Reabramos Carabanchel
Contra la corrupci¨®n son necesarias medidas de fondo que busquen el cambio en las reglas de juego
La indignaci¨®n actual tiene que convertirse en medidas eficaces contra la corrupci¨®n. No bastan las superficiales leyes de transparencia que se aprueban en nuestras Diputaciones o que se proponen en la futura ley municipal, pues solo buscan simular que las cosas cambian, sino de medidas de fondo que busquen el cambio en las reglas de juego. Me permito explicarles algunas medidas legales que funcionan en otros lugares:
1. Acceso ciudadano a la informaci¨®n p¨²blica similar a la que ya en 1.966 se aprob¨® en EE UU, la c¨¦lebre Freedom of information Act. Hay que permitir el f¨¢cil acceso ciudadano no solo a los resultados del expediente sino tambi¨¦n a los documentos preparatorios, que es donde muchas veces se fraguan los intereses de los lobbys y los comisionistas.
Hay que publicar en la web todo el proceso de las contrataciones para poder rastrear "la mano que busca la comisi¨®n". Adem¨¢s hay que extender la posibilidad de someter al control preventivo del "¨®rgano administrativo de recursos contractuales" a todos los contratos y no solo a los que exige Bruselas.
2. Hay que favorecer que los funcionarios puedan denunciar de forma segura las ilegalidades que conocen por su propio trabajo y sancionar, penal y administrativamente, a quienes pretendan averiguar la "fuente de la filtraci¨®n". Justamente lo contrario de lo que se hace ahora. Es una medida experimentada exitosamente en los pa¨ªses n¨®rdicos
Hay que dar medios a la sociedad civil para actuar contra la corrupci¨®n"
3. Hay que premiar econ¨®micamente a quienes denuncian sobreprecios, fuente de las comisiones, en los contratos con la administraci¨®n. El modelo es de nuevo EE UU, donde la vieja False claims Act permite, adem¨¢s de encarcelar a los autores del hecho, recuperar unos 1.000 millones de d¨®lares anuales. La persona que denuncia el hecho se lleva entre el 15% y el 25% de lo recuperado
En nuestro pa¨ªs tambi¨¦n se premiaba en ciertos casos a los denunciantes con el 10% del producto recuperado por la Administraci¨®n, pero cuando algunos empleados bancarios empezaron a denunciar ante el fisco el dinero negro que pululaba en los propios bancos espa?oles y a cobrar su jugosa recompensa, el gobierno de Felipe Gonz¨¢lez suprimi¨® la ley. ?Oh casualidad!
No es casualidad que estos d¨ªas pasados el propio director de la UDEF, la unidad policial encargada de los delitos econ¨®micos, ped¨ªa p¨²blicamente que se restableciese el sistema de recompensas para los delatores.
4. Hay que utilizar, como se hace exitosamente en EE UU, a polic¨ªas camuflados para "tentar" a los pol¨ªticos en activo y comprobar si tienen "tragaderas". La tradici¨®n corrupta se alimenta de una sensaci¨®n de impunidad. Con este sistema por lo menos tendr¨ªan la sensaci¨®n de "peligro".
5. Y hay que reabrir de nuevo la c¨¢rcel de Carabanchel, esa hist¨®rica prisi¨®n donde coincidieron bajo el franquismo tantos pol¨ªticos de diversos partidos. Hoy los herederos de aquellos h¨¦roes pod¨ªan poblar de nuevo sus celdas, pero esta vez no por defender la causa p¨²blica sino por meter masivamente la mano en la caja com¨²n. Hay sitio como para unos 2.000.
Como se ve, no son muchas medidas ni complicadas. Muchas de ellas pueden ser aprobadas por el Parlamento vasco. Todas se basan en el principio com¨²n de que hay que confiar en la sociedad civil y darle medios e incentivos para que act¨²e en contra de esta lacra que es la corrupci¨®n, porque es evidente que los pol¨ªticos honrados no tienen capacidad de enfrentarse a los muchos pol¨ªticos corruptos que dominan el sistema desde hace 30 a?os. Y es que ya lo dijo T¨¢cito: ¡°cuanto m¨¢s corrupto es un Estado m¨¢s leyes tiene¡±.
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