el director.

Eran los tiempos en que los gobiernos socialistas hab¨ªan creado un gran ministerio de Cultura y una escena fuertemente subvencionada. "La nuestra no era una idea revolucionaria, era l¨®gica, pero no estaba en el mercado", dice Anaut. "Yo no estoy en contra de la subvenci¨®n p¨²blica, pero creo en la iniciativa privada, sin pasar por l¨ªneas burocr¨¢ticas o en la colaboraci¨®n entre ambas".

Sab¨ªan lo que quer¨ªan hacer aunque no c¨®mo, lo que les oblig¨® a ser flexibles, condensar talento, recibir ayuda. "Cuando empezamos con PhotoEspa?a, en 1998, nos dec¨ªan que nadie iba a querer implicarse, que no exist¨ªa la cultura de colaboraci¨®n de la que soy partidario", dice Anaut, "pero lo intentamos, corrimos el tel¨®n, y encontramos ah¨ª a todos los agentes culturales dispuestos a colaborar". La crisis, por supuesto, no ha sido inocua. "Hemos pasado dificultades, como todo el mundo, y nos ha obligado a centrarnos en nuestros puntos fuertes", explica el director, "pero, parad¨®jicamente, no estamos peor que en 2008, incluso tenemos m¨¢s empleados. Cuando mis amigos me preguntan c¨®mo va la cosa les digo: mucho trabajo, poco dinero". Y con las zozobras macroecon¨®micas su modelo de cultura de colaboraci¨®n, a?ade, ha tomado valor. "Se acab¨® la cultura del canap¨¦. Ahora hacen falta proyectos y artistas dispuestos a sacrificarse". Veremos lo que ocurre con todos aquellos que se alimentaban en los saraos e inauguraciones vespertinas. Respecto a la ley de mecenazgo: "son solo medidas fiscales, que espero sean un primer paso", opina, "entiendo que el Estado tenga que retirarse en temas culturales, pero al menos que ayuden a que otros den un paso a adelante".

Ahora la ni?a de los ojos de Anaut es la Escuela de Profesiones Art¨ªsticas SUR, un nombre que quiere "reivindicar nuestro valor aunque los hombres de negro nos pongan entre la espada y la pared". La escuela, en colaboraci¨®n con el C¨ªrculo de Bellas Artes, pretende formar artistas, durante ciclos de dos a?os (cada curso anual sale por unos 6.500 euros), que conozcan todas las disciplinas y puedan transitar entre ellas. Adem¨¢s de las clases estructurales habr¨¢ talleres y clases magistrales de grandes profesionales de la cultura que son un apetecible reclamo. En la parrilla figuran nombres como Pedro Almod¨®var, F¨¦lix de Az¨²a, Luis Goytisolo, Juan Mayorga, Gerardo Vera, Cristina Iglesias y un largo etc¨¦tera. ?Saldr¨¢ de esta escuela una especie de ¨¦lite cultural del futuro? "Eso lo veremos, pero ser¨ªa ideal que esta escuela se convirtiera en una referencia y no pasara como el agua del r¨ªo", dice Anaut.

La peripecia de Anaut y de todo el equipo de La F¨¢brica durante estos 20 a?os bien podr¨ªa ser un buen ejemplo para los peque?os emprendedores (culturales o no) que florecen por doquier y son apoyados por iniciativas recientes como la Factor¨ªa Cultural en Matadero o el evento Think Shower. "Podr¨ªa dar dos consejos", concluye Anaut, "que se lo tomen muy serio, porque tener que matar un proyecto deja huella negativa en uno mismo y en la sociedad, y que se tiren a la piscina. Tenemos dos lemas: hay que dejar de hablar y ponerse a intentar las cosas, y hay que tener en cuenta que nada da igual. Todos los detalles importan".