Topicazos
Ha tenido que hundirse la econom¨ªa para que no hablemos ya de las diferencias entre izquierda y derecha, sino de la dial¨¦ctica entre los de arriba y los de abajo
Hace ya unos cuantos a?os, cuando todav¨ªa at¨¢bamos los perros con longanizas, la dial¨¦ctica izquierda-derecha parec¨ªa haberse esfumado. La ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn de la que ahora se cumplen 25 a?os, la omnipresencia del capitalismo, el avance tecnol¨®gico y los nuevos medios de comunicaci¨®n parec¨ªan confluir en la asunci¨®n de soluciones aceptadas por todos sin pasar por el tamiz ideol¨®gico. Ya saben, todo aquello del fin de la historia y el advenimiento del pensamiento ¨²nico, al cual se apuntaban no pocos. Solo ha tenido que darse un morrocotudo batacazo la econom¨ªa para que de repente no hablemos ya del fin de las ideolog¨ªas, ni tan siquiera de las diferencias entre izquierda y derecha, en esto parece que tambi¨¦n nos quedamos cortos, sino m¨¢s bien de la dial¨¦ctica entre los de arriba y los de abajo. Esta descripci¨®n m¨¢s radical, propia de tiempos convulsos cercanos a los cambios de r¨¦gimen o de sistema pol¨ªtico, se utiliza ahora, a decir de sus propietarios intelectuales, porqu¨¦ explica mejor la realidad actual que la cl¨¢sica distinci¨®n izquierda-derecha.
Es cierto que la progresiva evaporaci¨®n de la clase media espa?ola como consecuencia de la depresi¨®n econ¨®mica, junto con la generalizaci¨®n de la corrupci¨®n, ha propiciado el atrincheramiento social. Algunos pretenden explicar solo con la corrupci¨®n el ¨¦xito de la transversalidad que supone clasificar a la sociedad entre los de arriba y los de abajo sin tener en cuenta su posicionamiento ideol¨®gico, pero la corrupci¨®n es un mal con el que hemos convivido siempre y que hemos tolerado en proporci¨®n inversa a nuestro malestar econ¨®mico. Que le vamos a hacer, es una desgracia, pero es as¨ª. Un claro ejemplo lo tenemos aqu¨ª en el Pa¨ªs Valenciano, donde arrastramos varias legislaturas con casos de corrupci¨®n del mismo partido pol¨ªtico en el poder, am¨¦n de la mala gesti¨®n, que ah¨ª no entramos hoy. Por tanto, el principal motivo para el triunfo de la transversalidad no es tanto la corrupci¨®n como el vendaval econ¨®mico que nos ha empobrecido y al mismo tiempo ha aireado muchas de las miserias que todav¨ªa se escond¨ªan bajo de la alfombra. Y esto ¨²ltimo tampoco ha ocurrido casualmente, sino que, en buena parte, es consecuencia directa del desmoronamiento del castillo de naipes o de la disminuci¨®n de la tarta econ¨®mica que ha provocado una depresi¨®n econ¨®mica como la que venimos padeciendo.
Algunos han calificado equivocadamente esta transversalidad como la b¨²squeda del centro, porqu¨¦ atrae gente tanto de la derecha como de la izquierda. Sin embargo, parece m¨¢s acertado decir que corresponde sobre todo a gente ¡°cabreada¡± de ambos bandos.
Esta estrategia es pan para hoy y hambre para ma?ana en el supuesto de que en adelante hubiera m¨¢s pan y menos hambre y perdonen el juego f¨¢cil de palabras. Y, por supuesto, tan leg¨ªtima como la b¨²squeda tradicional por la derecha y por la izquierda del voto de centro de la clase media, hoy por hoy bastante menguados ambos.
En definitiva, la clave como casi siempre es econ¨®mica y a riesgo de alimentar todav¨ªa m¨¢s los t¨®picos les propongo para la explicaci¨®n de la realidad un viejo paradigma, un poco esc¨¦ptico bien es verdad, pero qu¨¦ no corre el riesgo de ser superado todav¨ªa, al contrario de lo que ocurre con todos los anteriores. Consiste en dividir la sociedad o el sistema econ¨®mico, como ustedes prefieran, entre los que van a lomos de una mula y los que hacen de esa misma mula. Dependiendo del volumen de carga los unos pueden avanzar aguantando a los otros. Si la carga es muy pesada la mula puede dar alguna coz o finalmente deshacerse de aquella de una manera brusca, hasta que los nuevos jinetes le proporcionan una carga m¨¢s soportable y la mula vuelve a ponerse en marcha con el nuevo lastre.
Actualmente no sabemos qu¨¦ volumen de carga es capaz de soportar la mula. Aqu¨ª, en nuestro pa¨ªs valenciano, la carga est¨¢ por encima de la media nacional tanto en paro como en pobreza, si bien es cierto que la solidaridad o la econom¨ªa sumergida, tambi¨¦n ambos por encima de la media nacional, parecen aliviar esta carga. En fin, esperemos que no reviente la mula antes de proporcionarle una carga m¨¢s soportable.
Juan Usach es doctor en Econom¨ªa
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