Les ¡®senyes d¡¯identitat¡¯
El Estado de Derecho espa?ol no est¨¢ tan degradado como para dejar pasar una salvajada tan evidente como la que prepara el Gobierno valenciano
En la huida hacia mayores cotas de rid¨ªculo, caso de que eso sea a¨²n posible, que han emprendido el Consell de la Generalitat y quienes all¨ª moran con la finalidad de movilizar al sector m¨¢s analfabeto de la sociedad valenciana y tratar de copar los votos de esa franja del electorado para minimizar as¨ª la anunciada debacle electoral, el president de la Generalitat ha proclamado la buena nueva: van a ofrendarnos una nueva ley que regular¨¢ la protecci¨®n y promoci¨®n de "les nostres senyes d¡¯identitat". Se trata de uno de esos ejemplos de normas y actuaciones de la Administraci¨®n que, la verdad, retrotraen a una concepci¨®n de lo que han de hacer los poderes p¨²blicos en cuanto a su labor de ?encuadramiento? ideol¨®gico e identitario de la sociedad que parecen directamente sacadas del nacionalcatolicismo espa?ol m¨¢s cutre y reg¨ªmenes equivalentes. ?A lo mejor es que esto es lo que entiende Fabra por esa "societat civil" que supuestamente aval¨® con m¨¢s de mil firmas -que nunca han ense?ado- no s¨¦ qu¨¦ esperp¨¦ntica reivindicaci¨®n har¨¢ como cosa de un a?o!
El caso es que, de tan antiguo, rancio y absurdo que es el proyecto, lo m¨¢s probable es que, adem¨¢s, sea inconstitucional. Pretender vincular recibir ayudas p¨²blicas a mantener y defender ciertas visiones pol¨ªticas, ideol¨®gicas, aunque sean referidas a lo que somos o dejamos de ser los valencianos es, sencillamente, atentar contra la libertad de conciencia de modo flagrante. Y aunque muchos en el gobierno valenciano no lo crean as¨ª, todav¨ªa no est¨¢ tan degradado el Estado de Derecho espa?ol como para dejar pasar una salvajada tan evidente.
Lo m¨¢s divertido del caso es que, adem¨¢s, el Gobierno valenciano ¨Cy sus siempre rutilantes asesores-, como es costumbre, no se conocen ni siquiera sus propias normas, estatutarias, legales o reglamentarias ya en vigor. La mayor¨ªa de ellas, por cierto, aprobadas a instancias de mayor¨ªas del Partido Popular. Es el caso, por ejemplo, de la Acad¨¨mia Valenciana de la Llengua (AVL), a quien compete seg¨²n el Estatut de autonom¨ªa decidir lo que es el valenciano. Pero no s¨®lo ello, la propia ley de la AVL, en vigor desde hace a?os, ?establece que cualquier ente que reciba subvenciones p¨²blicas est¨¢ obligado a cumplir su normativa en materia de valenciano! Esta previsi¨®n, algo menos liberticida pero igualmente cuestionable desde ¨®pticas liberales, en realidad, a lo que obligar¨ªa es a retirar las subvenciones p¨²blicas a todas las entidades que hacen bandera de la exhibici¨®n de una ortograf¨ªa tan peculiar como ignorada por la poblaci¨®n m¨ªnimamente formada. Y no s¨®lo a ellas. Tambi¨¦n, por ejemplo, a partidos pol¨ªticos como el propio Partido Popular o a ciertos medios de comunicaci¨®n generosamente subvencionados en la actualidad.
En realidad, las verdaderas "senyes d¡¯identitat" que exhibe nuestro gobierno con este nuevo episodio de sainete son la carencia de respeto por los ciudadanos, por las normas que aprueba (si es que las conoce), ni casi por nada, excepci¨®n hecha de poder seguir conservando el poder sea como sea. En eso han convertido tanto la bandera como la denominaci¨®n oficial del pa¨ªs que dicen querer defender tanto, en s¨ªmbolo de una sociedad que no queremos ser. A d¨ªa de hoy, cualquier experto en branding e imagen corporativa recomendar¨ªa cambiarlas por unas nuevas. Nos conformamos con cambiar de gobierno r¨¢pido.
@Andres_Boix, blog en http://www.uv.es/aboixp
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