¡°La diversidad es nuestro ADN¡±
El cineasta Gianni Amelio recibe en Madrid el Premio a Toda una Carrera
Dos d¨ªas atado a un caballo. ?Qu¨¦ culpa tendr¨¢ un ni?o para que su padre le castigue as¨ª? Una: ser homosexual. Hay curas todav¨ªa m¨¢s disparatadas, desde frecuentar a prostitutas hasta el electrochoque. Son memorias reales de los 20 protagonistas que Gianni Amelio ha puesto delante de la c¨¢mara, para relatar lo que les ha costado en Italia amar a otro hombre. El director ha a?adido v¨ªdeos de archivo para el documental Feliz quien es distinto, ¨²ltima obra de una trayectoria por la que recibi¨® el Premio a Toda una Carrera en el Festival de Cine Italiano de Madrid, que el jueves celebra su gala de clausura en los cines Renoir.
¡°Somos una sociedad asustada, la homofobia nace del miedo a ser atra¨ªdo por alguien de tu propio sexo. Todos lo han pensado aguna vez¡±, defiende con habla pausada pero segura el italiano (Magisano, 1945). Creador comprometido (del terrorismo de Puertas abiertas a la prostituci¨®n infantil de Ni?os robados) y de finales tristes, Amelio considera que ¡°el cine no debe ofrecer comicios, sino emociones¡±. Y reconoce que todas sus pel¨ªculas hablan de ¨¦l. M¨¢s a¨²n en este caso: el cineasta sali¨® del armario este a?o en una entrevista con La Repubblica.
?C¨®mo lo llevaba? ¡°Ni bien ni mal. La diversidad es nuestro ADN, no hay que centrarla en el sexo. Siempre pens¨¦ en m¨ª como uno que ten¨ªa que trabajar sobre s¨ª mismo para obtener lo mejor¡±.
¡ª?Y lo ha conseguido?
La clausura del Festival de Cine Italiano se celebra el jueves en los Renoir
¡ª?Joder!
La respuesta del director desvela su orgullo. Nacido en una aldea sin bar ni cine, el peque?o Amelio les dijo a sus padres que ser¨ªa ¡°registra¡± [director en italiano, pero con una r de m¨¢s] tras acudir a una proyecci¨®n de Gilda. Ya lo es, aunque algo se le resiste: ¡°Soy incapaz de rodar secuencias de amor. En mis pel¨ªculas siempre hay un abrazo pero nunca un beso, es demasiado ¨ªntimo¡±.
En Feliz quien es distinto, en cambio, hay im¨¢genes tan reales que cuesta creerlo: un m¨¦dico le explica a una madre que su hijo homosexual ser¨¢ ¡°una cruz¡± y decenas de titulares llaman ¡°invertidos¡± a los gays.Y otra soluci¨®n adopt¨® el fascismo, punto de partida del viaje por la discriminaci¨®n. ¡°Neg¨® la existencia de los homosexuales en Italia. Lo ¨²nico bueno es que, como oficialmente no hab¨ªa, no hubo leyes en su contra¡±, relata Amelio. Aunque el rechazo dej¨® secuelas en la sociedad, as¨ª como en la propia mente de gays que se autocensuraron.
Feliz qui¨¦n es distinto ense?a un ejemplo de ello con John y Nando. El primero, afincado en Roma y en el mundo del espect¨¢culo, rememora risue?o esa vez en la que acudi¨® a la polic¨ªa a denunciar el robo que sufri¨® de uno de sus ligues. ¡°Cuidado con sus amigos¡±, le dijo el agente. ¡°Si supieras a cu¨¢ntos colegas tuyos me he llevado a casa¡¡±, pens¨® ¨¦l. En el lado opuesto, Nando. Procedente de un pueblo del Sur ¡ª¡°all¨ª las cosas se hacen pero no se dicen¡±, aclara Amelio¡ª pese a 40 a?os con su pareja, no logra hablar de ello. Sonr¨ªe nervioso, alude, desv¨ªa la mirada: ¡°?Qu¨¦ m¨¢s decir?¡±.
¡°La homosexualidad est¨¢ relacionada con el contexto. En una familia rica, ?qu¨¦ m¨¢s dar¨ªa? Pero a un maestro de primarias de un pueblo lo destruir¨ªan¡±, explica el cineasta. Firme en sus convicciones ¡ª¡°que me traigan pruebas en contra de lo que digo¡±¡ª, Amelio se lanza a un balance positivo de su carrera: ¡°No soy creyente pero pienso que existen coincidencias, trenes que pasan y hay que coger¡±. De hecho, considera que hasta hoy se subi¨® a todos. As¨ª que en lo personal est¨¢ ¡°sereno¡±. Y eso que conoci¨® su padre solo a los 16 a?os, tras lo que el progenitor volvi¨® a desaparecer. Pero ¨¦l prefiere pensar en lo bueno: ¡°La vida me ha dado todo, hasta un hijo¡±.
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