Aceleraci¨®n

Tras el 9-N ?pausa o aceleraci¨®n? Aceleraci¨®n, propone el presidente Artur Mas. Erigido como l¨ªder del soberanismo, papel que a estas alturas ya nadie le discute ni disputa, Mas ha decidido que no puede desaprovechar el momento de m¨¢xima movilizaci¨®n que vive el universo catalanista. Hay que continuar, y hacerlo inmediatamente, explic¨® ayer. Hay que aprovechar el impulso y elevar la ambici¨®n. Si hasta el 9-N el objetivo era hacer un refer¨¦ndum o consulta, a partir de ayer la propuesta es hacer tan pronto como sea posible unas elecciones auton¨®micas en las que el movimiento independentista pueda votar, n¨ªtidamente y sin equ¨ªvocos, s¨ª o no a la creaci¨®n de un Estado catal¨¢n. Y hacerlo de tal manera que nadie, ni en Catalu?a ni fuera de ella, ni en Espa?a ni fuera de ella, pueda tener ninguna duda sobre la existencia o no de una mayor¨ªa suficiente favorable a esta propuesta.

Los dem¨¢s, que voten lo que quieran. Pero los partidarios de la independencia han de poder votar una candidatura que se lo proponga, argumenta Mas. Si no la tienen, el proceso emprendido hace dos a?os se paraliza. Vistos los resultados pol¨ªticos conseguidos con la consulta simb¨®lica del 9-N, Mas se muestra ahora decidido a repetir la f¨®rmula. Es decir, puesto que el Gobierno del PP contin¨²a empecinado en la posici¨®n que mantiene desde la campa?a contra el Estatuto de Autonom¨ªa de 2006 -que Mas sintetiza como la actitud de negar toda propuesta que provenga de Catalu?a- , no se puede hacer otra cosa que prescindir de ¨¦l y continuar con las posibilidades legales al alcance. Que son las siguientes: elecciones al Parlamento, que los partidos y electores conviertan en el plebiscito nacional negado por Rajoy.

El plan era conocido y ayer Mas a?adi¨® pocas concreciones, pero importantes: el calendario es una de ellas. El recurso a incluir independientes y t¨¦cnicos en la candidatura que propone es otra. Lo m¨¢s importante, sin embargo, es la decisi¨®n de hacerlo. Si la oferta no es aceptada por el resto de partidos catalanes, all¨¢ ellos con su responsabilidad. Y eso vale para todos, pero especialmente para Esquerra Republicana. Con un calendario que propone un horizonte de dos a?os para tener un Parlamento que redacte un proyecto de Constituci¨®n catalana, es dif¨ªcil que los republicanos puedan ofrecer una alternativa susceptible de crear un amplio consenso. El lenguaje corporal de Oriol Junqueras al t¨¦rmino del discurso de Mas indicaba que no le gustaba nada el dilema en el que se encuentra. Tener que aceptar el liderazgo y la propuesta de Mas o, en la pr¨¢ctica, ser el responsable de paralizar el proceso.