Un esp¨ªritu necesario
Con Aiete siempre en el recuerdo, Lokarri exprime el valor de di¨¢logo entre diferentes
Es muy posible que Lokarri quede indefectiblemente unida en el imaginario pol¨ªtico vasco a la Conferencia de Paz de Aiete, antesala articulada para acoger hace ya tres a?os el anuncio de final de la violencia de ETA. Solo por hacerlo, ya hubiera merecido la pena su existencia, justo ahora que con la honestidad propia de quien siente cumplida su obligaci¨®n da un paso atr¨¢s y se retira sin hacer ruido.
Pero el esp¨ªritu de propiciar la convivencia como valor esencial en un pueblo castigado por el dolor no siempre ha sido reconocido. En sus m¨¢s de dos d¨¦cadas de existencia, Lokarri se ha movido entre demasiadas incomprensiones, muchas de ellas propiciadas por sensibilidades que no dudaron en abrazar Aiete. Aquellas heridas que el nuevo tiempo de paz parece haber curado con la rapidez propia de ese pragmatismo que con rapidez est¨¢ invitando a consolidar el actual escenario como una garant¨ªa de futuro.
Valedores de su apuesta fundacional, Lokarri se ha dedicado a clamar por la paz y el reencuentro en situaciones contaminadas por la bomba, el tiro en la nuca y la imposici¨®n sin que perdiera el ¨¢nimo. Era la consecuencia directa de la fortaleza de su esp¨ªritu, convencido de que resultaba est¨¦ril seguir desangr¨¢ndose por m¨¢s tiempo. Por eso ahora, cuando todav¨ªa queda un buen trecho por recorrer en la conquista de la convivencia real desde el reconocimiento de que ha sido est¨¦ril tantas violaciones de derechos humanos hay quien pueda pensar que la extinci¨®n de esta red social podr¨ªa esperar.
Sin embargo, Lokarri prefiere irse con una extinci¨®n programada en la que muchos de sus valedores se ir¨¢n resituando en el ¨¢mbito del proceso de paz. Al hacerlo les queda el consuelo de que se van sin tareas pendientes, de que han cumplido con su raz¨®n de ser. Euskadi ya es otra antes y despu¨¦s de Lokarri, felizmente. Y no solo, que tambi¨¦n, por Aiete y sus complicidades.
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