La Fundaci¨® Carulla crea un premio de 100.000 euros para ¡®star-up¡¯ culturales

M¨¢s del doble que los premios nacionales que otorga el Estado; un 40% m¨¢s que la dotaci¨®n del Sant Jordi de novela y apenas 10.000 euros menos que el premio Cervantes... Hasta 100.000 euros es la dotaci¨®n con la que la remozada Fundaci¨® Carulla ha decidido dotar su primer premio Llu¨ªs Carulla de apoyo al nacimiento de un proyecto cultural (lengua, artes, pensamiento...) innovador en el ¨¢mbito catal¨¢n. O dicho a la manera americana: para la creaci¨®n de star-upculturales.

?La espectacular cuant¨ªa del galard¨®n ¡ªcuya convocatoria arranca este mes y se cierra el 25 de marzo de 2015, para fallarse en noviembre¡ª no deja de ser la punta del iceberg de la notable remodelaci¨®n que ha iniciado la entidad en aras de su modernizaci¨®n.

De las m¨¢s generosas y activas en el hoy diezmado ¨¢mbito del mecenazgo en Catalu?a (gracias a la aportaci¨®n del grupo alimentario Agrolimen, propiedad de la familia Carulla, que este a?o ha donado al organismo 2.139.900 euros), la fundaci¨®n quiere, por un lado, actualizar la imagen de una entidad que naci¨® en 1973. Por otro, solventar ciertos problemas de visibilidad, que est¨¢ detr¨¢s de empresas culturales como el Museo de la Vida Rural de L¡¯Espluga de Francol¨ª (en el que se han invertido nueve millones de euros en los ¨²ltimos a?os); la editorial de cl¨¢sicos catalanes Barcino, los premios Baldiri Reixac para la escuela catalana y el Observatorio de los Valores, entre otras actividades.

A todo ello no es ajeno la consolidaci¨®n en la entidad de la tercera generaci¨®n de los Carulla en el patronato de la fundaci¨®n, representados por Jordi Carulla-Ruiz (vicepresidente), Guillem Usandizaga y Mireia Tom¨¤s, arrollando a la presidenta, Montserrat Carulla.

La nueva situaci¨®n se traduce, am¨¦n de en la remodelaci¨®n de la web y en la incorporaci¨®n del logotipo en todos los proyectos, en el cambio de nombre del organismo, que pasa de Fundaci¨®n Llu¨ªs Carulla a Fundaci¨®n Carulla, y de la creaci¨®n del premio que s¨ª lleva el nombre del fundador del imperio alimentario. El nuevo reconocimiento para impulsar star-up culturales sustituye as¨ª al Premi d¡¯Honor Llu¨ªs Carulla concedido hasta el a?o pasado a personalidades y entidades por su trayectoria y valores (en su primera edici¨®n, en 1977, fue galardonado el doctor Josep Trueta y en la ¨²ltima, Paul Preston), con una dotaci¨®n de 50.000 euros.

¡°Se trata de mirar m¨¢s al futuro, de abrir caminos¡±, sit¨²a el director de la fundaci¨®n, Carles Duarte. ¡°Queremos ser menos pasivos, hay una voluntad de incidir y tener una actitud m¨¢s proactiva en un sector como el cultural que se ha visto muy castigado por la crisis¡±, apunta Carulla-Ruiz.

La fundaci¨®n quiere que concurran al nuevo premio particulares, empresas y organizaciones sin ¨¢nimo de lucro, que deber¨¢n presentar una memoria del proyecto, as¨ª como un plan de viabilidad econ¨®mica y t¨¦cnica y un calendario de ejecuci¨®n. Tambi¨¦n deber¨¢n dar a conocer el presupuesto total y el porcentaje que representar¨ªa el premio. La Fundaci¨®n Carulla, ¡°s¨®lo con el af¨¢n de hacer un seguimiento del premio para que llegue a puerto¡±, seg¨²n Duarte, firmar¨¢ un contrato con los ganadores y est¨¢ dispuesto a asesorarles. Los tres representantes de la nueva generaci¨®n de los fundadores, a los que se unir¨¢n el escritor y periodista Vicen? Villatoro y el fil¨®logo Ramon Pla i Arx¨¦, conformar¨¢n el jurado.

A pesar de ¡°la preocupaci¨®n por la reducci¨®n de la actividad de las fundaciones catalanas¡± y la actitud ¡°avara y desconfiada mostrada por las instituciones p¨²blicas¡± en un contexto a¨²n sin Ley de Mecenazgo, seg¨²n Duarte, el 2015 generar¨¢ gran actividad en la Fundaci¨®n Carulla porque ser¨¢ el A?o Ramon Llull, ¡°un autor de la casa¡±, que en Barcino han ayudado a traducir al ingl¨¦s, castellano o alem¨¢n, como han hecho con otros cl¨¢sicos catalanes. ¡°Mi afici¨®n ha sido el trabajo, pero no por avaricia, sino por af¨¢n de impulsar proyectos¡±, afirm¨® Llu¨ªs Carulla en 1987. Contrariamente al dicho popular, la tercera generaci¨®n no dilapida y parece mantenerse fiel al esp¨ªritu.