¡°Lo de Catalu?a no se arregla con legiones sino con puentes¡±
Santiago Posteguillo recibe el Premio Barcino de novela hist¨®rica
C¨¦sar estar¨ªa contento: otra de romanos. Tras ganar el a?o pasado la novelista brit¨¢nica Lindsey Davis el primer Premio Internacional de Novela Hist¨®rica Barcino, que concede el Ayuntamiento de Barcelona, la segunda edici¨®n del premio ha reca¨ªdo en otro popular escritor de novelas de romanos, Santiago Posteguillo (Valencia, 1967). Posteguillo es autor de sendas trilog¨ªas sobre Escipi¨®n el Africano ¡ªuno de los grandes ¨¦xitos del g¨¦nero en nuestro pa¨ªs¡ª y Trajano (cuya tercera entrega llegar¨¢ este oto?o o a principios del pr¨®ximo a?o). Profesor de literatura en la Universidad Jaume I, obseso de la divulgaci¨®n cultural y hombre definitivamente simp¨¢tico, el escritor recibi¨® ayer el galard¨®n en el sal¨® de Cent del Ayuntamiento, en el marco del encuentro Barcelona Novela Hist¨®rica que se est¨¢ desarrollando esta semana.
Poco antes este diario lo atrap¨® mientras admiraba ¡ªc¨®mo no¡ª las murallas romanas y el acueducto de la vieja Barcino y lo llev¨® hasta la cuchiller¨ªa de la calle del Carme donde suministran estupendas reproducciones de espadas, cascos y escudos de las legiones para los amantes de la reconstrucci¨®n hist¨®rica. Posteguillo se avino a encasquetarse un casco romano y sostener un rutilante escudo de parada (el de legionario no se pod¨ªa sacar del escaparate) y posar con ellos. ¡°Me ha conmovido que me premien despu¨¦s de Lindsey Davis¡±, comentaba componiendo un guerrero francamente mejorable. ¡°Ella es un gran nombre internacional de la novela hist¨®rica y la admiro mucho¡±.
Que el premio repita en su segunda edici¨®n con un novelista de romanos le parece singular pero recuerda que ¡°hay algunos ¨¢mbitos con m¨¢s ¨¦xito en el g¨¦nero como Egipto, la Edad Media o Roma y es normal que se vuelva a premiar a alguien que escribe sobre lo mismo. En los pr¨®ximos treinta a?os seguro que los romanos vuelven a estar presentes al menos seis o siete veces¡±. De Barcino dice que no la conoce demasiado aunque est¨¢ emple¨¢ndose a fondo en esta visita, y que no descarta hacerla aparecer en una de sus novelas, ¡°por ejemplo como lugar de nacimiento de un personaje¡±. Le se?alo que no hubiera estado mal recordar en su Circo M¨¢ximo (Planeta 2013) a nuestro gran patr¨®n de escuder¨ªa de cuadrigas, el patricio de Barcino Lucio Minicio Natal, y r¨ªe de buena gana.
¡°Me conmueve que me premien despu¨¦s de Lindsey Davis¡±
Posteguillo deb¨ªa participar hoy en una mesa redonda en el Born CC con Simon Scarrow, el autor de la estupenda serie de novelas de Cato y Macro (Edhasa). Pero Scarrow ¡°ha causado baja¡±, por una operaci¨®n y le sustituye Ross Leckie, que ha publicado tambi¨¦n en Edhasa una trilog¨ªa (precisamente) sobre Cartago. ?Ser¨¢ un encuentro Roma vs. Cartago? ¡°Es una idea, lo enfocar¨¦ as¨ª¡±, responde Posteguillo ech¨¢ndole el ojo a una bonita spatha de caballer¨ªa, ¡°vamos a coger armamento, aunque con mis libros ya es suficiente¡±, contin¨²a esgrimiendo un voluminoso ejemplar de Circo M¨¢ximo, ¡°contundente como una piedra del Muro de Adriano¡±. El tema anunciado es El h¨¦roe romano. ¡°Es un tema muy amplio. Podemos hablar de Trajano y sus heroicidades militares pero tambi¨¦n administrativas, como hacer que los corruptos devolvieran el dinero que hab¨ªan robado¡±. Vaya, ?no son sus h¨¦roes Mucio Esc¨¦vola, que trat¨® de matar a Porsena, o Curtius que cuando se abri¨® un agujero en el Foro y los augures anunciaron que Roma deb¨ªa sacrificar lo mejor que tuviera se arroj¨® ¨¦l mismo con armadura y caballo (pero sin modestia)? ¡°No, jajaja, mis preferidos son los Gracos, que intentaron el reparto de la tierra y fueron asesinados, ese tipo de h¨¦roes son m¨¢s los m¨ªos. Trajano tambi¨¦n fue h¨¦roe militar, en la tercera parte de la trilog¨ªa que le dedico, y que estoy escribiendo, le veremos cruzar el ?ufrates con su ej¨¦rcito para vengar a Craso (del que viene lo de craso error, claro) y sus legiones. Para adentrarse en territorio parto Trajano hubo de vencer el temor de sus hombres¡±.
Le pregunto a quemarropa por el soberanismo. ?C¨®mo hubieran reaccionado los romanos? ¡°Mal, solo conoc¨ªan un soberanismo que era el suyo. Esto de Catalu?a no se arregla desde luego con legiones sino con otra cosa tambi¨¦n muy romana: puentes¡±.
Posteguillo tiene otra faceta de escritor que son los ensayos literarios, como el reci¨¦n aparecido La sangre de los libros (Planeta). ¡°Es otra vena, una tarea quijotesca que me he impuesto de tratar de divulgar la historia de la literatura¡±.
¡°Trajano hizo que los corruptos devolvieran el dinero robado¡±
El novelista dice que ¨¦l no es como el robusto Scarrow que se ha entrenado en los usos armament¨ªsticos de los romanos con grupos de reconstrucci¨®n hist¨®rica. ¡°He probado algunas cosas, pero Simon es m¨¢s batallador¡±, suspira, ¡°nuestra diferencia de f¨ªsico lo dice todo¡±.
En el marco de la semana de novela hist¨®rica se ha realizado un debate sobre el sexo en Roma. ¡°No me invitaron, ?me siento discriminado!¡±, bromea, y recuerda, ya en serio, que el sexo ¡°fue un arma de poder en la antig¨¹edad, como prueban Cleopatra o Sofonisba, que sedujo a tantos reyes n¨²midas¡±. Sin salir del sexo (!), Posteguillo explica el curioso caso de las spintriae, las monedas o fichas para burdeles, que ten¨ªan representaciones de pr¨¢cticas sexuales (felaci¨®n, penetraci¨®n anal, etc¨¦tera) y se cree las usaban los soldados para pedir (y pagar) servicios sin tener que dar explicaciones. ?Qu¨¦ interesante es la antig¨¹edad cuando ¨¦l la cuenta!
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