¡°No tenemos la sensaci¨®n de pertenecer a un grupo mafioso¡±
Los estibadores usan su poder negociador para conservar sueldos de hasta 120.000 euros. El puerto de Valencia cree que el coste compromete su futuro
Los vientos han cambiado en el puerto de Valencia. Despu¨¦s de una d¨¦cada dorada con crecimientos anuales de dos d¨ªgitos, la crisis econ¨®mica, la sobrecapacidad de puertos en el Mediterr¨¢neo y la madurez del negocio han cambiado la tendencia. El a?o pasado el tr¨¢fico cay¨® ligeramente. Y en 2014, tras un mal comienzo, el puerto lucha por mantener ese nivel. Se acab¨® crecer al 10% o 15%. La expectativa ahora de la Autoridad Portuaria es que si todo va bien los crecimientos se sit¨²en en torno al 5%. En ese contexto, las miradas se dirigen hacia los estibadores. Un colectivo relativamente peque?o, 1.300 trabajadores, con un alt¨ªsimo poder y sueldos que alcanzan los 120.000 euros al a?o. Un nivel salarial que est¨¢ a punto de quedar blindado en un nuevo convenio laboral (el vigente es de 1995). En la Autoridad Portuaria piensan que tales costes comprometen el futuro del puerto a largo plazo.
Los estibadores son los ¨²nicos que pueden cargar y descargar mercanc¨ªas de los buques. 4,5 millones de contenedores al a?o en Valencia. Y una fuente de la Autoridad Portuaria describe as¨ª su poder. ¡°Debido a la previsi¨®n legal de exclusividad, las empresas est¨¢n obligadas a contratar a los estibadores entre los 1.300 que en Valencia est¨¢n vinculados a la Sociedad de Estiba (Sevasa-Sagep). Por eso tienen tanta fuerza. En un entorno de conflicto ellos calculan que un d¨ªa de paro supone, pongamos, una p¨¦rdida de 500.000 euros para las empresas que gestionan las terminales. Si piden una mejora de condiciones que implica elevar los costes 1,5 millones de euros, al cuarto d¨ªa de paro a las empresas les sale m¨¢s caro seguir neg¨¢ndose a aceptar la petici¨®n que concederla. Por eso han ido cediendo a lo largo de los a?os y los estibadores han ido aumentando o manteniendo sus posiciones¡±.
Cuatro generaciones en el muelle
El mundo de la estiba tiene fama de ser corporativo, cerrado y abundante en lazos familiares. El presidente del comit¨¦ de empresa, ?scar Mart¨ªnez (Valencia, 1962) es hijo y nieto de estibadores. La l¨ªnea ininterrumpida de su compa?ero Aurelio Gabarda (Schwetzingen, Alemania, 1962), se remonta a su bisabuelo. Aunque ambos afirman que los hijos de estibadores ya no son mayor¨ªa en la plantilla. Hoy para ser estibador es necesario tener una titulaci¨®n de FP y superar pruebas f¨ªsicas y m¨¦dicas en convocatorias p¨²blicas de la Sociedad de Estiba.
Fuentes de la Autoridad Portuaria sostienen que el poder de los estibadores se deja notar en los procesos de selecci¨®n. Y que su capacidad para retener o ganar privilegios pone en peligro el futuro del puerto, sobre todo en el apartado de los transbordos, donde el coste de la estiba no puede repercutirse directamente en el producto. ¡°Cuando los precios se encarecen empiezan las subastas en el Mediterr¨¢neo porque hay una situaci¨®n de sobrecapacidad¡±. Y puertos de Portugal, Marruecos e Italia, a?aden las fuentes, acechan al de Valencia.
¡°Est¨¢ claro que en Marruecos cobran menos que nosotros. En ?frica tambi¨¦n. Pero el salario que tenemos se ha pactado con empresas de un sector econ¨®micamente fuerte. Los sueldos son superiores a los que hay en la calle, pero no a ese nivel¡±, responde Mart¨ªnez a la pregunta de si efectivamente ganan 120.000 euros al a?o. El sindicalista indica que sus salarios est¨¢n atados a la producci¨®n y dependen de muchos factores, como los turnos, que no se detienen de noche ni en fin de semana. Pero no concreta cu¨¢nto ganan aproximadamente.
La clave ahora para competir, dice llevando el debate a su terreno, no es cu¨¢nto gana un estibador ¡°sino cu¨¢ntas gr¨²as es capaz de ponerle una empresa al barco para que salga en el menor tiempo posible¡±. ¡°En el muelle Pr¨ªncipe Felipe ves 19 gr¨²as en fila y dices: ¡®Menuda terminal¡¯. Pero resulta que la mitad no funcionan. La mitad del muelle es un desguace¡±.
El presidente del comit¨¦ de empresa de la Sociedad de Estiba de Valencia (Sevasa), ?scar Mart¨ªnez, l¨ªder del sindicato mayoritario en los muelles, La Coordinadora, escucha la explicaci¨®n que le traslada el periodista y responde: ¡°?Eso dicen ellos? Estamos de acuerdo¡±. Mart¨ªnez y Aurelio Gabarda, otro l¨ªder de la misma central sindical, que tiene un 70% de representatividad entre los trabajadores, no est¨¢n conformes, en cambio, con la afirmaci¨®n de que los estibadores utilizan ¡°medios de negociaci¨®n no convencionales¡± que desliza otra fuente de la Autoridad Portuaria. ¡°Convencionales son. Lo que pasa es que en este pa¨ªs el poder de movilizaci¨®n se ha perdido mucho. Nosotros, cuando paramos el puerto, lo paramos al 100%. No trabaja nadie. Ese es nuestro ¨²nico poder¡±.
Al pen¨²ltimo director de Sevasa, la persona que se sentaba al otro lado de la mesa negociadora en representaci¨®n de las empresas, le pusieron hace unos a?os en el despacho lo que en la Autoridad Portuaria describen como ¡°una bomba¡±. Los estibadores lo explican de otra manera. ¡°Estamos en Valencia. Le pusieron un petardo, no una bomba. No hab¨ªa metralla. Y nosotros no fuimos. De hecho, aquello nos perjudic¨® mucho porque est¨¢bamos en plena negociaci¨®n¡±.
Tambi¨¦n rechazan la imagen turbia que las obras de ficci¨®n suelen ofrecer de ellos. ¡°Es un mito que en un pasado tendr¨ªa sus motivos. Los poblados mar¨ªtimos eran lo que eran. El puerto era lo que era. Seguro que los carabineros [el cuerpo que vigilaba las costas espa?olas hasta mediados del siglo XX] tambi¨¦n participaban de lo que fuera. Pero hoy toda la mercanc¨ªa va en cajas. Hay c¨¢maras por todos lados. Y cada movimiento se controla de forma autom¨¢tica. No tenemos la sensaci¨®n de pertenecer a ning¨²n grupo mafioso, ni mucho menos¡±.
La Sociedad de Estiba, propiedad de las empresas que gestionan las terminales del puerto, que est¨¢n vinculadas con multinacionales o bancos internacionales como JP Morgan, cambi¨® hace unos meses a su director con el objetivo de que negociara el convenio de los estibadores. El consejo de administraci¨®n de Sevasa eligi¨® a Xavier Martorell, el alto cargo de la Generalitat catalana que dimiti¨® el a?o pasado al verse envuelto en el esc¨¢ndalo del espionaje de la agencia M¨¦todo 3 tras haber sido el jefe de los Mossos d¡¯Esquadra y de las prisiones catalanas. Los estibadores recibieron a Martorell ¡°con recelo¡±. Pero ahora dicen que con ¨¦l ¡°ha mejorado el di¨¢logo¡±. La negociaci¨®n arranc¨® hace a?o y medio con las empresas planteando reducciones salariales y de puestos de trabajo. Pero del acuerdo que parecen a punto de firmar a falta de algunos ¡°flecos¡± ambas rebajas han desaparecido.
El borrador de acuerdo s¨ª prev¨¦ medidas para hacer la estiba ¡°m¨¢s productiva, m¨¢s competitiva y m¨¢s eficiente¡±, seg¨²n los sindicalistas. Pero nadie duda de que los estibadores han vuelto a ganar.
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