Acupuntura para curar a un mochuelo

No tiene nombre, pero su veterinaria ya piensa apodarle cari?osamente petardo. "Ha batido mi r¨¦cord de semanas en tratamiento", comenta Edurne Cornejo, mientras se pone una bata con estampado de b¨²hos sobre la ropa. Est¨¢ a punto de entrar en la enfermer¨ªa de Brinzal, en la Casa de Campo, el ¨²nico centro de recuperaci¨®n de aves rapaces nocturnas que hay en Espa?a. Dentro, sobre la camilla, la espera un mochuelo. Esa tarde le toca sesi¨®n de acupuntura, la novena que recibe tras llegar a Brinzal, que cada a?o recibe unos 1.200 ejemplares heridos.

El mochuelo, que apenas pesa 100 gramos, aparece envuelto delicadamente en un trapo. Lo encontraron malherido en una nave en Ribatejada. Se hab¨ªa metido en un tubo, hasta que en pleno vuelo choc¨® contra una barra de hierro. "La mayor¨ªa de los animales vienen a Brinzal por traumatismos que tienen su origen en la acci¨®n del ser humano: atropellos, choques contra ventanas, electrocuciones, disparos¡­", explica Patricia Orejas, coordinadora del centro. Un 30% son, sin embargo, los llamados pollos volantones, que para crecer salen del nido cuando todav¨ªa no saben volar, pero quienes se los encuentran en el suelo creen que se han ca¨ªdo.

El tratamiento se utiliza en casos de traumatismo craneoencef¨¢lico

En la enfermer¨ªa, la veterinaria coloca con cuidado las agujas de acupuntura en el peque?o cuerpo del mochuelo. Aunque su evoluci¨®n es favorable, tambi¨¦n est¨¢ resultando lenta. "Lo habitual son dos o tres sesiones, pero hay algunos que con una ya tienen resultados fant¨¢sticos", explica Cornejo. Es una de la treintena de voluntarios de Brinzal y, desde que comenz¨® a colaborar con el centro en 2010, ha tratado a 31 aves. "Suelo ocuparme de animales con traumatismo craneoencef¨¢lico. Algunos, por ejemplo, quedan ciegos: el globo ocular est¨¢ bien, pero el nervio ¨®ptico se ha da?ado". Otros pierden movilidad tras sufrir, por ejemplo, un atropello.

El mochuelo que trata ahora tiene problemas de coordinaci¨®n. Apenas aguanta dos minutos con las agujas colocadas. La sesi¨®n de acupuntura tiene que ser siempre r¨¢pida en estos casos. "Es un animal salvaje, todo funciona mucho m¨¢s r¨¢pido con ellos", explica la veterinaria, que tiene adem¨¢s una cl¨ªnica especializada en este tipo de tratamientos para mascotas. "En un perro puedes dejar las agujas puestas 20 minutos o explorarlo para decidir en qu¨¦ puntos las colocas. En las aves rapaces, no es posible", apunta, "voy colocando donde, por mi experiencia, creo que le puede ir bien. A veces no hay apenas tejidos donde poner las agujas".

Esta fase de tratamiento m¨¦dico es una de las labores que lleva a cabo Brinzal desde que se fundara en 1986. Pero casi tan importante como curar a las rapaces que llegan al centro ¡ªla mayor¨ªa recogidas por particulares¡ª es asegurarse de que los autillos, los b¨²hos, las lechuzas, los c¨¢rabos... recuperen la forma f¨ªsica. "Antes de que puedan salir, tenemos que estar seguros de que van a ser capaces de sobrevivir", explica la coordinadora.

Las aves tienen que recuperar la forma f¨ªsica antes de salir del centro

Esa parte de la rehabilitaci¨®n, a la que el mochuelo llegar¨¢ una vez que est¨¦ curado, se realiza en las naves de vuelo. En Brinzal hay siete y en ellas las especies no se mezclan, pues las aves rapaces son rivales entre s¨ª. En una de ellas, cinco b¨²hos reales se ponen en forma. Los casos m¨¢s comunes, de fractura de ala, suelen dejarles dos meses sin poder volar. En el espacio contiguo, las lechuzas se esconden en su caja, mientras varios ratones vivos corretean por el suelo; est¨¢n ya en la ¨²ltima fase de la recuperaci¨®n, en la que tienen que demostrar que son capaces de cazar sin ayuda.

Una aguja para estimular el sistema nervioso. Otra para nutrir los tendones y otra para los m¨²sculos. Una ¨²ltima para favorecer la postura erguida del mochuelo, que ha aguantado la sesi¨®n sin alterarse, con sus grandes ojos amarillos bien abiertos. El objetivo es que sea una de las aves que puedan volver a la naturaleza, el 70% de los casos que llegan a Brinzal.

"Pero hay que tener cuidado", advierte la veterinaria, "son animales salvajes y no pueden acostumbrarse al contacto humano porque perder¨ªan la independencia". Un 2% de los casos de Brinzal son irrecuperables, aves que no podr¨¢n volver a la naturaleza por lesiones f¨ªsicas especialmente graves y, sobre todo, por lesiones psicol¨®gicas. "Son las que han crecido en presencia del ser humano. Tienen una impronta err¨®nea, que no podemos revertir", explica Patricia Orejas. Por eso el mochuelo solo tiene el contacto necesario con sus cuidadores. El objetivo es que se cure. Pero tambi¨¦n que vuelva a ser capaz de volar. De huir de sus depredadores. Y de alimentarse, sin ayuda.

V¨ªdeo de la campa?a de Brinzal 'Un mochuelo en cada olivo'.