Good bye, R¨¦gimen¡¯78
La concentraci¨®n de tanto poder en el v¨¦rtice facilita el contacto en la c¨²spide entre pol¨ªtica y empresa
No creo que esto sea ya opinable: el R¨¦gimen est¨¢ en crisis terminal. El lector que me haya seguido hasta esta l¨ªnea tal vez se est¨¢ preguntando qu¨¦ es, b¨¢sicamente, el R¨¦gimen del 78, ese objeto tan poco b¨¢sico. Si es as¨ª, este articulete le ofrece un dibujo de ese ente colapsado, dotado de serie con unas caracter¨ªsticas que, en su grado e intensidad, lo hacen ¨²nico en Europa.
El R¨¦gimen del 78 nace con la 1) Constituci¨®n con menos soberan¨ªa del continente. Es decir, tambi¨¦n la que tiene menos control en sus tratados de integraci¨®n y, m¨¢s a¨²n, en los comerciales. Lo que, por cierto, ser¨¢ una juerga en 2015, cuando nos caiga en la frente el Tratado de Libre Comercio ¡ªapoyado por PP, PSOE, CiU y UPyD¡ª, esa supeditaci¨®n del Estado a la empresa, que puede modular el siglo XXI. Bueno. Esa Constituci¨®n es 2) un producto de la Guerra Fr¨ªa / el Pleistoceno, que se consigui¨® v¨ªa 3) cooptaci¨®n de l¨ªderes locales. Cooptaci¨®n es la palabra fina para explicar que los l¨ªderes fueron apelados a su responsabilidad por parte de entidades externas. O, glups, que fueron pagados por ello ¡ªen comisi¨®n de investigaci¨®n del Bundestag, las fundaciones socialdem¨®crata, democristiana, socialcristiana y liberal declararon en 1994 haber entregado a l¨ªderes patrios, y solo en los dos a?os anteriores, una cantidad superior a los 1.700 millones de pesetas¡ª. La cooptaci¨®n de l¨ªderes no garantiza, empero, que su agenda module la pol¨ªtica local. Para ello es necesario 4) verticalizar los partidos en beneficio de los cooptados ¡ªexemplum: el PSOE, cuando exist¨ªa, prohibi¨® el voto directo e individual de sus compromisarios congresuales en 1979¡ª. Y, a¨²n as¨ª, verticalizar tambi¨¦n la pol¨ªtica, por ejemplo a trav¨¦s de una figura de dif¨ªcil traducci¨®n en Europa, como es el 5) Secretario de Organizaci¨®n, gran profesional que posibilita que en el trance de votar lo invotable ¡ªno s¨¦, el fin del bienestar, la no investigaci¨®n de la corrupci¨®n sanitaria catalana¡ª, no haya disensiones internas, como en otras democracias. La verticalidad, esa descontextualizaci¨®n de la democracia, tambi¨¦n recibe una ayuda notoria por parte del 6) sistema electoral, esa joya: listas cerradas, primac¨ªa del medio rural sobre el urbano, y un sistema de recuento que asegura mayor¨ªas incluso donde ya no quedan. La concentraci¨®n de tanto poder en el v¨¦rtice facilita 7) el contacto en la c¨²spide entre pol¨ªtica y empresa ¡ªmuy intenso: de las 35 empresas que conforman el IBEX, s¨®lo 6 no est¨¢n reguladas por el Estado¡ª. Es decir, 8) el Estado es el c¨®mplice necesario en los grandes negocios locales, regulados. Una recompensa de la empresa a ese pol¨ªtico sensible de ser cooptado, es 9) su paso de la pol¨ªtica a la empresa regulada. Otra es la participaci¨®n de la empresa en la pol¨ªtica, a trav¨¦s de, otra vez, 10) la cooptaci¨®n, como se intuye en el caso G¨¹rtel o, como el juez considera probado, en el caso Ferrovial. S¨ª, suena mal. Pero, al parecer, los usuarios del R¨¦gimen parecen tener asumido que 11) el Estado es un bot¨ªn, y que ese bot¨ªn es de quien lo trabaja. A todas esas rarezas democr¨¢ticas se le deben sumar otros preciosismos, como una 12) escasa separaci¨®n de poderes ¡ªel constitucionalista Javier P¨¦rez Royo, aludiendo a ese hecho en la praxis del Tribunal Constitucional habla expl¨ªcitamente de un Golpe de Estado del PP¡ª, y 13) fen¨®menos paranormales, como el CGPJ, esa met¨¢fora, una instituci¨®n de la que est¨¢n dotados todos los Estados europeos con pasado fascista, que sirvi¨® en otra democracias, en efecto, para depurar el fascismo de la judicatura, si bien por aqu¨ª abajo ha servido para 14) consensuar la prolongaci¨®n de cosmovisiones reaccionarias.
El R¨¦gimen, no ha sabido custodiar la democracia/el Bienestar. Tampoco ese fue su gran negociado. Solo ha sabido, y muy bien, custodiarse a s¨ª mismo
El R¨¦gimen, no era 15) una democracia certera. Pero iba tirando a partir del pacto de la Transici¨®n. Pacto de la etc¨¦tera, sinopsis poco ¨¦pica: 16) os damos Bienestar y nos quedamos con el resto. El pacto 17) muri¨® as¨ª con la reforma constitucional expr¨¦s, el fin del Bienestar, la forma de democracia en la Europa de postguerra. De aquellos pactos de los 70's, la ley con la que se nos da la brasa y que fija que cualquier cambio es inamovible, s¨®lo queda inamovible, por transmisi¨®n, cooptaci¨®n o interiorizaci¨®n de los l¨ªderes, 18) la deslocalizaci¨®n de la pol¨ªtica, en Europa y otras entidades ajenas. Y una serie de din¨¢micas propias ¡ªver puntos 1-14)¡ª. El R¨¦gimen est¨¢ muerto pero, como los zombis ,a¨²n muerde ¡ªver otra vez puntos 1-14)¡ª.
El R¨¦gimen, no ha sabido custodiar la democracia/el Bienestar. Tampoco ¡ªpuntos 1-14¡ª, ese fue su gran negociado. Solo ha sabido, y muy bien, custodiarse a s¨ª mismo. Es decir, tambi¨¦n a las empresas reguladas que ha rescatado, invirtiendo en ello el grueso de los recursos. En esta crisis ha carecido de empat¨ªa social. Desde 2011 no ha reaccionado ante ninguna demanda ciudadana. Pero eso ha cambiado hace tan solo pocos d¨ªas.
Hace pocos d¨ªas se filtr¨® que el ¨²ltimo informe de CIS da como primera intenci¨®n de voto directo a Podemos. Un R¨¦gimen que hace dos a?os que tiene 19) su Congreso aislado y rodeado de vallas policiales, de pronto, inusitadamente, ¡ªy, tachan-tach¨¢n, 20)¡ª tiene miedo.
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